IRPF

¿Cómo tributan los depósitos y las cuentas de ahorro?

Los bancos han comenzado a remunerar los ahorros de sus clientes en plena escalada de los tipos de interés y los depósitos o las cuentas de ahorro han empezado a generar interés.

Descubre el ahorro inteligente: 5 estrategias para hacer crecer tu dinero
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Arthon meekodong a través de Canva

Los bancos han comenzado a remunerar los ahorros de sus clientes en plena escalada de los tipos de interés. Por ello, los depósitos o las cuentas de ahorro han empezado a generar interés para sacar rendimiento del dinero ahorrado. En el caso de los depósitos, el cliente deposita su dinero en el banco durante un plazo determinado a cambio de unos intereses. Su principal diferencia con las cuentas de ahorro es que en ese caso el cliente podrá disponer de su dinero siempre que quiera.

Esa diferencia puede marcar el tipo de interés obtenido. A la hora de elegir dónde depositar nuestro dinero hay que tener en cuenta la rentabilidad que podemos obtener, pero también los gastos asociados. Entre ellos, los impuestos. En concreto, los intereses obtenidos –no los ahorros totales del contribuyente- tributan por el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y se deben incluir en la declaración de la Renta del año en fueron devengados.

Incluidos en la base del ahorro

Para la Agencia Tributaria, los intereses de cuentas y depósitos -y de activos financieros en general- se consideran rendimientos de capital mobiliario, que, a su vez, se integran en la base imponible del ahorro. En la renta se distingue entre la base general imponible y la base imponible del ahorro. En esta última se incluyen los rendimientos de capital mobiliario y las ganancias y pérdidas patrimoniales. Según a qué base se aplique, se utilizan diferentes tramos de tipos impositivos. Para la base del ahorro son los siguientes:

  • Hasta 6.000 euros tributan al 19%
  • Entre 6.000 y 50.000 euros al 21%
  • Entre 50.000 y 200.000 euros al 23%
  • Más de 200.000 euros al 26%.

Sobre estos tramos, hay que tener en cuenta que en el IRPF hay un tramo estatal y otro autonómico. Este último tramo lo fija cada Comunidad Autónoma, por lo que los tipos aplicados pueden variar. No obstante, en caso de no quedar fijados la ley del IRPF establece los generales. Además, la tributación es diferente en Navarra, donde se aplica una escala por la que se tributa con tipos entre el 19% y el 28%, y en Vizcaya, Guipúzcoa y Álava, donde el saldo positivo de la base del ahorro tributa a una escala del 20% al 25% (este último tipo aplicable a partir de 30.000 euros).

Los porcentajes se aplican de manera progresiva. Así, por ejemplo, si un contribuyente obtiene 8.000 euros en intereses por tener su dinero en un depósito, los primeros 6.000 euros tributarán al 19% y los 2.000 siguientes al 21%.

No obstante, al obtener estos intereses se aplicará la retención correspondiente a modo de anticipo. Eso sí, hay que tener en cuenta que solo sobre el importe obtenido, no por el total de los ahorros del contribuyente. De manera general, la retención que aplican los bancos es el 19%. Después, en la declaración de la Renta se ajustarán los tipos correspondientes en función del importe total que resulte la base imponible del ahorro.

A la hora de completar la declaración de la Renta, los intereses percibidos por los depósitos o cuentas de ahorro contratados en la casilla 0597. Sobre esta cuestión, la Agencia Tributaria recuerda que “en ningún caso podrán computarse gastos deducibles respecto de estos rendimientos”.

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