Corea del Norte abre su mercado para no morir de hambre

  • El régimen de Pyongyang se está viendo forzado a abrirse al mercado capitalista para que sus ciudadanos sigan teniendo algo que llevarse a la boca. Los analistas apuntan a que una reforma económica podría estar próxima, quizá propiciada por la vejez del dictador Kim Jong Il, que se resiste a perder la hegemonía de su familia sobre el devenir del país.
Corea del Norte elegirá en septiembre el sucesor de Kim Jong Il
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Bradley Martin | GlobalPost

(Atlanta, Estados Unidos).Ahora que la escasez de comida supuestamente ha obligado a Corea del Norte a dar marcha atrás en sus medidas contra los mercados comerciales de estilo capitalista, quizás no estén muy lejos de producirse nuevas reformas en su colapsada economía.

Los cambios en la política de mercados comerciales se produjeron el 26 de mayo, en directivas emitidas por el Gobierno y por el gobernante Partido de los Trabajadores a sus organizaciones subordinadas, según ha informado la publicación North Korea Today, difundida desde Seúl y que tiene entre sus fuentes a funcionarios del Gobierno y gente corriente del norte. "El gobierno no puede tomar medidas inmediatas" para aliviar una escasez que es "peor de lo que se esperaba", explicaba una de las directivas para explicar el cambio de política.

Esas mismas autoridades son las que a finales del año pasado decretaron una repentina revalorización de la moneda que afectó directamente a los mercados comerciales "anti socialistas" (donde los dueños de puestos habían estado vendiendo para su propio provecho), al disminuir la riqueza de sus propietarios.

Los nuevos decretos bendicen y desregulan lo que queda de esos mercados, que mientras tanto se han empequeñecido o en algunos casos han desaparecido totalmente, con la esperanza de que la actividad comercial evite que la gente se muera de hambre. Las nuevas directivas ordenan, además, a los gerentes de las empresas estatales a que busquen acuerdos lucrativos (especialmente en comercio exterior) que ayuden a alimentar a sus empleados.

Todo esto podría acabar convirtiéndose en un gran paso que finalmente obligue al reacio liderazgo del país a una campaña de varios años de reformas serias, parecidas a las que comenzaron hace décadas en Vietnam y China, según sostiene Feliz Abt, un suizo que trabaja en sociedades conjuntas norcoreanas en el sector farmacéutico y de software informático.

"Con unos recursos industriales y una infraestructura que va más allá de poder ser reparada, y la misión imposible de mantener un ejército enorme, las reformas económicas parecen inevitables en un futuro cercano", asegura Abt, ex presidente del European Business Association de Pyongyang.

"Es un misterio, y me recuerda la historia de reformas de Vietnam", afirma Abt, que hizo negocios durante años con Vietnam antes de trasladarse a Corea del Norte. Recientemente ha regresado a vivir a Vietnam, pero sigue manteniendo vínculos con Pyongyang.

"La situación económica vietnamita parecía muy grave a comienzos de la década de 1980", explica. "Nguyen Van Linh, secretario del partido en Ho Chi Minh City, estaba a favor de reformas económicas moderadas. Lo intentó demasiado pronto. Perdió su trabajo y abandonó el buró político en 1982".

"Le Duan, secretario general del Partido Comunista, estaba firmemente en contra de cualquier reforma. Se murió en 1986, el año del congreso quinquenal del partido, donde se recuperó a Nguyen Van Linh y se le eligió como su sucesor. El nuevo secretario general del partido lanzó de inmediato la política de Doi Moi o reformas".

Para Abt la lección a sacar de todo esto es que las reformas clave necesitan "algo grande, como la muerte de un líder político", tal y como ocurrió en Vietnam, o una "ruinosa" revalorización de la moneda.Pero no todos los extranjeros que tienen acuerdos económicos con Corea del Norte están convencidos de que los recientes acontecimientos vayan a suponer un desencadenante para las reformas.

Algunos además creen que las sanciones lideradas por EEUU podrían cortar de raíz el incipiente capitalismo."El problema es todavía la actitud del Tesoro de Estados Unidos", dice un extranjero que pide no ser identificado. Las autoridades del Departamento de Tesoro de EEUU comenzaron a trabajar hace varios años para "sacar a Corea del Norte del sistema bancario internacional", con lo que se frenaría el comercio, apunta.

Después se aligeraron algunas sanciones avaladas por EEUU con el fin de persuadir a Kim Jong Il a negociar los términos de su arsenal nuclear. Pero esas conversaciones no condujeron a ninguna parte (y especialmente después de que Corea del Norte supuestamente torpedease a un barco de guerra de su vecino del sur a principios de este año) y el entusiasmo por llegar a un acurdo se enfrió. Informes recientes apuntan que Washington está intentando ahogar de manera contundente la entrada de divisas en el país.

Otras teorías indican que Kim cree que no se puede permitir una reforma de la economía porque eso haría que entrasen en el país informaciones e influencias que podrían socavar el gobierno de su familia, al permitir a sus aislados ciudadanos enterarse de que el sistema surcoreano funciona mucho mejor.

Según Abt, una respuesta a ambas preocupaciones podría ser China, que "dará todo el apoyo necesario al partido y al Gobierno para permitir las reformas económicas sin un cambio de régimen". La República Popular Democrática de Corea (RPDC), su nombre oficial, "puede esperar también ayuda de otros lados, como por ejemplo de la UE", apunta.

"Creo que el dilema de los líderes (recuperación económica frente a la llegada de información e ideas 'subversivas' particularmente del sur que desestabilicen al Gobierno) se podrá solucionar con la ayuda necesaria de China", afirma Abt. "Aunque la división de Corea sólo se puede comparar con la de Alemania antes de 1990, la división de China, con Hong Kong y Taiwán capitalistas, fue también un desafío para Deng Xiaoping y sus sucesores, pero supieron manejarlo bastante bien".

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