Excluyendo los productos perecederos, los precios de consumo retrocedieron un 0,1%, respecto al mismo mes de 2014, anunció el ministerio de Asuntos Internos.
Ya habían caído en agosto, por primera vez desde que el BoJ lanzara en abril de 2013 una ofensiva monetaria para precisamente terminar con la deflación, un fenómeno pernicioso para la economía, ya que incita a los consumidores a retrasar sus compras, a la espera de obtener tarifas mejores.
No obstante, si se excluye los alimentos y la energía, los precios progresaron un 0,9% en septiembre, contra +0,8% en agosto, un elemento que el gobernador del BoJ no duda en destacar para mostrar la eficacia de su política. Según él, la curva volverá a ser positiva una vez que los efectos de la caída de los precios del petróleo se han disipado.
Por otra parte, el consumo de los hogares japoneses retrocedió en septiembre un 0,4%, en comparación con el mismo mes de 2014, una caída inesperada que refleja la fragilidad de la recuperación económica en la tercera economía del mundo.
Esta cifra están muy por debajo de las expectativas: los economistas interrogados por la agencia Bloomberg apostaban por un alza de 1,1%.
En cambio, la situación en el frente laboral sigue siendo positiva. La tasa de desempleo se mantuvo estable en septiembre, a 3,4% de la población activa, después de haber caído en julio a 3,3%, su nivel más bajo desde hace casi 20 años.
El BoJ también tomará en cuenta las cifras de la producción industrial (+1% en septiembre), anunciadas el jueves.
El Banco de Japón mantendrá una reunión este viernes, con todas las miradas puestas encima, apenas un año después de que lanzara un extenso programa de compra de activos.
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