Compraventa privada o arras: cuál elegir si se retrasa la compra de mi casa

En realidad lo que subyace en ambos contratos es una compraventa porque, según nuestro Código Civil, hay compraventa si uno de los contratantes se obliga a entregar una cosa determinada y el otro a pagar por ella un precio cierto, en dinero o signo que lo represente. La compraventa consiste, en definitiva, en que uno se obliga a transmitir la propiedad de un bien a otro por un precio determinado, que el otro se obliga a pagar.

En el seno de lo que conceptualmente una compraventa puede pactarse una posibilidad de desistir lícitamente de la misma a cambio de una penalización.

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Eso son, en realidad, las arras penitenciales, que permiten decidir no transmitir la propiedad (vendedor) o no adquirirla (comprador) en las condiciones pactadas, a cambio de indemnizar a la otra parte con el importe de las arras.

Si llevamos cabo una compraventa privada, en cambio, nos estaremos obligando “en firme” a transmitir y adquirir (si hablamos de inmuebles, a otorgar la escritura pública de compraventa, que es la forma usual); de suerte que si no llegamos a hacerlo, la otra parte podrá optar entre exigírnoslo, incluso judicialmente, o por resolver el contrato ante nuestro incumplimiento, en ambos casos con opción a una indemnización de daños y perjuicios.