El empleo se resiente

Los contratos de trabajo caen al mínimo histórico en una Semana Santa blindada

Las previsiones apuntan a 88.000 contrataciones, incluso menos que en 2020. El turismo, que se juega el 15% de su facturación anual estos días, da por perdida la campaña y mira ya a un verano 'a medio gas'.

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Los contratos de trabajo caen al mínimo histórico en una Semana Santa blindada
EFE

La Semana Santa está señalada en el calendario de los ministerios de Trabajo y Seguridad Social porque, cada año, suele marcar el inicio de la recuperación estacional del empleo tras el bajón posterior a la campaña navideña. En esta ocasión, sin embargo, el Gobierno no va a poder ofrecer buenas noticias en los próximos días porque los contratos de trabajo se han desplomado a su mínimo histórico, incluso por debajo de los niveles de 2020, ya que entonces, aunque estas fechas coincidieron con el confinamiento domiciliario, la contratación había comenzado varias semanas antes. Pero ahora, las malas expectativas han jugado en contra del mercado laboral y han hundido la firma de contratos, esencialmente de temporales, que son los que suelen tirar del empleo en estas fechas en años normales.

El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, lo advertía recientemente: "No se están realizando contrataciones asociadas a la preparación para la Semana Santa. Esto ha pasado en febrero y está pasando en marzo". En rueda de prensa para dar cuenta de la gestión de su departamento auguraba, además, que "la recuperación estacional del empleo en estas fechas se va a posponer". Sin aventurarse a proyectar fechas para esta reactivación -pese a haber presidido la Autoridad Fiscal antes de llegar al Ministerio, Escrivá no es partidario de hacer previsiones, especialmente en momentos de elevada incertidumbre como el actual- afirmaba que "se producirá más adelante, conforme avance el proceso de vacunación y la vuelta de la movilidad".

Tras dos meses seguidos de aumentos del paro (enero y febrero) será el próximo martes, 6 de abril, cuando el Gobierno dará a conocer el balance del mercado laboral durante el mes de marzo. Por el momento, las previsiones son agoreras, porque pese a algunas señales mixtas, como el incremento de la velocidad de salida de los trabajadores en ERTE, el hundimiento de la contratación -principalmente temporal- ligada a la campaña turística de Semana Santa será notable. Según las proyecciones de Randstad, estos días se firmarán 88.420 contratos en España, un 1,6% menos que el año pasado, en el que ya se acusó impacto de la Covid, y un 56% menos que en 2019.

Para hacerse a la idea del desplome que supone esta cifra, hay que tener en cuenta que en las distintas campañas de Semana Santa celebradas entre los años 2010 y 2013, el mercado laboral español, aun recuperándose de la gran recesión de 2008, se mantuvo en el entorno de las 100.000 incorporaciones, con ligeros ascensos y descensos en función del ejercicio. Sin embargo, desde 2014 se registraron seis años de crecimiento consecutivos, hasta superar por primera vez los 200.000 contratos en Semana Santa de 2019, el año previo al estallido de la crisis sanitaria. En 2020, cuando estas fechas se celebraron en pleno estado de alarma, la contratación se hundió por debajo de los 90.000. 

Si bien es cierto que las previsiones de contratación presentan notables diferencias a nivel autonómico. La compañía de recursos humanos calcula que la Comunidad de Madrid (3%), País Vasco (2,7%) y Galicia (0,8%) serán las únicas autonomías que verán crecer el número de contrataciones con respecto al año pasado. Ya experimentando caídas, aunque menos pronunciadas que la media nacional (-1,6%), se encuentran Andalucía (-0,3%), Castilla-La Mancha (-0,6%), Baleares (-1%), Canarias (-1,3%) y la Región de Murcia (-1,4%). Destaca, en cualquier caso, que los dos archipiélagos no registrarán caídas excesivamente pronunciadas en la contratación gracias a la previsión de llegada de turistas.

No en vano, la contratación de Semana Santa está casi exclusivamente ligada al sector turístico y las actividades relacionadas, como la hostelería, la restauración, las actividades recreativas y de entretenimiento y el ocio en general. Y las previsiones del sector son nefastas. La patronal de agencias de viajes CEAV da la campaña por perdida porque las ocupaciones "mínimas" que puedan alcanzarse en algunas zonas supondrán ingresos "marginales".  Mientras, la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat) augura que no se va a llegar ni al 20% de la facturación registrada en la Semana Santa de 2019, antes de la pandemia.

Ante este panorama, el sector, que se juega un 15% de su facturación en esta época del año (el 70% de los ingresos anuales se generan con la campaña de verano, entre junio y octubre, y el 15% restante proceden de fines de semana y puentes) mira ya a los meses estivales. Lo que resulta inevitable es que el pinchazo de Semana Santa termine por dar la puntilla a un primer trimestre muy negativo para el conjunto de la economía. El propio Gobierno -tal y como han avanzado miembros del área económica como Escrivá- da por descontado ya el retroceso del PIB entre enero y marzo, en línea con las previsiones de organismos como la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) o el Banco de España.

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