En plena crisis del año 2008, el secretario de Estado de Transportes del expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero aseguró que "faltaban" aeropuertos en España. Unos meses antes se había inaugurado el de Castellón, al que le precedían otros tantos, también estrenados durante las legislaturas del exlíder socialista, como el de Murcia (2008) o el de Albacete (2005). En la actualidad, España cuenta con medio centenar de ellos, que están distribuidos por todo el territorio. Una cantidad que suscita controversia para la opinión pública, que dictó sentencia contra muchos aeródromos: "Están muertos". Tras la crisis del coronavirus, esta percepción se ha agudizado aún más, ya que, en términos agregados, estas instalaciones no han sabido recuperar el número de pasajeros que tenían antes de la pandemia, habiendo hoy un 60% menos.
El pasado martes, la empresa Cria -que compró el Aeropuerto Internacional de Ciudad Real- reflejó la delicada situación que se vive dentro del mercado aeroportuario tras aparecer por primera vez en la lista de morosos de la Agencia Tributaria, con una deuda de más de veinte millones de euros. Un aeródromo que, pese a ser el primero de España que fue construido por medio de capital privado, tiene un historial muy deficiente. Así, tras entrar en concurso de acreedores en 2010, fue puesto a la venta por un precio de 100 millones de euros. Pero después de tres años, la única oferta que sedujo a sus propietarios fue la de Cria, que puso sobre la mesa casi menos de la mitad del monto que pedían en un inicio por el aeropuerto.
Según los datos de la empresa pública Aena, más de 107 millones de personas transitaron los aeropuertos españoles a lo largo del año 2021. Una cantidad que fue un 48% mayor al del año previo, donde el número de viajeros apenas superó los 76. Esto último se debió, en parte, a las medidas restrictivas que impuso el Gobierno para frenar la curva de muertes y contagios que la enfermedad del coronavirus estaba ocasionando. Sin embargo, pese a que este año la cantidad de viajeros ha mejorado, los números siguen muy lejos de los datos anteriores a la Covid de 2019, donde se superaron los 275 millones de viajeros. Así, si lo compramos en términos porcentuales, el paisaje es el siguiente: los aeropuertos españoles, dos años después de la explosión del virus, tienen un 60% menos de pasajeros.
Una realidad esta última que también se aprecia en el número de operaciones comerciales. Siguiendo los mismos datos que nos facilita la empresa pública, en el año 2019 se superaron los 2,3 millones de operaciones. Una cantidad que contrasta con la que dos años después presentan los aeropuertos, donde apenas llega a 1,3 millones. Es decir, en solo 24 meses el número de operaciones ha disminuido en más de un 40%. Por ende, el número de mercancías transportadas también se ha visto sensiblemente reducida, pasando de más de un millón en 2019 a 903.000 en el año 2021.
Fuentes de Aena han expresado a La Información cierto escepticismo sobre si la situación mejorará o empeorará el próximo año, "en un escenario tan volátil como el actual no es posible hacer proyecciones de futuro". Una afirmación que justifican, "a corto plazo persisten numerosos interrogantes que nos obligan a continuar siendo muy cautos en las previsiones para los próximos meses". A principios de año -cuando la empresa sufría los efectos más perversos de la Covid- el presidente de este 'gigante' publico se vio envuelto en una polémica porque su dedicación en la compañía no estaba siendo "exclusiva", tras conocerse que sería el vicepresidente económico de Cataluña si el candidato socialista, Salvador Illa, se hacía con el poder de la Generalitat en febrero.
Si atendemos a datos más específicos observaremos que todos los aeropuertos -sin importar el tamaño- han sufrido proporcionalmente los estragos de la pandemia. La disminución del número de pasajeros ha sido considerable en todos ellos: desde los situados en las islas hasta los peninsulares, como así se ha podido comprobar en los casos de Almería (69%), León (60%), Burgos (50%), Navarra (58%), Asturias (47%), el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas (65%), Barcelona-El Prat Josep Tarradellas (68%) o Ibiza (42%). Esta crisis ha dejado al descubierto las carencias de una política basada en la construcción de instalaciones aéreas a 'mansalva' y los próximos años serán 'claves' para decidir si se debe mantener esta apuesta por aumentar la cantidad -como defendía por aquel entonces el secretario de Estado de Zapatero- o imponer un modelo de economía de escala en toda la red del país.
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