Aniversario de la guerra ruso-ucraniana

China aprovecha la guerra en Ucrania para reforzar su liderazgo comercial

El gigante asiático ha aprovechado las sanciones europeas como el embargo al crudo ruso por mar y el tope al precio del hidrocarburo para hacerse con las exportaciones rusas a unos precios mucho más bajos. 

China aprovecha la guerra en Ucrania para reforzar su liderazgo comercial
China aprovecha la guerra en Ucrania para reforzar su liderazgo comercial
DPA vía Europa Press

El 24 de febrero de 2022, Putin ordenó invadir Ucrania como parte de una “operación especial” que buscaba detener el acercamiento de los ucranianos a la Unión Europea y revertir el orden internacional de defensa del que tanto se enorgullece la OTAN. Un año después, la guerra continúa librándose y se ha convertido en una cuestión estratégica que suscita el interés de los principales ejes de la economía mundial: Rusia, Estados Unidos, la Unión Europea y China.

El gigante asiático ha ido consolidando su posición como líder del comercio mundial, adoptando estrechas relaciones con el país agresor. De esta forma, China se ha convertido en el país que más se ha beneficiado de la ruptura entre "The West and the rest" (Occidente y el resto del mundo), buscando crear un nuevo orden internacional, donde EEUU pierda su hegemonía, sin tener que involucrarse de forma militar más allá que para alardear de su capacidad.

El verdadero poder de China reside en su economía con la instrumentalización de las dependencias industriales que sufren países de todo el globo. No es de sorprender entonces que la guerra entre los grandes haya quedado relegada al ámbito comercial, considerando que aunque Estados Unidos ha logrado mantenerse como principal economía mundial, China persigue la posición muy de cerca.

¿Es una guerra ‘proxy’ la de Ucrania?

Mira Milosevich, investigadora principal para Rusia, Eurasia y los Balcanes del Real Instituto Elcano, mencionó en la mesa redonda “La guerra en Ucrania un año después”, que había quienes hablaban de la guerra ruso-ucraniana como una guerra contra Occidente en territorio ucraniano. Partiendo de esta base es imposible obviar el importante papel que están jugando EEUU y China en este conflicto.

Por su parte, EEUU ha conseguido revitalizar la OTAN y acercarse a una UE que se ha cohesionado más que nunca ante la amenaza de una guerra que pueda extenderse por el territorio europeo. Bajo la presidencia de Biden, el país ha dedicado más de 113.000 millones dólares en ayudas para Ucrania, más del doble que las ayudas del resto de países, tal y como informó Carlota Garcia Encina, investigadora principal de Estados Unidos y Relaciones Transatlánticas del Real Instituto Elcano, en la mesa redonda.

Este dinero se ha repartido en 4 bloques: en ayuda militar (68.000 millones de dólares), en ayuda humanitaria, en ayuda económica, en costes internos del país y en operaciones del gobierno. De esta manera, a EEUU el conflicto le ha servido también para reforzar su papel como potencia hegemónica.

En cuanto a China, su papel disiente completamente del de la política estadounidense. El gobierno de Xi Jinping ha tomado un camino mucho más sigiloso para ganar terreno como potencia mundial frente a EEUU. Aunque China no se ha involucrado directamente en esta guerra, sí que ha mostrado su apoyo “fundamentalmente diplomático y propagandístico” a Rusia, tal y como sugiere Mario Esteban, investigador principal del Real Instituto Elcano en el informe “La guerra en Ucrania un año después”.

Tampoco puede obviarse el apoyo económico, puesto que ha aprovechado las sanciones europeas para hacerse con las exportaciones rusas a unos precios mucho más bajos. De esta forma, China y Rusia han establecido una alianza contra las democracias de Occidente, aunque a largo plazo siguen siendo grandes rivales.

El camino estratégico que está siguiendo China en el comercio

Tal y como indica Esteban en el informe del RIE, Pekín está jugando sus bazas de forma muy inteligente, incrementando sus intercambios con Rusia, pero evitando con gran habilidad aquellas “acciones que puedan interpretarse como una forma de sortear las sanciones impuestas por EEUU y sus aliados”, señala. Gracias a su discreción solo han sido sancionadas seis de sus empresas con una relevancia muy limitada.

En especial, se ha visto el aumento de interés energético por el país bajo el mandato de Xi Jinping. La estrategia de autonomía energética que tan caro le ha salido a la UE (que compraba el 40% del gas de Rusia), ha permitido a China “absorber” este mercado a precios muy bajos, suavizando de esta forma el impacto de las sanciones occidentales sobre la economía del país euroasiático.

Con la medida de Occidente de imponer un embargo al crudo ruso por mar y el tope al precio del hidrocarburo y de sus derivados de origen ruso, el país se ha encontrado con una muy reducida lista de clientes a los que vender carburante. Por ello, las empresas rusas se han visto forzadas a ofrecer descuentos de hasta 30 dólares por barril de crudo de los Urales.

China ha sido uno de los principales beneficiados, junto con India, por su gran dependencia de este carburante. De esta manera China importó diariamente hasta 1,66 millones de barriles de crudo y fueloil el mes pasado en plena recuperación económica, según datos de Kpler.

Hasta dónde puede llegar China gracias a la guerra en Ucrania

China también ha aprovechado para afianzar su relación con Rusia en las exportaciones de gas, en concreto este mismo 9 de febrero los países han firmado un acuerdo para el suministro de gas por el Lejano Oriente. Según Gazprom, en los próximos 20 años el aumento del consumo de gas en China pasará a absorber el 40% del aumento mundial previsto en esta fuente energética.

Los envíos de gas natural hacia el país asiático superaron el pasado diciembre en un 18% las obligaciones contractuales diarias. Hay que señalar que el gasoducto "Power of Siberia", que puede enviar gas a Shanghái a lo largo de 3.000 kilómetros, se encuentra en su etapa final de construcción, aunque ya va dejando combustible en diversos puntos del Norte de China.

Aunque el futuro de la guerra es todavía incierto, China seguirá haciendo todo lo posible para ayudar a Rusia (siempre desde las sanciones económicas y sin cruzar los límites que harían saltar las alarmas de EEUU), ya que la derrota del país euroasiático frente a Ucrania implicaría la automática victoria de su principal enemigo: Estados Unidos.

A pesar del desenlace de la guerra ruso-ucraniana, es bastante predecible que Pekín continúe implementando una estrategia de comercio circular, reduciendo su dependencia de Occidente mediante el desarrollo de su propia base tecnológica y su mercado doméstico, mientras que paralelamente persuade a otros actores económicos a aumentar la dependencia de sus bienes con unos precios que dejan muy en desventaja con el resto de competidores.

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