Confianza de industriales de Brasil subió en agosto tras cinco meses de caída

  • El índice de confianza de los industriales brasileños en la economía del país subió desde 46,4 puntos en julio hasta 46,5 puntos en agosto, con lo que registró una ligera recuperación tras cinco meses consecutivos de caída, informó hoy la Confederación Nacional de la Industria (CNI).

Río de Janeiro, 18 ago.- El índice de confianza de los industriales brasileños en la economía del país subió desde 46,4 puntos en julio hasta 46,5 puntos en agosto, con lo que registró una ligera recuperación tras cinco meses consecutivos de caída, informó hoy la Confederación Nacional de la Industria (CNI).

Pese a la mínima subida, el índice aún está por debajo de los 50 puntos, nivel que para la patronal de los industriales refleja falta de confianza del empresario.

En agosto del año pasado el índice de confianza de los industriales era de 52,5 puntos y en el mismo mes de 2011 era de 57,5 puntos, niveles bajos pero que reflejan optimismo por parte de los industriales, de acuerdo con la CNI.

El índice de confianza de los industriales es medido mensualmente mediante un sondeo que consulta a 2.763 dirigentes de 27 sectores fabriles, incluyendo desde pequeñas hasta grandes compañías.

Según la Confederación, tan sólo los industriales de los sectores farmacéutico y alimentos y bebidas tenían un índice de confianza superior al listón de los 50 puntos en agosto.

Los economistas del sector financiero consultados la semana pasada por el Banco Central proyectan para este año una desaceleración económica en el país, con un crecimiento de sólo el 0,79 % frente al 2,30 registrado en 2013, en gran parte por el mal desempeño de la industria.

Según el sondeo del organismo emisor, los expertos prevén que la producción industrial de Brasil sufrirá este año una retracción del 1,78 %, frente a la caída del 1,15 que esperaban hace cuatro semanas.

Diferentes indicadores ya han mostrado que la producción de la industria se reducirá este año, lo que los economistas atribuyen a la caída del consumo interno como consecuencia de la inflación, a la reducción de las inversiones productivas, al encarecimiento de los préstamos por el aumento de los intereses y a una fuerte bajada de la demanda de países como Argentina por productos industriales brasileños.

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