Montero 'sacrifica' a uno de sus pesos pesados en su senda a la Vicepresidencia

  • La imputación del presidente de Sepi por la adjudicación de la mina de Aznalcóllar empuja a la ministra a actuar ante la cercanía del 10-N.
Fotografía Vicente Fernández Guerrero / EFE
Fotografía Vicente Fernández Guerrero / EFE

Cuando Pedro Sánchez decidió que la hasta entonces consejera de Hacienda y Función Pública de la Junta de Andalucía, María Jesús Montero, sería su ministra de Hacienda, ésta concluyó que para esa nueva aventura en Madrid tenía que rodearse de personas de su total confianza. De este modo acabaron en el Ministerio de Hacienda y sus ramificaciones, principalmente la Sepi, el hólding que aglutina a las empresas públicas titularidad del Estado, más de una decena de altos cargos y personal de confianza que hasta ese momento desempeñaban sus responsabilidades en la Junta de Andalucía. 

Una de las últimas piezas en incorporarse a ese 'círculo de confianza' de María Jesús Montero en Madrid fue Vicente Fernández Guerrero, el hasta entonces Interventor General de la Junta de Andalucía que cogió el AVE en la Estación de Santa Justa para ocupar su nuevo despacho en la madrileña calle de Velázquez como nuevo presidente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi), el hólding público que gestiona el tejido de empresas propiedad del Estado y las participaciones accionariales del mismo en diferentes empresas. 

Fernández Guerrero no ha durado ni 16 meses en el cargo. La enésima reapertura de la causa judicial por la controvertida adjudicación de la mina de Aznalcóllar por parte de la Junta de Andalucía y, sobre todo, la cercanía de esta acción judicial con las elecciones generales del próximo 10 de noviembre han aconsejado al actual presidente de Sepi poner su cargo a disposición de la ministra de Hacienda y a ésta a resolver ese eventual foco de inestabilidad política en un momento tan crítico como una precampaña electoral. El asunto, no obstante, no se sustanciará hasta el próximo viernes cuando el Consejo de Ministros comunicará formalmente el cese del actual presidente del hólding público, según las fuentes gubernamentales consultadas.

María Jesús Montero dejó claro en su primera reacción tras conocerse el asunto que se trataba de una situación forzada por las circunstancias singulares del momento. “Hay que dejar que la Justicia actúe, pero debo recordar que ha sido un caso que en dos ocasiones se ha archivado y que forma parte de las tareas desarrolladas por esta persona durante su etapa anterior. No tiene nada que ver con el desarrollo de su actividad actual”. 

Fuentes gubernamentales deslizan que es muy probable que la situación no se hubiera resuelto de forma tan drástica en un contexto político menos exigente. La cercanía del 10-N, por una parte, y el peso específico ganado por la ministra Montero desde su llegada a Madrid hace menos de año y medio, en el que hay que recordar que se ha convertido en negociadora con Unidas Podemos, responsable del diseño del programa económico del PSOE para las elecciones del 28-A y aspirante a vicepresidenta en un futuro Gobierno de Sánchez, han coadyuvado a encontrado una salida fulminante a esta crisis.

Desde el Partido Socialista la salida de Fernández Guerrero ha sido recibida con cierta sorpresa y el análisis es más crudo. "Es una situación que no nos podemos permitir en un contexto preelectoral", aseguran. Un integrante del área económica del partido destacaba este martes el hecho de que haya sido la jueza Mercedes Alaya -la misma que instruyó el caso ERE- quien haya decidido reabrir el caso de la mina de Aznalcollar en plena precampaña del 10-N. Algunos ven "intencionalidad política" en la decisión judicial. Los socialistas celebran, eso sí, que el cese de Vicente Fernández se haya producido de forma instantánea, dejando a la oposición sin posibilidad de desgastar a Sánchez ante unas elecciones que se avecinan de lo más apretado. "Cero munición para PP y Cs", destacan desde Ferraz.

El inesperado cese de Fernández Guerrero es la segunda sacudida en la cúpula de la Sepi en apenas 48 horas. La primera se produjo el lunes cuando se anunció la propuesta de Rosario Martínez, actual directora de Participadas del área aeroespacial y de Defensa para el puesto de presidenta de Hispasat. El Gobierno, aún en funciones, no relevará a Fernández Guerrero, cuyas atribuciones como presidente 'heredará' el vicepresidenta del hólding, Bartolomé Lora, un funcionario de la casa con casi 30 años de experiencia en cargos de responsabilidad en Sepi.

Primera baja en el 'círculo de confianza' de Montero

La caída de Fernández Guerrero supone el primer revés serio para María Jesús Montero desde su llegada a Madrid. En poco más de un año la exconsejera de la Junta de Andalucía se ha convertido en una de las estrellas más rutilantes del Gobierno de Pedro Sánchez. Su encendida defensa del controvertido 'pack fiscal' planteado por Sánchez al poco de aterrizar en Moncloa y su resolución en los debates parlamentarios le han granjeado gran crédito en Ferraz.

Otro logro no menor es haber conseguido apuntalar su autoridad en el Ministerio de Hacienda tras romper todos los equilibrios históricos que han caracterizado la formación de equipos en ese Ministerio, marcada siempre por el equilibrio entre los dos cuerpos superiores de funcionarios del área: los interventores del Estado y los inspectores de Hacienda. Las críticas iniciales por la llegada de 'externos' - a puestos clave del Ministerio se han ido atemperando con el paso de los meses y hablan de la autoridad de Montero en la sede de la Calle Alcalá.

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