Las consecuencias de estar en una lista de morosos que afectan a la vida diaria

Más allá de la incomodidad que pueden suponer ciertas deudas, las personas que encuentran difícil cumplir con los plazos que les suponen estas obligaciones pueden terminar volviéndose parte de las denominadas listas de morosos a cargo de entidades como empresas bancarias y financieras, compañías de telefonía, empresas de seguros o incluso la Administración Pública. Tanto personas físicas como jurídicas pueden aparecer en estas bases de datos, una complicación que no parece tan seria hasta que se examinan las consecuencias de formar parte de ellas.

Cualquier persona puede figurar en estas listas si la cuantía de su deuda es igual o superior a 50 euros, mientras que en el caso de las empresas, este límite aumenta hasta llegar a un mínimo de 300 euros. 

Algunos de los obstáculos más prominentes de las personas afectadas son las dificultades que pueden surgir en el momento de realizar ciertos procedimientos financieros, como lo sería solicitar un préstamo de cualquier tipo, una hipoteca o una tarjeta de crédito a los bancos. Incluso puede suceder que a la persona deudora no se le permita comprar un inmueble.

Cuándo desaparecen los datos de los morosos

Otros ámbitos en los que figurar como moroso en alguna de estas bases de datos resulta ser un gigantesco impedimento es al intentar contratar ciertos servicios. Los seguros son un ejemplo clave, pero existen circunstancias en que incluso se puede negar asistencia para otras operaciones, como lo sería pedir una línea telefónica, ya sea fija o móvil.

Los datos de los morosos deben desaparecer de estos listados al cumplirse seis años desde la fecha en que se registraron, aunque este periodo se reinicia si la empresa acreedora vende la deuda a una compañía de recobro, es decir, que tendrían que pasar seis años más para que la persona afectada se libre de los efectos de aparecer en una lista de morosos.