Proyecto Merlon de la UE

Crevillente o cómo producir tu propia electricidad con placas fotovoltaicas

El pueblo alicantino ha transformado una cooperativa eléctrica con más de un siglo de vida ante la escalada de precios y ya abastece a más de 1.200 familias, que han reducido su factura de luz en un 30%. 

Crevillente
Crevillente, el primer pueblo de España que impulsa una cooperativa energética. 
Crevillente

Crevillente, localidad alicantina de 30.000 habitantes, es uno de los pocos lugares donde la distribución de electricidad depende de una cooperativa local. Lo que se debe a razones históricas, ya que en 1925 no había interés en electrificar la ciudad y la gente del pueblo tomó las riendas, se unió y creó la Cooperativa Eléctrica Benéfica San Francisco de Asís, matriz del actual grupo Enercoop, para encargarse ellos mismos de la distribución de energía. Ahora, casi un siglo después, y una vez que la Unión Europea creó la figura de las comunidades energéticas para favorecer el autoconsumo colectivo y el ahorro en la factura de la luz de los ciudadanos, se pone en marcha la primera comunidad energética en España. Detrás de este proyecto se encuentra COMPTEM (Comunidad Para la Transición Energética Municipal), que en colaboración con el Ayuntamiento de Crevillente ha impulsado Enercoop con el objetivo de convertir a este municipio en una comunidad energética de referencia.

La cooperativa eléctrica, que es una de las empresas más antiguas de la Comunidad valenciana, ha sabido no solo sobrevivir en un mundo dominado por los grandes grupos energéticos, sino que se ha adaptado a la irrupción de las energías renovables. Joaquín Mas, director general de Enercoop, la cooperativa que produce, distribuye y comercializa la energía en el pueblo explica a La Información que con esta iniciativa buscan "intentar depender lo mínimo del mercado" y, consecuentemente, traducir el modelo "en ahorros en la factura de la luz o bien en obra social para el municipio". El proyecto piloto dió sus primeros pasado en 2020 en la pedanía de Crevillente de El Realengo y sus 300 habitantes lo notaron pronto en su factura, que se vi´0 reducida en hasta un 30%.

La cooperativa ofrece la posibilidad a ciudadanos particulares de financiar la instalación de los paneles en sus casas

El proyecto persigue alcanzar para el año 2030 una potencia total en servicio de 5.000 kW, de los que aproximadamente 1.600 kW se desarrollarán sobre cubiertas de edificios o espacios municipales, situadas en el entorno urbano, y el resto en plantas solares de pequeño tamaño (1 a 5 MW) ubicadas en el entorno periurbano del propio municipio. Así, Enercoop hoy en día produce, distribuye (dispone de más de 400 kilómetros de líneas de media -115 kilómetros- y baja tensión, 293) y comercializa electricidad, además de conformar un grupo de compras cooperativo con otras compañías comercializadoras.

La iniciativa forma parte además del proyecto Merlon de la UE, que combina la tecnología de autoconsumo colectivo con el almacenamiento energético a media escala. En este participan trece socios de seis países del Viejo Continente y hay dos proyectos piloto, el de Crevillente y otro más en Austria. El ahorro energético redunda además en obras sociales para el municipio como 60.000 euros anuales en becas de estudios, o la financiación del tanatorio o el centro de mayores, que corren a cargo de Enercoop.

Enercoop defiende el impulso de Bruselas que, a través de sus directivas, está invitando a las personas a agruparse en comunidades para generar, consumir, gestionar, almacenar y vender su propia energía. Si bien es cierto que existen diferentes tipologías de comunidades (locales, ciudadanas, renovables), “el fin último es que la ciudadanía pueda obtener ahorros en su factura eléctrica a través de una adecuada gestión energética y autoconsumiendo energía de origen renovable”. Enercoop, como cooperativa que ya aglutina a todos los crevillentinos, actúa como facilitador de soluciones, acompañando a los ciudadanos, sus propios socios, para que la transición energética municipal tenga lugar de manera ágil y sin barreras. 

“La transición energética, en general, y esto se dice poco, está siendo asimétrica”, cuenta Mas, “porque no todo el mundo puede acceder a la energía renovable, ni montarse paneles fotovoltaicos en el tejado ni comprarse un coche eléctrico”. Así, considera que la única manera para un cliente vulnerable de acceder a las energías renovables y caminar hacia el autonsumo es a través de una comunidad energética.

Además de las instalaciones fotovoltaicas colectivas que se distribuyen a lo largo de los espacios públicos del municipio (en la cubierta de un parque, del campo de fútbol, del ayuntamiento, del centro de mayores... o el huerto solar a 5 kilómetros del centro de la localidad), la cooperativa ofrece la posibilidad a ciudadanos particulares de financiar la instalación de los paneles en sus casas. La comunidad energética lo instala y el particulpar lo va amortizando con una parte del ahorro en la factura de la luz que consigue al entrar en la comunidad energética, de tal modo que en tres o cuatro años el consumidor ha amortizado su huerto solar instalado en el tejado de su casa. En el momento actual se estima que alrededor de unas 1.200 familias se están beneficiando de un importante ahorro en la factura al pertenecer a esta comunidad energética, de las 30 que existen en España en estos momentos, “además de contribuir a la transición energética al consumir energía renovable". Desde Enercoop hablan de un ahorro que oscila entre el 20 y el 40% y cuya idea ya se está 'exportando' a otros pueblos de la región. 

“Había una idea de la cooperativa”, cuenta el alcalde de la citada localidad, José Manuel Penalva (Compromís), “y nosotros hemos actuado como facilitadores. Hemos cedido 21 espacios públicos para que se puedan instalar en ellos placas solares y la cooperativa eléctrica asume la inversión. Por lo tanto, ningún vecino tiene que poner ni un euro en la instalación, que se va amoortizando con la propia factura eléctrica". Eso sí, el edil no esconde las trabas burocráticas y lesgislativas que existen en España para este tipo de comunidades energéticas, motivo que esgrime el regidor crevillentino para que haya tan pocas de estas comunidades en España. La mano del “oligopolio del sector eléctrico” es muy alargada, considera el alcalde.

Crevillente es uno de los municipios más secos de España. "Aquí solo ‘llueve’ sol”, dice Mas, quién también defiende la necesidad de explotar este recurso como en su día el sector turístico aprovechó el buen clima para atraer a los visitantes. "El sol tiene que ser nuestro aliado en la transición energética”, remarca. El pueblo ha pisado el acelerador en su apuesta por las renovables y aspira a poder generar en el año 2030 el 50% de la energía que consuman sus habitantes.

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