Así funciona el contrato de relevo, la alternativa ante una jubilación parcial

Fotografía de un jubilado.
Fotografía de un jubilado.
Imagen de Antonio Jiménez Alonso en FreeImages.

En España existe la posibilidad de jubilarse de manera anticipada parcialmente, es decir, se trabaja parte de la jornada y se cobra parte de la pensión pública a la que se tiene derecho por jubilación. Esta situación, que en principio podría desconfigurar la actividad de la empresa, puede dar pie a una oportunidad para un nuevo trabajador a través del contrato de relevo.

La firma de este contrato está ligada indivisiblemente a la prejubilación de otro trabajador. No obstante no se puede contratar a cualquier persona. El Estatuto de los Trabajadores establece que la firma de este contrato solo se podrá celebrar con un trabajador en situación de desempleo o que ya estuviese contratado de manera temporal por la empresa.

Se trata de una modalidad poco conocida, apenas se firmaron 19.246 en 2018, cuando en total se firmaron más de 22 millones según datos del SEPE. Pero permite introducir a un nuevo empleado dándole cierta estabilidad. La duración de este contrato debe ser indefinida o, como mínimo, igual al período de jubilación parcial que mantenga el relevado, es decir, hasta que ese trabajador alcance la edad de jubilación ordinaria.

Puede ocurrir que el trabajador prejubilado parcialmente decida continuar con su situación una vez alcanzada la edad necesaria para retirarse. En ese caso, el contrato de relevo se podrá prorrogar anualmente si hay acuerdo entre la empresa y trabajador. Además, cuando se haya firmado un contrato indefinido de jornada completa, la normativa obliga a mantener el contrato dos años después de que se haya producido la jubilación total.

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Las condiciones del contrato del nuevo empleado se deben acordar entre las partes. Así, la jornada podrá ser a tiempo completo o parcial, aunque como mínimo deberá ser igual a la jornada que cubrirá el prejubilado. Igualmente, dado que el objetivo del contrato es dar relevo a un trabajador, la función que asuma podrá ser la misma o similar. Eso sí, la regulación obliga que haya correspondencia entre las bases de cotización de ambos trabajadores.

¿Qué ocurre tras la jubilación?

Como indica su nombre, el fin de este contrato es dar un relevo laboral, de manera que el nuevo trabajador pueda solaparse con el que se va a jubilar para aprender de él y poder sustituirle en el futuro. Sin embargo, no todos los contratos de esta tipología se firma de manera indefinida, ya que pueden finalizar cuando se alcance la edad ordinaria de jubilación.

Con el objetivo de evitar esta situación, desde la Administración Pública se busca fomentar la conversión de los contratos de relevo temporales en indefinidos, de manera que estas transformaciones pueden dar lugar a bonificación.

En concreto, el Servicio de Empleo Pública Estatal recoge una bonificación de 500 euros al año a las cuotas empresariales a la Seguridad Social para las empresas que conviertan en indefinido un contrato de relevo temporal. Esta cifra asciende a 700 euros al año en el caso de que la persona contratada sea una mujer. Eso sí, esta ayuda solo está disponible para las empresas con menos de 50 trabajadores.

Estadísticas del contrato de relevo

Los datos revelan que este tipo de contrato se aplica de manera indiferente entre hombres y mujeres. De los 373 nuevo contratos de relevo que se firmaron en el mes de agosto, el 49,6% eran hombre y el 50,4% mujeres. Sin embargo, los porcentajes varían  al observar cuántos se convirtieron en indefinidos, ya que la conversión se produce más entre los hombres que entre las mujeres. Según los datos del SEPE del mes de agosto, de los 191 contratos de relevo temporales que se convirtieron en indefinidos el 62,8% eran hombres y el 37,2% restante mujeres. 

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