CEOE se prepara para encajar una nueva subida del SMI hasta 1.000 euros en 2020

  • Los empresarios se suben a la ola de pesimismo sobre la economía y advierten de que el avance del PIB en 2019 podría ser incluso inferior al 2%.
Pedro Sánchez y Antonio Garamendi / La Moncloa
Pedro Sánchez y Antonio Garamendi / La Moncloa

Los empresarios ya se preparan para encajar una nueva subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en su factura de costes laborales. El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ha dejado claro que si sigue gobernando tras las elecciones generales del 10 de noviembre elevará el sueldo mínimo legal hasta alcanzar el 60% del salario medio –esto es, 1.200 euros mensuales– al final de la próxima legislatura, en 2023. Eso sí, planea una subida progresiva y por eso en la CEOE dan por hecho que el primer paso lo dará en 2020 con un impulso de 100 euros, desde los 900 actuales hasta llegar a 1.000 euros al mes.

Fuentes de la patronal consultadas por La Información revelan que en el seno de la CEOE ya se trabaja en base a este escenario. "Nadie puede imaginar que Sánchez vaya a congelar el salario mínimo", comenta un miembro de la confederación que preside Antonio Garamendi. Sería la tercera vez en la historia que se congela el SMI. La anterior ocasión fue en 2014, cuando quedó establecido en la misma cantidad que se había fijado para 2013 con motivo de la crisis económica, y anteriormente había quedado intacto en el año 2012 por las mismas causas.

Aunque en el Plan Presupuestario enviado esta misma semana a Bruselas no se incluye esta medida, esto no quiere decir que el Gobierno haya renunciado a ella. Hay que tener en cuenta que la subida del salario mínimo no afecta a los Presupuestos Generales del Estado sino que se aprueba en un Real Decreto Ley específico que obliga a terceros, no al Ejecutivo. La cuestión es si Sánchez tomará la decisión de subir el SMI por decreto estando en funciones, para lo que tendría que justificar debidamente la urgencia y necesidad de la medida, o esperará a formar Gobierno si sale vencedor de la cita con las urnas el próximo 10-N. 

"Lo que está claro es que la subida del SMI será una de las grandes promesas de campaña de los socialistas", augura un empresario con destacada experiencia en la CEOE. En efecto, en el avance del programa electoral del PSOE se apuesta por seguir subiendo el salario mínimo "de forma progresiva y acordada en el diálogo social, hasta situarlo al final de la legislatura en el 60% del salario medio, de acuerdo con lo establecido en la Carta Social Europea".

En la patronal tienen claro que el primer tramo de esa escalada se hará efectivo en 2020, cuando auguran que Sánchez apostará por un SMI de 1.000 euros, lo que implicaría un incremento de más del 11% respecto a los 900 euros actuales. Y aunque este repunte, en principio, va en contra de la voluntad de los empresarios de evitar encarecimientos excesivos de los costes laborales –alzas del salario mínimo implican incrementos de las bases mínimas de cotización en la misma proporción– lo cierto es que la patronal ya pactó con los sindicatos situar el salario mínimo en convenio en 1.000 euros al mes en 14 pagas en 2020.

SMI
 

Negociación con patronal y sindicatos

Hay que recordar que los 900 euros actuales de SMI se alcanzaron tras un repunte del 22,3% pactado entre el Gobierno socialista y Unidas Podemos. En ese momento Pedro Sánchez negoció directamente y a puerta cerrada con Pablo Iglesias, algo que no sentó nada bien a los agentes sociales. Ahora tanto la patronal como los sindicatos esperan que el Gobierno en funciones les tenga en cuenta antes de tomar la decisión final. Hay que recordar que el Artículo 26 del Estatuto de los Trabajadores establece que "el Gobierno fijará, previa consulta con las organizaciones sindicales y asociaciones empresariales más representativas, anualmente, el salario mínimo interprofesional".

Sin embargo, fuentes sindicales aseguran que el Ejecutivo todavía no se ha puesto en contacto con las organizaciones para tratar esta cuestión. La secretaria confederal de Acción Sindical de CCOO, Mari Cruz Vicente, confirma que su organización enviará una carta al Ejecutivo a finales de este mismo mes de octubre en la que le pedirán una reunión para abordar este tema. Insiste en que la apuesta de los sindicatos sigue siendo alcanzar ese umbral del 60% del salario medio y asegura que las empresas tienen margen de sobra para abordar nuevas subidas. 

A juicio de Vicente, las subidas salariales son necesarias para potenciar la demanda interna en un momento de ralentización de la economía en el que "el consumo se ha constreñido y estamos observando un aumento de la tasa de ahorro". Una visión que comparten los empresarios, si bien con un algún matiz: en este escenario de desaceleración, de inflación especialmente moderada y de productividad por ocupado negativa, resultan desaconsejables medidas que comporten el incremento de los costes laborales o limiten los mecanismos de flexibilidad interna.

Preocupación por la economía

Los empresarios no ocultan su preocupación por la economía. Tanto es así que se han subido a la ola de pesimismo generalizado entre los analistas y han empeorado sus previsiones de crecimiento para este año y el próximo, dejándolas por debajo de las estimaciones oficiales del Gobierno. En concreto, han rebajado el avance del PIB previsto para 2019 una décima, hasta el 2%, y han dejado el de 2020 en un 1,6%. Incluso, para este ejercicio no descartan la posibilidad de que la economía pueda crecer menos del 2% si se materializan ciertos riesgos relacionados con el Brexit o la guerra comercial mundial. 

La CEOE se alinea así con las previsiones de Funcas, que son de las menos optimistas. Aunque Garamendi ha insistido en sus intervenciones públicas recientes en que, de momento, no hay crisis, sí ha confirmado la desaceleración. Pero, ante todo, para los empresarios es fundamental huir de mensajes alarmistas sobre la economía. El propio Garamendi ha recalcado recientemente la necesidad de "hablar bien de España". No en vano, la mayor parte de la deuda española está en manos extranjeras, por eso el presidente de la CEOE ha hecho hincapié en que "hay que creer en nuestro país, porque el exterior está creyendo en él y es un mensaje fundamental para la ciudadanía y los españoles".

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