Fracaso del 'pacto de rentas'

CEOE descarta un pacto salarial este año y fija en otoño la negociación para 2023

La patronal continúa en alerta por la escalada de la inflación y ve inviable ya un acuerdo para orientar la negociación colectiva en 2022. Los sindicatos elevan la conflictividad por las cláusulas de revisión al IPC.

Antonio Garamendi CEOE
CEOE descarta un pacto salarial este año y fija en otoño la negociación para 2023
Europa Press 

La inflación desbocada en niveles cercanos al 9% constata el fracaso de la estrategia de control de precios del Gobierno y aleja cualquier posibilidad de acuerdo salarial entre la patronal y los sindicatos. Tanto es así que la CEOE ya descarta una recomendación conjunta de incremento de los sueldos en los convenios colectivos para este año y aplaza, en todo caso, una eventual negociación para 2023 al próximo otoño, cuando esperan que el IPC se sitúe en cifras más contenidas y en una senda clara de normalización de precios. Cuando todavía no se ha alcanzado ni el ecuador del ejercicio se puede constatar, por tanto, que no habrá Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) en 2022, lo que dibuja un escenario de conflictividad creciente en las empresas por la exigencia sindical de incorporar cláusulas de revisión con la inflación para mantener el poder adquisitivo de los salarios.

Fuentes de la organización empresarial que preside Antonio Garamendi adelantan a La Información que no se van a sentar a negociar un acuerdo para este año y que ya han tomado la decisión de intentarlo para 2023. Las negociaciones, en cualquier caso, no se producirán antes del otoño. La previsión que manejan en estos momentos es que los precios seguirán disparados durante los meses de verano porque ni la bonificación de los carburantes ni siquiera el tope al gas, cuando entre plenamente en vigor, van a ser capaces de contener la escalada con la contundencia y rapidez precisa. Por eso aplazan cualquier intento de negociación con CCOO y UGT al último trimestre del año. Será entonces cuando se sienten a hablar sobre la recomendación de subida salarial para el año que viene, dejando ya atrás y asumiendo la pérdida de poder adquisitivo del fatídico 2022.

La previsión que manejan los empresarios es que los precios sigan disparados durante los meses de verano

Esa es, al menos, la hoja de ruta de la patronal. "No vemos posible un acuerdo para 2022. En todo caso, negociaremos para 2023, pero no lo haremos hasta finales de año. La lógica del contexto actual nos lleva ya al otoño", insisten fuentes de la CEOE. En la cúpula de la organización empresarial admiten que "siempre hay espacio para negociar", si bien esgrimen que los sindicatos están en "posturas de máximos" e incluso recientemente "muy radicales" para justificar su negativa a entablar negociaciones con los cuarteles generales de Pepe Álvarez (UGT) y Unai Sordo (CCOO). La mesa se rompió a principios del pasado mes de mayo y tanto la patronal como los sindicatos optaron por trasladar sus propias recomendaciones a sus unidades negociadoras de convenios, pero no se cerró la puerta del todo a intentar alcanzar un acuerdo para orientar la negociación colectiva en la segunda mitad de 2022. Ahora sí se da portazo.

Los sindicatos también están en esas. La semana pasada, CCOO y UGT sacaban a la calle en Madrid a 1.500 negociadores de convenios colectivos de distintos territorios para advertir a la patronal de que o suben los salarios, o habrá conflictos en los centros de trabajo. Unai Sordo denunció que los sueldos no pueden ser "los paganos", mientras las empresas "suben precios y aumentan sus márgenes". "No podemos, de ninguna de las maneras, pasar sin que suban los salarios", insistió Pepe Álvarez. En el acto celebrado en la Plaza del Museo Reina Sofía, en la capital, las organizaciones sindicales lanzaron un mensaje claro a la patronal: es mejor negociar por las buenas que por las malas. Y vaticinaron una escalada de la conflictividad en los convenios, sectores y empresas a lo largo y ancho del mapa nacional.

Tras conocer el dato confirmado de inflación de mayo el viernes, desde CCOO lo tachaban de "muy preocupante" y aseguraban que el encarecimiento del precio del dinero, unido al encarecimiento de los precios del consumo, va a suponer que los trabajadores se van a ver "doblemente afectados en la pérdida de poder adquisitivo de sus salarios". Por su parte, el secretario general de la UGT advertía no solo a la patronal, sino también al Gobierno, de que van a llevar a cabo una "batalla durísima" si no adoptan una posición "razonable" con respecto a la subida de los salarios y amenazaba incluso con una "movilización general". "Hemos abierto un proceso de conflicto muy serio y quiero que la patronal sea muy consciente, que el país sea muy consciente y que el Gobierno sea muy consciente de que este conflicto, con una inflación absolutamente desbocada y fuera de control, no se salda sin una subida de los salarios", remataba el líder sindical.

Parte de culpa es de Pedro Sánchez

Álvarez se refería a la CEOE, pero también al Gobierno, porque a juicio de los sindicatos Pedro Sánchez también tiene parte de culpa en la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores. El presidente anunció el pasado 2 de marzo desde la tribuna del Congreso de los Diputados que el primer eje del plan nacional de respuesta al impacto de la guerra en Ucrania sería "un gran pacto de rentas" que permitiría distribuir el coste de la crisis económica entre empresarios y trabajadores y evitar una perniciosa espiral inflacionista. Pero tres meses después el pacto ni está, ni se le espera. Aquí, sindicatos y patronal están en parte de acuerdo en criticar al Gobierno por presionarles para alcanzar un pacto que modere las subidas salariales y los márgenes empresariales cuando desde las políticas públicas no se están aportando medidas contundentes para rebajar la inflación.

Una cosa es el AENC, cuya negociación corresponde únicamente a las organizaciones patronales y sindicales, y otra el prometido pacto de rentas, en el que todos los agentes sociales, incluido el propio Gobierno, debería aportar soluciones para repartir equitativamente el coste de la crisis. Pero ni siquiera dentro del Ejecutivo hay consenso sobre este asunto. Es más, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha llegado a negar públicamente que se esté planteando un pacto de rentas, contradiciendo al presidente del Gobierno, argumentando que en la historia de España "no hay buenas experiencias" con los pactos de rentas. No comparte esta opinión el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, que lleva meses reclamando un acuerdo de este tipo a nivel nacional para evitar que la espiral de precios que ya está aquí se vuelva incontrolable.

Mostrar comentarios