La fruta, lo que más se dispara

La cesta de la compra que indigesta al IPC: "El cliente está notando el precio"

Una tendencia que se prolonga si atendemos a los dos meses anteriores (septiembre y octubre), donde las variaciones presentan datos similares con los actuales en muchos productos que selecciona el indicador.

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La cesta de la compra que indigesta al IPC: "El cliente está notando el precio".
CAPRABO

El IPC (Índice de Precios del Consumo) es uno de los medidores que más discusión genera entre los propios economistas. La razón principal se debe a la selección subjetiva que este indicador utiliza para medir la subida o bajada de los precios. Entre las muchas razones que se argumentan está el hecho de que este índice sí tenga en cuenta las cirugías estéticas y no la vivienda, siendo este uno de los principales gastos de cualquier familia. Sin embargo, el IPC sigue siendo el indicador más utilizado y se mantiene como el faro que nos permite conocer si el encarecimiento de la vida de los ciudadanos ha aumentado, sobre todo en fechas tan señaladas como las que llegan, caracterizadas por el incremento de la demanda de bienes por parte de las familias. 

El pasado lunes, el Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó el Índice de Precios del Consumo (IPC) adelantado. Así, la inflación anual estimada fue en noviembre de este año del 5,6%. Este indicador proporciona un avance del IPC que, en caso de confirmarse, supondría un aumento de dos décimas en su tasa anual, ya que en el mes de octubre esta variación fue del 5,4%. El dato avanzado para este mes de noviembre supondría la tasa más alta del IPC desde septiembre de 1992.

Desde el periódico La Información, se ha hecho un análisis, a partir de los datos facilitados por el INE, de cómo han variado en los dos últimos meses (octubre y noviembre) 20 productos diferentes de la cesta de la compra de los españoles: fruta, carne ovina y caprina, leche entera, legumbres y hortalizas, carne de vacuno, harina, aceite de oliva, azúcar, pan, huevos, pescado fresco, pescado congelado, mantequilla, chocolates, queso, marisco fresco, patatas, carne de porcino, vino y arroz.

De entre todos estos productos antes mencionados, la fruta es la que más ha aumentado en los dos últimos meses, con una variación de 9,5 puntos. Una realidad muy diferente a la que se vivió el año anterior, donde la variación fue negativa, reduciéndose su precio en más de ocho puntos. "El cliente ya lo está notando", afirma un frutero de un mercado próximo a la estación de Atocha (Madrid) y que prosigue: "El precio de muchas frutas ha aumentado, llegando hasta un 15% más".

Otro de los productos que más han aumentado, según la estimación del INE, es la carne ovina y caprina, con 2,7 puntos. Este último adquiere mayor relevancia por dos razones. Primero, porque el cordero siempre es un fijo para la cesta de la compra de la Navidad. Segundo, porque, según los datos del año 2020 y 2019, el precio de este tipo de carne siempre aumenta entre los meses de noviembre y diciembre, lo que podría -para este año- acrecentar aún más el problema.

En menor medida aumenta también el pescado fresco (0,3 puntos), los huevos (0,4 puntos), el pan (0,6 puntos), el aceite de oliva (0,6 puntos) y el azúcar (0,6 puntos). Por otro lado, el arroz (con un -0,5) y el vino (con un  -0,3) son los dos productos que más bajan su precio a las puertas de estas fechas tan señaladas. Esta tendencia parece tener una variación similar a la de muchos productos de los dos meses anteriores (septiembre y octubre). Así, el pan ha pasado de una variación del 0,4 al 0,6; las legumbres, del 1,3 al 1,5; la leche entera, del 1,6 al 1,5; el marisco fresco, del -0,4 al -0,2 y la carne de porcino, del 0,1 al -0,3. No obstante, hay también otros productos donde la diferencia sí se refleja con mayor notoriedad, como la carne de vacuno, la fruta, la harina y el azúcar.

El alza de los precios parece que con los años va a seguir ya que, según el Índice de Precios de Consumo (IPC), el precio de los alimentos en España ha crecido desde 2002 hasta este año en un 53%. Un dato que demuestra cómo la alimentación se ha convertido en un producto de la cesta de la compra de los españoles muy sensible a la inflación. Si el año pasado las restricciones motivadas por la pandemia de la Covid-19 fueron las que marcaron la Navidad, este año, todo indica, a que será la escalada de precios la que aglutine todos los disgustos de los españoles.

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