Las constructoras suben en bolsa mientras los pisos bajan y bajan

  • Las seis grandes constructoras cotizadas están recuperando el vuelo en bolsa gracias, entre otros motivos, a su prácticamente nula exposición al negocio inmobiliario, a la venta de activos y al vertiginoso ritmo de reducción de deuda en que están inmersas.
José de la Vega

Las constructoras suben en bolsa y el precio de los pisos baja y baja. Esto puede parecer en principio una paradoja, pero no es así, porque el negocio de las grandes constructoras, en contra de lo que pueda pensar una gran parte de la opinión pública, poco o nada tiene que ver, en general, con el ladrillo.

ACS, Acciona, Ferrovial, FCC, Sacyr y OHL son grupos de infraestructuras, dedicados fundamentalmente a la obra pública y a los servicios. De ahí que sean relativamente inmunes a la travesía por el desierto que todavía tiene por delante el negocio inmobiliario. Y, de ahí, que estén remontando el vuelo en bolsa, al margen del ladrillo.

Desde que estalló la crisis, estas empresas han sido fuertemente castigadas en el mercado. Primero, porque sus disparados endeudamientos pusieron en riesgo su viabilidad. Segundo, porque su principal cliente, el Ministerio de Fomento, ha sido el más perjudicado con el tijeretazo: 6.400 millones de euros menos. Y tercero, porque la agónica situación financiera de los Ayuntamientos pone en jaque otra gran parte de sus ingresos.

Sin embargo, las seis grandes constructoras han sabido capear el temporal gracias a dos pilares: la internacionalización (más de la mitad de sus ingresos procede del exterior) y la venta de activos.

Sólo en lo que llevamos de 2010, Ferrovial ha vendido la empresa de servicios aeroportuarios en tierra Swissport por 650 millones de euros; el 50% de Autopistas Trados 45 por 67 millones, el 10% del grupo de aeropuertos BAA por 300 millones de euros (además, al perder la mayoría de esta sociedad no tiene que consolidar el grupo y se ahorra 15.000 millones de euros de deuda); el 50% de Airport Property Partnership, por 280 millones; el 10% de la autopista ETR 407 de Toronto por otros 640 millones; varias carreteras chilenas por 209 millones; la sociedad Tube Lines, gestora de tres líneas del metro de Londres, por 238 millones; y el aeropuerto de Nápoles, por 150 millones.

ACS también se ha desprendido de su filial de puertos de Dragados, por 720 millones de euros; y del 15% de la sociedad de autopistas Abertis, por 2.300 millones. Estas ventas han permitido al grupo presidido por Florentino Pérez enderezar su balance, cuyo golpe de gracia definitivo llegará con la próxima opa sobre la alemana Hochtief y, sobre todo, a partir del próximo año, cuando desaparezcan los blindajes de Iberdrola y vuelva al ataque para entrar en el consejo de la eléctrica y así consolidar el 20% que posee.

Sacyr-Vallehermoso, que durante los últimos años ha llevado a cabo importantes ventas como la constructora francesa Eiffage o la empresa de autopistas Itínere, ha recuperado el oxígeno este año gracias a dos grandes hitos: la refinanciación de Vallehermoso y la recuperación en bolsa de Repsol. Prácticamente la mitad de la deuda del grupo presidido por Luis del Rivero está ligada al 20% que posee en la petrolera, por tanto, la mejora de ésta en el mercado se traduce en una revalorización de la constructora.

Acciona y FCC, por su parte, están recogiendo los frutos de importantes contratos internacionales, como la ejecución del Metro de Panamá, por 1.047 millones de euros, que acaba de conseguir la empresa de Esther Koplowitz; o la autopista canadiense Windsor-Essex Parkway, valorada en 1.100 millones, que ha conseguido el grupo de José Manuel Entrecanales en alianza con ACS.

OHL, por su parte, ultima la salida a bolsa de su filial méxicana, una operación con la que prevé ingresar 800 millones de euros y que consolidará al grupo de Juan Miguel Villar Mir como uno de los valores que mejor se han comportado durante toda la crisis.

Todas estas desinversiones llevadas a cabo por las grandes constructoras han sido muy bien valoradas por los analistas, pues han servido para mejorar notablemente su deuda, y están siendo muy bien acogidas por los inversores.

Pero ninguna de estas compañías podría haber vendido ninguno de los activos citados para hacer frente a sus deudas si previamente no hubieran diversificado su actividad y comprado dichos activos. Es evidente que hay que sembrar para recoger. Y las grandes constructoras han sembrado, quizá en algunas ocasiones a precios un tanto altos, pero han sembrado. Y ahora han recogido.

Como dijo el escritor y diplomático granadino, precursor de la generación del 98, Angel Ganivet: “Quien vive con más desahogo no es el que tiene más éxito, sino el que administra bien lo mucho o poco que tiene”.

Coda

Ojo avizor a los resultados que presente Repsol el próximo jueves y a la conferencia telefónica que mantendrá por la tarde con los analistas. Parece ser que la mayoría de los expertos coincide en que el crecimiento puede ser importante, a pesar del estrechamiento de los márgenes del negocio y de la subida de los costes.

Estrambote

Las constructoras subieron ayer con fuerza. A la cabeza del sector, OHL, con una ganancia del 4,87%, seguida de Sacyr-Vallehermoso, con un 4,27%. Ferrovial, por su parte, ganó un 3,30%. FCC, un 1,32%. Acciona, un 1,57%, y ACS, un 1,43%. Habrá que seguir a este grupo de sociedades en sus desinversiones, en el adelgazamiento de su deuda y en los contratos que puedan firmar.

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