China publica mañana dato de crecimiento económico con indicadores a la baja

  • El Gobierno chino publicará mañana los datos del crecimiento del producto interior bruto (PIB) de 2014, tras ver cómo la mayoría de los últimos indicadores difundidos apuntan a una tendencia a la baja de la segunda economía del mundo.

Pekín, 19 ene.- El Gobierno chino publicará mañana los datos del crecimiento del producto interior bruto (PIB) de 2014, tras ver cómo la mayoría de los últimos indicadores difundidos apuntan a una tendencia a la baja de la segunda economía del mundo.

Los analistas esperan un aumento del PIB de China de 2014 inferior al de 2013, cuando la tasa de crecimiento alcanzó el 7,7 %, y calculan que podría ser la menor cifra de las últimas dos décadas.

La mayoría de los expertos coinciden también en señalar que el dato de 2014 podría situarse ligeramente por debajo del objetivo de crecimiento que se marcó el Gobierno chino, del 7,5 %.

Así lo vaticinan los pronósticos de instituciones oficiales como el Banco Popular de China (el banco central del país asiático), que prevé un 7,4 %, o la Academia China de Ciencias Sociales (principal centro de estudios estatal), que anticipa un 7,3 %.

También en el 7,4 % sitúan sus perspectivas de crecimiento para China el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

A la espera de que mañana la Oficina Nacional de Estadísticas confirme o no estas predicciones, los indicadores de 2014 que ya se conocen parecen mostrar en general una ralentización de la economía del gigante asiático.

En el acumulado de los tres primeros trimestres del año pasado, el PIB creció un 7,4 %, tras subir un 7,4 % en el primero, un 7,5 % en el segundo y un 7,3 % en el tercero (el menor dato trimestral desde 2009).

El comercio exterior, uno de los motores tradicionales de la expansión china, creció un 3,4 % en el conjunto del año pasado, menos de la mitad de lo que aumentó en 2013 (7,6 %) y de la meta que había fijado el Gobierno (7,5 %).

El sector exterior chino se vio lastrado en 2014 por el estancamiento de las importaciones, que subieron un 0,4 %, signo de una débil demanda interna.

Además, la inflación se situó en un 2 %, seis décimas menos que en 2013, con lo que alcanzó su menor registro desde 2009 y se quedó lejos del objetivo gubernamental del 3,5 %.

También los precios de la vivienda nueva en las principales ciudades chinas -el Gobierno no facilita datos del conjunto del mercado inmobiliario- acumularon caídas generalizadas en buena parte del año: desde mayo hasta diciembre la tendencia fue a la baja.

Incluso el consumo eléctrico de China -que ascendió en 2014 un 3,8 % respecto al año anterior, la mitad del incremento registrado en 2013 (7,5 %)- refleja una ralentización en la actividad económica.

Otros indicadores, en cambio, dieron motivos para el optimismo, por ejemplo en materia de empleo, ya que el objetivo del Gobierno para 2014 de crear diez millones de nuevos puestos de trabajo urbanos -no se dan datos de ocupación en el medio rural- se cumplió ya entre enero y septiembre.

Asimismo, la inversión de China en el exterior superó por primera vez la barrera de los 100.000 millones de dólares en un año, al ascender a 102.900 millones de dólares (88.430 millones de euros), un 14,1 % más que en 2013 y, de mantener ese ritmo de crecimiento, el país asiático podría convertirse en inversor neto en 2016.

"Un crecimiento más lento es natural y no necesariamente un signo de debilidad", explica a Efe la analista de la agencia de calificación Moody's Alaistar Chen, quien atribuye al desarrollo y a la evolución demográfica del país ese posible menor aumento del PIB y no descarta la adopción de medidas de estímulo.

Las autoridades chinas han insistido en las últimas semanas en que la potencia asiática tiene que adaptarse a su "nueva normalidad", la expresión con que aluden a la etapa de menor crecimiento en la que ha entrado la segunda economía mundial tras años de expansión en dobles dígitos.

El presidente chino, Xi Jinping, y otros dirigentes han manifestado también que los objetivos de crecimiento del Gobierno son flexibles y que, en la medida en que se mantenga el empleo, no debería "asustar" una ralentización de la economía.

Estas declaraciones ponen en cuestión las opiniones de muchos expertos, que consideran que el Gobierno chino podría aprobar estímulos adicionales si se incumpliera su objetivo de crecimiento.

En todo caso, el banco central ya aprobó a finales de noviembre el primer recorte de los tipos de interés en dos años con la intención de estimular la economía, en vista de que el país asiático iba perdiendo fuelle.

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