Por qué la cerveza es buen termómetro de la economía y qué dice de la futura crisis

  • Los cerveceros constataron la última recesión incluso antes de que se reflejase en los registros oficiales del Instituto Nacional de Estadística.
Fotografía de una cerveza.
Fotografía de una cerveza.
Pixabay.

La cerveza es la reina de la barra del bar. Pero no solo eso. La transversalidad y popularidad de esta bebida (con o sin alcohol) en España es de tal magnitud que se ha convertido en uno de los mejores termómetros para medir el estado de la economía, más allá de los indicadores macro. Tanto es así que los cerveceros constataron la última crisis incluso antes de que se reflejase en los registros oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE). Ahora que vuelve a planear la sombra de la recesión, viene al caso tomar la temperatura al oro líquido, con permiso del aceite de oliva... ¿qué dice la cerveza?

El sector cervecero es uno de los primeros en anticipar un frenazo en la economía. Ya sea porque hay menos dinero para gastar o porque se tienen más penas que alegrías que celebrar (o por ambas) el consumo de cerveza disminuye cuando la economía empieza a mostrar los primeros síntomas  de crisis y aumenta al compás de los 'brotes verdes' de la recuperación.

Este comportamiento confirma la relación directa entre el consumo de cerveza y la percepción sobre el futuro de la economía. Y aquí el sector hostelero es clave, no en vano en torno al 70% de la cerveza se consume en bares o restaurantes. Lo explica Jacobo Olalla, director general de Cerveceros de España: "El crecimiento del consumo fuera del hogar es una buena muestra de la evolución socioeconómica de España, porque está íntimamente relacionado con el empleo y la renta disponible". Es decir, beber cerveza en casa, en vez de en el bar, no es buena señal ni para el sector ni para la economía en su conjunto. 

Olalla recuerda que "un trimestre antes del estallido de la crisis económica, de que se dejara sentir en la renta disponible de los hogares, empezamos a advertir de la caída del consumo de cerveza en la hostelería". Durante la recesión, el consumo de cerveza fuera del hogar se retrajo hasta tocar suelo en el año 2013. Ahora, el sector cervecero atraviesa uno de sus momentos más dulces: el consumo de cerveza en España superó el año pasado por primera vez los 40 millones de hectolitros y la producción alcanzó los 38,4 millones de hectolitros, la cuarta más elevada de toda Europa.

El impacto del Brexit

Estas cifras se lograron gracias al crecimiento de las exportaciones y al máximo histórico de 82,8 millones de turistas que visitaron nuestro país  en 2018. Pero ahora el comercio internacional se resiente, sobre todo en el entorno más cercano, donde nuestros principales socios se asoman al abismo de la recesión. Preocupan Alemania, Italia y Reino Unido. Sobre todo este último, porque el desenlace de un Brexit que amenaza con ser salvaje impactará de lleno en la economía española en sectores como el turismo, por cierto, fundamental para el consumo de cerveza.

Indudablemente, la cultura de ingleses y alemanes está muy ligada a esta bebida. Y como se trata de dos de los principales países emisores de turistas a España, de rebote, cuantos más vengan, más se vende y se consume en los bares. Y al contrario, si dejan de venir, el consumo de cerveza en nuestro país se resiente. Un dato: los turistas extranjeros se beben alrededor del 25% de la cerveza que se vende en nuestros bares.

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¿Qué aporta la industria cervecera?

La industria cervecera española supone el 1,3% del PIB nacional, con un valor en el mercado de 15.500 millones de euros. Aportó en 2018 más de 3.600 millones de euros al Estado y contribuyó a la creación de 344.000 puestos de trabajo, nueve de cada 10 en el sector hostelero. De esta forma, España es el segundo país de la Unión Europea en el que el sector cervecero genera más empleo, tan solo por detrás de Alemania. Según Cerveceros de España, asociación que engloba a empresas como Mahou San Miguel, Heineken, Hijos de Rivera o Damm, entre otras, la cerveza aporta más de 7.000 millones en valor añadido a la economía española.

Por eso, se trata de un nicho fundamental para el sector. Y ante la evolución del flujo de visitantes en los últimos meses, los cerveceros empiezan a inquietarse. Según el INE, la llegada de turistas británicos cayó más de un 5% anual en junio. Fue el comienzo más débil de la temporada de verano en los últimos cuatro años y no ha pasado desapercibido a bares y restaurantes. Olalla revela que los gerentes advierten ya de una cierta desaceleración en las ventas y avisa de que "el descenso de turistas, junto con la caída de la libra, acabará por tener una gran repercusión en el turismo nacional si se ejecuta un Brexit duro".

La fecha clave: el 15 de septiembre

A esto se suma que España compite ahora con otros destinos que pueden resultar económicamente más atractivos para los británicos. Los turoperadores han detectado este verano un descenso de las reservas de viajes de ingleses a nuestro país, en contraste con un fuerte repunte hacia destinos como Turquía, Túnez o Egipto, que salen más baratos. Y esto en plena temporada alta para el turismo y, por ende, para sector cervecero. No en vano, los meses de verano concentran más del 30% del consumo anual de cerveza, algo más de 11 millones de hectolitros.

Por el momento, es pronto para analizar la evolución del consumo en estos meses. "El verano no se acaba hasta el 15 de septiembre", recuerda Olalla, para quien será fundamental el comportamiento del clima en estas semanas. Este experto asegura no ver árboles, sino el bosque, y llama a la prudencia: "Esperemos a disponer de los datos definitivos del tercer trimestre". Lo que está claro es que si el sector cervecero estornuda, el hostelero se constipa y, al final, la economía enferma. Será después del verano cuando este sensible indicador pueda anticipar las perspectivas para la economía española... y si la crisis está más o menos cerca.

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