Por el hachazo fiscal del Gobierno

CEOE vaticina que empresas españolas se llevarán sus beneficios a otros países

Avisa al Gobierno de que el incremento de la presión fiscal sobre las empresas no saldrá gratis y advierte de que éstas reaccionarán deslocalizándose o canalizando sus ganancias fuera de España.

Pedro Sánchez con Garamendi
El presidente de CEOE, Antonio Garamendi, con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Europa Press

La política fiscal no es un juego. A finales del año 2018 y en plena negociación para sacar adelante el proyecto de Presupuestos Generales del Estado de 2019 el Gobierno de Pedro Sánchez proclamó a los cuatro vientos que una de sus medidas fiscales sería implantar un tipo del 5% en el Impuesto de Sociedades sobre la repatriación de dividendos de fuente extranjera. La medida no llegó a aplicarse porque el Ejecutivo no logró el apoyo suficiente para sacar adelante el proyecto, pero el pago fraccionado del mes de octubre de 2018 reveló una repatriación masiva de dividendos por parte de los grandes grupos empresariales del país para esquivar el golpe fiscal que programaba el Gobierno. 

Si aquello ocurrió ante la mera amenaza de un cambio en el ordenamiento fiscal, qué no sucederá cuándo éstos se concretan de manera efectiva. Después de varios meses alertando sin ningún éxito de los efectos potencialmente devastadores del incremento de la presión fiscal sobre las empresas en España, el informe de evaluación de CEOE sobre los Presupuestos de 2022 ha prescindido de los paños calientes y ha pasado directamente de las advertencias a los vaticinios. 

La organización empresarial advierte en su documento que la fijación del Gobierno con subir los impuestos a las empresas está alejando la presión fiscal media que tienen las empresas en España del estándar europeo - 10,7% del PIB frente al 10% de la media UE -, está erosionando la competitividad de las empresas radicadas en España y lo que es más importante no va a contribuir a mejorar la recaudación. ¿Por qué? A juicio de CEOE porque la medida clave en la que confía el Gobierno para impulsar la recaudación de Sociedades y obtener 1.347 millones extra en 2022, el controvertido tipo del 5% sobre los dividendos repatriados de fuente extranjera, "parece no tener en cuenta que las empresas, ante la subida de la tributación, reaccionarán reduciendo el reparto de dividendos y, en muchos casos, modificando su estructura societaria internacional de manera que esos ingresos no serán distribuidos a sociedades establecidas en España".

Las 'cosas' de la globalización

En otras palabras, que en opinión de la organización empresarial es probable que una parte más o menos importante de esos beneficios millonarios que las grandes multinacionales españolas repatriaban hacia su matriz y se quedaban en España aunque sin dejar ningún rendimiento fiscal directo en las arcas públicas españolas, no lo dejen tampoco ahora pese a los esfuerzos del Gobierno español por sacar tajada porque las empresas decidan canalizar esos beneficios hacia sociedades situadas en algún otro país en el que operan con un marco fiscal más favorable.

"Es absolutamente imprescindible corregir este efecto", avisa CEOE, que recuerda que la medida no sólo grava con un tipo adicional del 1,25% los dividendos recibidos por una sociedad aunque ya hayan tributado en España o en el extranjero, sino que aplica en cadena ese 1,25% adicional si la empresa receptora distribuye parte de ese dividendo hacia otra sociedad, generando un marco de sobretributación que, según la organización empresarial, "conducirá a la deslocalización de empresas que tienen su sede en España". El fenómeno no sólo afecta a empresas españolas, advierte el informe de la patronal, sino también a empresas internacionales que canalizan los beneficios obtenidos en Latinoamérica a través de España.

Palos en las ruedas de la recuperación

CEOE hace especial hincapié en que la orientación de la política fiscal no sale gratis. "El aumento salectivo de la tributación a las empresas se presenta como neutral para los contribuyentes personas físicas, pero no tiene en cuenta las fuertes interrelaciones existentes entre los actores que operan en una economía de mercado". El argumento de la patronal es que el incremento de las cargas fiscales a las empresas afectará a sus inversiones y si éstas se paralizan o se reducen, se contraerá el empleo, el flujo de rentas del trabajo y en última instancia la recuperación será más débil y más lenta

De la enmienda de totalidad de CEOE a la política fiscal del Gobierno no se salvan, en buena lógica, las nuevas medidas introducidas en el proyecto de Presupuestos de 2022 y que si éste supera su trámite parlamentaria entrarán en vigor el año que viene. La confederación empresarial que preside Antonio Garamendi destaca que el emblemático tipo mínimo del 15% planteado para el Impuesto de Sociedades a instancias de Unidas Podemos no sólo tendrá un impacto recaudatorio limitado ya que la mayoría de las empresas se sitúan por encima de ese umbral sino que impactará de forma muy negativa sobre un millar de empresas intensivas en I+D, en un contexto en el que el Gobierno trata de impulsar la investigación y la innovación en España.

No corre mejor suerte la decisión de recortar del 85% al 40% la bonificación de las rentas derivadas del arrendamiento de viviendas para las sociedades que trabajan en este segmento. Un incremento de las cargas fiscales a las empresas dedicadas al alquiler de vivienda que considera incomprensible en un contexto en el que el Ejecutivo se declara preocupado por las tensiones en los precios del alquiler y que, a su juicio, no contribuirá ni a aumentar el parque de viviendas en alquiler ni a fomentar una explotación más eficiente.

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