Corte suiza mantiene vida laboral de planta nuclear que funciona desde 1971

  • El Tribunal Federal de la Confederación Helvética ha decidido refutar una decisión previa del Tribunal Administrativo Federal y mantener la vida laboral de la central nuclear de Mühleberg a pesar de las dudas sobre su seguridad.

Ginebra, 28 mar.- El Tribunal Federal de la Confederación Helvética ha decidido refutar una decisión previa del Tribunal Administrativo Federal y mantener la vida laboral de la central nuclear de Mühleberg a pesar de las dudas sobre su seguridad.

Hace un año, el Tribunal Administrativo Federal decidió "por razones de seguridad" limitar la vida de la central al 28 de junio de este año, a pesar de que el Consejo Federal (gobierno) había autorizado su explotación durante una década más.

"El derecho relativo a la energía nuclear exige una limitación de la duración cuando aspectos de seguridad no están claros o hay fallos que deben ser reparados", rezaba la sentencia de hace un año.

Hoy, sin embargo, se ha conocido la opinión del tribunal superior, el Tribunal Federal, equivalente al Tribunal Supremo, que entiende "que en materia de seguridad en las instalaciones nucleares, la legislación federal no impone el riesgo cero", según declaró el juez-relator del caso, Hans Georg Seiler.

De esta manera, el tribunal ha dado la razón a los propietarios de la central, las Fuerzas Motrices de Berna, que apelaron la decisión del Tribunal Administrativo.

Según Seiler, es la Inspección Federal de Seguridad Nuclear la que tienen que evaluar los problemas de seguridad, y específicamente, la existente fisura en la protección del reactor, argumento usado por el Tribunal Administrativo para limitar la explotación.

La central de Mühleberg, en el cantón de Berna, funciona desde hace 41 años, y ya en su origen la autorización de explotación se limitó al 31 de diciembre del 2012.

Sin embargo, en 2009, el Consejo Federal (Gobierno) decidió prolongar el periodo de explotación hasta 2022, a pesar de que se habían detectado fisuras en el sistema de protección del reactor.

La sentencia del Tribunal Administrativo fue la respuesta a una demanda interpuesta por un grupo de vecinos de la central que se oponían a la prolongación de su actividad más allá de 2012.

Al conocer la sentencia de hoy, Greenpeace "lamentó profundamente" una decisión que permite que la central siga funcionando "sin líneas directrices de cómo reforzar su seguridad".

"La decisión es incomprensible. La catástrofe de Fukushima muestra claramente las consecuencias desastrosas de un accidente nuclear en una central vetusta y mal mantenida", afirma un comunicado de la organización.

Los ecologistas recordaron que la decisión del Tribunal Administrativo se basó en la certeza de que el estado de los sistemas de protección del reactor y por ende la seguridad de la planta "no estaban asegurados".

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