Cinco claves que explican el desplome de la economía española en 2012

    • El consumo de los hogares, del que depende el 60% del PIB, sigue sin ofrecer síntomas de recuperación, lastrado por la fuerte caída de los ingresos por salarios.
    • La necesidad de reducir el déficit rebaja en 11.000 millones de euros la contribución del sector público al crecimiento.
La economía española sigue atrapada en su segunda recesión.
La economía española sigue atrapada en su segunda recesión.
Bruno Pérez

2012 ha sido el año de la temida segunda recesión para España. Tras atravesar el desierto de parálisis económica y destrucción de empleo que supusieron los años 2009 y 2010, España volvió a destruir tejido económico el año pasado al compás de la desconfianza de los inversores hacia el país y del endurecimiento de la austeridad.

Los datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística permiten identificar las claves que explican este segundo desplome de nuestra economía.

- Las familias sacrifican el consumo en favor del ahorro. Del consumo de los hogares españoles depende nada menos que el 60% del PIB español. En 2012, éste no ofreció ningún signo de recuperación, en línea con las cifras históricamente bajas en que se mueven los indicadores de confianza de los consumidores. Finalizado 2012, el consumo de los hogares se sitúa todavía en niveles inferiores en un 6,8% a los registrados en 2008. La otra cara de esa misma moneda es la mayor inclinación de las familias españolas a ahorrar.

- Fuerte caída de los ingresos de los asalariados. La atonía del consumo no es más que la consecuencia directa de la apurada situación económica de las familias españolas y ésta se debe en buena medida al extrangulamiento de su principal vía de ingresos: los salarios. La remuneración de los asalariados se redujo un 8,5% en 2012, lo que traducido en euros contantes y sonantes supone que las familias españoles han perdido 27.447 millones durante el año pasado, un 2,8% del PIB. Un fenómeno agravado por el alza del 6% de lo que han tenido que destinar a impuestos.

- Cada vez menos personas trabajando. Y como en la economía todo está comunicado, ese desplome de los ingresos salariales no se entendería sin el desplome aún mayor del empleo. Los datos de PIB que ofrece el INE calculan el número de empleados a jornada completa en la economía, un criterio muy diferente al de la Encuesta de Población Activa que registra el número de personas que tienen un empleo, independientemente de que éste sea a jornada completa o a tiempo parcial. Durante 2012, la economía española destruyó el equivalente a 805.000 puestos de trabajo a tiempo completo, una caída anual del 4,7%.

-La contribución de las Administraciones Públicas al crecimiento se desploma.Se supone que la austeridad en el gasto público tiene un lado bueno, que permite recuperar la confianza de los inversores; y luego un reverso oscuro, que retrae el crecimiento. En 2012 la contribución del gasto de las Administraciones Públicas al crecimiento se redujo un 5%, lo que significa que el sector público español gastó 11.000 millones de euros menos para tratar de contener el déficit público. Aún así, el gasto público aún se sitúa por encima de los niveles en que estaba en 2008.

- Sin demanda en el mercado no hay producción. El Banco de España revelaba ayer que la utilización de la capacidad productiva de las empresas españolas estaba en niveles históricamente bajos. Y no sólo eso, muchas compañías están convencidas de que tienen un exceso de capacidad instalada, lo que es una mala noticia para la actividad y para el empleo. Los datos del PIB subrayan esta inquietante: la formación bruta de capital fijo, lo que vendría a ser la inversión del tejido empresarial para producir bienes y servicios cayó el 12,4% en el último trimestre de 2012; y las importaciones, que no dejan de ser un reflejo del apetito del tejido productivo nacional, profudizaron en la caída que vienen mostrando desde que se iniciara la crisis. Siguen los nubarrones.

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