Pleno en el Congreso

Díaz defiende la reforma laboral con el bloque político de investidura 'tocado'

Asegura que diez años después, la Cámara baja vuelve a votar "el contenido de una norma que recupera derechos para los trabajadores y trabajadoras de nuestro país".

La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz (C), a su llegada al pleno del Congreso de los Diputados que debate y vota este jueves la convalidación de la reforma laboral pactada entre Gobierno y agentes sociales y aprobada por decreto ley
La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz a su llegada al pleno del Congreso de los Diputados.
EFE

"Me entristece que una norma que creo que es la más importante de esta legislatura se centre en debates superficiales y en las rivalidades partidistas. Tal y como me han enseñado en mi casa, concibo la política como un camino para mejorar la vida de la gente; si una norma contiene avances hay que votar a favor. Hoy se vota sí o no a un trabajo decente. Solo la ultraproductividad justifica votar a favor".

Yolanda Díaz ha arremetido este jueves en el Congreso de los Diputados contra los partidos que se oponen a la aprobación de una reforma laboral que, en sus palabras, pone fin a la legislación del PP "más perniciosa" para los trabajadores. La vicepresidenta y ministra ha asegurado que diez años después, la Cámara baja vuelve a votar "el contenido de una norma que recupera derechos para los trabajadores y trabajadoras de nuestro país".

El Congreso de los Diputados convalidará hoy la reforma laboral pactada por el Gobierno y los agentes sociales con el apoyo final de Cs, PDeCat, UPN, Más País, Compromís, Coalición Canaria, Nueva Canarias, Teruel Existe y PRC, que suman, junto al PSOE y Unidas Podemos, una mayoría de 176 diputados. PDeCAT y UPN han sido los últimos partidos en dar su apoyo a una reforma que no se cambiará en el trámite parlamentario ni verá modificado su contenido a futuro, razón por la que PNV ha confirmado a primera hora de este jueves que tampoco contarán con sus votos y sin conocer cuál será definitivamente el voto de ERC, que en estos momentos está en el 'no'.

Su rechazo se sumará al del bloque liderado por PP y Vox, al que también se han adherido EH Bildu, BNG, la CUP, Foro Asturias y el exdiputado de Cs Pablo Cambronero (ahora en el Grupo Mixto), lo que supone un total de 173 diputados. De esta forma, se rompe momentáneamente la dinámica de mayorías parlamentarias en la que el Gobierno de coalición del PSOE y Unidas Podemos se había ido apoyando durante toda la legislatura, de la que siempre formaban parte ERC, PNV y EH Bildu, e introduce en la ecuación a Ciudadanos, hasta ahora siempre en el bloque del "no".

Díaz ha arrancado su intervención agradeciendo la presencia en la tribuna del hemiciclo de los secretarios generales de los dos grandes sindicatos de clase del país. Pepe Álvarez, de UGT, y Unai Sordo, de CCOO, han asistido al Congreso a presenciar una votación en la que se juegan mucho. La vicepresidenta les ha manifestado su gratitud por su contribución a la norma y ha sido inmediatamente arropada por el aplauso de los suyos. Han sido nueve meses de negociaciones, de discusiones y entendimiento, ha recordado la ministra de Trabajo. Inmediatamente después, ha sacado pecho del primer impacto de la reforma, que según ha asegurado ya está desplegando sus efectos en el primer mes de vigencia.

La vicepresidenta ha manifestado su ilusión y preocupación. Ilusión, por sacar adelante una norma que ha calificado de "histórica", y preocupación por no haber logrado convencer a sus socios favoritos de sumarse al bloque del 'sí'. Tras agradecer expresamente su apoyo al texto a los representantes parlamentarios del PSOE, Unidas Podemos, Ciudadanos, PdeCat, Más País, Compromís, Nueva Canarias, Teruel Existe, Partido Regionalista de Cantabria, Unión del Pueblo Navarro (UPN) y Coalición Canaria, también le ha dado las gracias al PNV, de quienes ha asegurado que "sí han sido serios" y "han discutido de contenidos".

"Darle la espalda a esta Reforma, rechazarla, dejarla caer, es devolvernos a la casilla de salida en el juego funesto de la precariedad. Nadie que haya vivido en ese lugar quiere volver a él. Nadie, con su voto, debería obligarnos a hacerlo. No encuentro, por mucho que lo busque, un argumento sólido para votar en contra de esta Reforma, para enrocarse ante un Real Decreto-ley que ya ha dejado sentir sus efectos positivos en nuestro mercado laboral y en la vida de tantas familias", ha reiterado la vicepresidenta en un último intento de presionar a los socios de ERC.

Una por una, ha defendido las bondades de la reforma pactada con los sindicatos y la patronal. También ha agradecido su labor en las mesas de negociación a los empresarios, quienes no estaban presentes en el hemiciclo, al contrario de los líderes sindicales. Y ha adelantado que no va a quedarse aquí y que vienen más cambios: "Esta profunda Reforma abre una nueva y apasionante etapa para la negociación colectiva, para el diálogo, para la construcción en común de un nuevo Estatuto del Trabajo del siglo XXI". Tras pedir el voto afirmativo a una reforma que implica "la responsabilidad y el orgullo de proteger a las personas trabajadoras de nuestro país", ha sido ovacionada desde su bancada.

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