Prevé un trienio de números rojos

Correos recibe un 'balón de oxígeno' de 433 millones de Kutxa y CaixaBank

El operador postal recurre de nuevo a la financiación bancaria para cubrirse frente a las cicatrices en su balance dejadas por la pandemia y disponer un colchón para financiar su transición hacia un nuevo modelo

Correos ha recurrido a la financiación bancaria para estabilizar su situación financiera
Correos ha recurrido a la financiación bancaria para estabilizar su situación financiera
EP

Correos ha cerrado un préstamo de 325 millones de euros a tres años con Kutxabank y otro de 108 millones a un año con CaixaBank para garantizar su estabilidad financiera a corto plazo tras el duro embate que ha supuesto la pandemia, que ha vuelto a teñir de rojo el balance de la empresa, y el drástico recorte impuesto por Bruselas en los recursos que recibe de los Presupuestos del Estado, según han confirmado fuentes de la compañía. Ambos factores han estrechado el flujo de ingresos del operador estatal en un momento especialmente delicado, en el que el desplome del negocio postal tradicional ha abierto un importante agujero en sus cuentas y todavía no han comenzado a carburar las medidas de diversificación impulsadas desde la Dirección de la compañía, que lleva el que fuera director de gabinete de Pedro Sánchez en el PSOE, Juan Manuel Serrano

Correos, que ya tuvo que recurrir de urgencia a la financiación bancaria en los momentos más duros de la pandemia para pagar la nómina de sus 55.000 empleados ante la sequía de ingresos que se derivó del confinamiento total decretado por el Gobierno, negoció en 2020 una línea de crédito de 605 millones de euros con Caixabank para cubrir las necesidades de tesorería que se le pudieran presentar a lo largo del año. Lo hizo principalmente porque la Comisión Europea exigió al Gobierno de España deshacer la bolsa de más de 500 millones de euros que mantenía en los Presupuestos del Estado para atender cualquier necesidad perentoria de financiación que tuviera el operador postal público tras constatar, a instancias de los competidores de Correos, que la empresa estatal ha estado percibiendo del Estado de forma sistemática más recursos de los que realmente le hubieran correspondido para financiar lo que se llama el Servicio Postal Universal (SPU), un paquete de servicios que el operador público presta a pesar de su nula rentabilidad e incluso a pérdidas para dar cumplimiento a los servicios básicos que prevé la Ley Postal española y a los que tienen derecho todos los ciudadanos del país.

El cierre de esa especie de 'línea de crédito' estatal a Correos y el drástico recorte impuesto también por Bruselas a la cuantía anual que percibe el operador de los Presupuestos del Estado para financiar la prestación del SPU, que los sucesivos gobiernos venían valorando en una cifra de entre 180 y 250 millones de euros pero que la Comisión ha recortado a 110 millones anuales, han empujado a la compañía postal estatal a tirar de la financiación bancaria para poder cubrir esas necesidades que antes se cubrían a golpe de transferencia desde el presupuesto público. 

Y no son pocas. Correos cerró el año 2020 con unas pérdidas de 264 millones de euros, espera terminar este 2021 con unos números rojos cercanos a los 80 millones de euros y estima que las pérdidas aún dominarán su balance al menos hasta 2022. Y en paralelo a este panorama, y más o menos a corto plazo, pretende abordar un puñado de inversiones para acelerar la transición de la compañía desde el modelo tradicional de operador postal - que la actual Dirección considera agotado - hacia un modelo de operador logístico integral, que no sólo supondrá el reforzamiento de alguna de las líneas de negocio actuales como la de distribución de paquetería, en la que las cosas le están yendo razonablemente bien, sino el lanzamiento de nuevas líneas de negocio como el transporte en frío o la logística internacional. Correos pretende, por ejemplo, impulsar junto a Renfe una línea de transporte ferroviario de mercancías o crear una aerolínea propia, proyectos que requieren de un cierto músculo financiero para concretarse.

Ante este contexto, repleto de desafíos, y con la sensación de que los fondos europeos que le puedan llegar a la compañía se canalizarán a reforzar su papel en la prestación de servicios públicos en la España Vaciada más que a otros proyectos, la estrategia financiera del operador se ha orientado, por un lado, a cubrir sus necesidades más urgentes, con el préstamo de 108 millones de euros a un año suscrito con CaixaBank. Por otro, Correos ha querido asegurarse un colchón financiero a medio plazo con un préstamo de 325 millones de euros de Kutxabank a devolver en 2024 cuyo objetivo no sólo es cubrir las cicatrices dejadas por la Covid sino también dar carrete a su giro estratégico, según aseguran fuentes cercanas al consejo del operador postal.

En su informe anual de 2020, Correos justifica su recurso a la financiación bancaria para conseguir "minimizar el desequilibrio en el fondo de maniobra a futuro y mejorar la estructura financiera del Grupo". La compañía presume, además, de que el proceso ha servido para minimizar el riesgo de solvencia o liquidez a futuro, ya que ha puesto de manifiesto la capacidad de la sociedad para obtener financiación en el mercado. En este sentido, asegura haber recibido ofertas vinculantes por valor de 1.000 millones de euros para garantizar su financiación a medio plazo.

Correos facturó en 2019, el último ejercicio normal del que se tienen datos cerrados, 2.266 millones de euros y acreditó unos beneficios de 13 millones de euros. Fue un año muy singular con una acumulación insólita de convocatorias electorales que elevaron de forma extraordinaria la facturación de la compañía. La Dirección confía en que el giro estratégico, el fuerte crecimiento del negocio de la paquetería y de la división de Correos Express y la racionalización de la red de Correos generen los espacios suficientes para devolver a la compañía al camino de las ganancias antes de 2024. No será sencillo. Más allá de la dimensión puramente operativa, el operador postal estatal tiene abiertos expedientes en Competencia que podrían traducirse en fuertes reveses económicos, así como un litigio con Unipost, que podría abrir la puerta a una dañina avalancha de exigencias de compensación por parte de sus competidores en el área postal, que a día de hoy continúa siendo la principal generadora de facturación de la sociedad.

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