El impacto del coronavirus, en cifras

Calviño, en alerta: todos los índices del cuadro macro están ya en números rojos

INDICADORES MACRO
INDICADORES MACRO

Cuál va a ser el impacto de la pandemia del coronavirus en la economía española es toda una incógnita. Las casas de análisis de los organismos e instituciones nacionales e internacionales están viéndose obligadas a revisar sus previsiones prácticamente a diario y trabajan con varios escenarios ante un derrumbamiento de la actividad sin precedentes. Mientras tanto, en el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital han saltado las alarmas porque todos los indicadores que se conocen del mes de marzo están en números rojos, lo que significa que el golpe del Covid-19 ya es palpable en unas cifras que se están monitorizando muy de cerca, cuando el Gobierno ya diseña un plan de reapertura progresiva de la actividad económica a partir de mayo.

La Dirección General de Análisis Macroeconómico, que depende de la Secretaría de Estado de Apoyo a la Empresa, suspendió en pleno estado de alarma la publicación de su particular termómetro económico, el denominado Boletín de Coyuntura Económica Semanal, como se reveló en estas páginas. Sin embargo, sí ha seguido actualizando de manera puntual el cuadro resumen de indicadores, cuya última revisión a 3 de abril dibuja un panorama desolador. Apenas se conocen ocho índices del pasado mes de marzo y los ocho no solo se han desplomado respecto a febrero sino que en todos los casos están en terreno de recesión. Y eso que de momento solo recogen el impacto de 15 días de confinamiento, lo que indica que lo peor está por venir en los datos del mes de abril. 

El mayor hundimiento se observa en la matriculación de automóviles, que cae un 69,3% respecto al mismo periodo del año pasado, y también en la de vehículos de carga, que retrocede un 64,3%, según los datos de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) que utilizan como referencia los técnicos del Ministerio. Con la población confinada y la actividad económica reducida a las actividades esenciales, el mercado automovilístico está completamente paralizado desde que se decretó el estado de alarma a mediados del mes pasado. De hecho, los concesionarios están cerrados, por lo que muchas de las matriculaciones registradas en marzo se corresponden con operaciones cerradas con anterioridad, según indican fuentes del sector.

Otro de los indicadores en los que más se deja sentir ya el impacto de la crisis del coronavirus es la Confianza del Consumidor, un índice que marca el comportamiento del consumo nacional y la evolución de la demanda. Este sensor acentuó su caída hasta el 11,6% el mes pasado, coincidiendo con un descenso del Índice de Sentimiento Económico de 3,4 puntos, hasta los 99,3 puntos. Este último indicador aglutina los índices de confianza de los sectores industrial, servicios, construcción, comercio y financiero, además de consumidores, y si se sitúa por debajo de los 100 puntos, como es el caso, implica una desconfianza de los agentes económicos respecto al nivel histórico de la media a largo plazo.

También está en rojo el Indicador de Confianza Industrial, que se hundió en marzo un 7% ante la hibernación de la actividad económica. No en vano, en el mismo periodo el índice de gestores de compras (PMI, por sus siglas en inglés) que elabora la consultora IHS Markit para las empresas del sector manufacturero cayó a 45,7 puntos, por debajo de los 50 puntos que separan el crecimiento de la contracción, como consecuencia del retroceso de las ventas y de las dificultades para obtener insumos. Así lo reflejaba ya la Encuesta de Coyuntura del Ministerio de Industria, que evidenció un desplome sin parangón de las expectativas de producción, el mayor desde que se empezó a elaborar este informe, en enero de 1993, y superior al experimentado tras la quiebra de Lehman Brothers.

En paralelo, el Consumo de Energía Eléctrica cayó un 6,1% en marzo, según el indicador utilizado por los técnicos del Ministerio de Asuntos Económicos y que recoge los efectos de medio mes de confinamiento y parálisis de las fábricas. Este mismo lunes la demanda eléctrica se reducía casi un 29% con respecto a una jornada de actividad normal. En concreto, a las 10.00 horas el consumo peninsular de electricidad se hundía hasta los 23.880 megavatios (MW), lo que supone un 28,7% menos que los 33.056 MW registrados a la misma hora del pasado 9 de marzo, el último lunes antes de que se entrara en esta situación de excepcionalidad, según los datos de Red Eléctrica de España (REE), el operador del sistema.

Además de las matriculaciones, los índices de confianza, el sector industrial y el consumo eléctrico, los últimos indicadores actualizados, y los que más preocupan al Ejecutivo, son los del mercado laboral. El cuadro macro recoge un incremento interanual del paro del 9% en marzo (frente a un descenso del 1,3% en febrero) y una pérdida de afiliados a la Seguridad Social del 0,2% (en comparación con un crecimiento del empleo del 1,9% el mes anterior sobre febrero de 2019). Marzo fue el peor mes de la historia laboral de España, pero los expertos insisten en que las cifras todavía no recogen la oleada de despidos y suspensiones temporales de contratos derivada de la crisis del Covid-19 y auguran que el verdadero batacazo llegará este mes de abril.

Asimismo, hay que tener en cuenta que el cuadro macro todavía no recoge datos de contabilidad nacional como el PIB, que es trimestral y se publica con cierto decalaje (el INE lo dará a conocer a finales de abril, junto con la tasa de paro de la EPA). Tampoco están actualizados índices de importante impacto como las ventas de las grandes empresas o la producción industrial, que no obstante ya se habían deteriorado en enero y febrero. El comercio al por menor, por su parte, se venía manteniendo en el inicio del año, antes del cierre obligado de la práctica totalidad de pequeños negocios, por lo que también es de esperar una caída próxima de este indicador. Por supuesto, el comercio exterior también se ha resentido desde enero ante la propagación mundial de la pandemia y otros índices como el IPC ya acusan el abaratamiento de las gasolinas.

La Dirección General de Análisis Macroeconómico del departamento que dirige Nadia Calviño monitoriza estos indicadores a diario. La vicepresidenta, por tanto, es plenamente consciente de la gravedad de la situación, pero confía en que la batería de medidas adoptada desde el principio de esta crisis ayude a las empresas a salir del socavón en el menor tiempo posible. En una entrevista este domingo en La Sexta la vicepresidenta admitió tener la sensación de que el Gobierno "no puede hacer más" y defendió que el plan de choque puesto en marcha busca "mantener al máximo posible el tejido productivo y el empleo" y lograr esa recuperación en forma de "V" en los próximos meses.

Los empresarios, sin embargo, advierten de que les va a costar reiniciar la actividad tras este 'crack' y temen una oleada de quiebras. Y en este contexto, algunos analistas pronostican que la recuperación será más bien en forma de "U" o de "L" (también se habla del logo de 'Nike'), lo que implicaría que la recesión se prolonga. De momento, uno de los estudios más completos realizado por José Emilio Boscá (Fedea), Rafael Doménech (BBVA Research) y Javier Ferri (Fedea) -se puede consultar aquí- contempla una caída del PIB en 2020 de un 4,1% en un escenario base y de hasta el 7,9% "en un escenario alternativo, menos optimista pero igualmente verosímil", si no se adoptan medidas paliativas. Todo ello, eso sí, a cambio de un elevado coste en términos de déficit público. 

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