El Ayuntamiento de Barcelona ha terminado las obras del primer edificio del Programa de alojamientos de proximidad provisionales (APROV). El inmueble se ha construido con una "fórmula innovadora": contenedores marítimos que aportan rapidez y sostenibilidad.
Se trata de una estructura formada por dieciséis módulos de contenedores marítimos reciclados y acondicionados que se han ido encajando los unos con otros. Hay doce alojamientos: cuatro tienen dos habitaciones y 60 metros cuadrados de superficie y los otros ocho tienen una habitación y 30 metros cuadrados. El proyecto representó un coste de 940.000 euros para el Ayuntamiento. Los pisos están en el barrio Gótico y tiene como objetivo "aligerar la presión de la emergencia residencial en el distrito de Ciutat Vella. Las familias que lo estrenarán podrán mudarse después de las fiestas navideñas.
Como se trata de edificios modulares e industrializados, los APROP reducen en un 58% los residuos, y el hecho de reutilizar los contenedores marítimos permite bajar un 32% las emisiones de CO2. La certificación energética de las viviendas es AA, por lo que el consumo energético es de cuatro a seis veces más bajo que el de una construcción convencional.
La alternativa de Vivienda se inspira en propuestas de éxito que ya funcionan en otras ciudades como Ámsterdam, Copenhague y Vancouver. S prevé que a principios del 2020 comience el procedimiento para la licitación de un segundo proyecto en la calle de Bolívia, 33-41, en el barrio del Parc i la Llacuna del Poblenou. Este edificio contará con 42 alojamientos, 35 dobles y 7 individuales; una lavandería compartida; y equipamientos para el barrio como un huerto urbano y cubierta verdes.
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