Temor en la industria

El chantaje energético ruso y la falta de chips nublan el horizonte del automóvil

El sector teme los efectos de un corte de gas en la industria alemana en general -y en la automotriz en particular, que es líder en exportaciones- por el efecto dominó que generaría en el resto de Europa

fábrica coches, vehículo automóvil 17/7/2018
El chantaje energético ruso y la falta de chips nublan el horizonte del automóvil
Europa Press

El desafío energético que encara Europa y el cierre paulatino del grifo del gas por parte de Rusia han nublado las perspectivas otoñales para la industria de la automoción, un sector que ha venido encadenando crisis de forma sistemática desde marzo de 2020. Al parón de actividad obligado por la pandemia se sumaron los distintos problemas en las cadenas de suministro -de materias primas en general y semiconductores en particular- que se prolongan hasta la fecha. El grupo Stellantis (fusión de la italoestadounidense Fiat Chrysler y de la francesa PSA) se ha visto obligado a anunciar una nueva suspensión de la actividad por varios días en las plantas de Figueruelas (Zaragoza) y Vigo, que se suman a los ya aplicados por Volkswagen en Navarra y por Ford en Almussafes (Valencia).

La falta de componentes azota a los grandes fabricantes internacionales que viven, además, con preocupación las tensiones entre China y Taiwán, principal productor mundial de chips con una cuota que ronda el 65%. Con unos ingresos anuales de 630.000 millones de dólares, la industria de los semiconductores tiene a los productores de ordenadores (31%), teléfonos (31%) y a los de automóviles (12%) como principales clientes. Goldman Sachs ya calculó unas pérdidas para el sector de más de 20.000 millones en 2021 provocada por la escasez de estos componentes. El panorama geopolítico, cada vez más adverso, tiene otra pieza esencial en Moscú.

La fuerte dependencia del gas ruso que sufre Alemania -alrededor del 30% de la materias prima que importa procede aún de ese país- hace temer un efecto dominó en caso de que el Kremlin decida cortar el grifo por completo los próximos meses. Los esfuerzos del Gobierno de Olaf Scholz para asegurar el suministro antes del invierno avanzan a buen paso, con las reservas en el 83% a finales de agosto -muy cerca de cumplir los objetivos del 85% para el 1 de octubre-. Pese a esto y a que la industria germana ha reducido un 11% su demanda de gas en el último año, esta fuente de energía sigue siendo crucial para el sector secundario, puesto que representa más del 30% de su consumo energético total, según datos recabados por la agencia Scope Ratings.

Lo que suceda a la industria automotriz alemana es clave para el resto del continente -es la que más exporta del país-. "Si Rusia corta por completo el suministro de gas paralizaría buena parte de la cadena de valor y es muy difícil encontrar una alternativa a corto plazo", advierte en declaraciones a 'La InformaciónRafa Guerrero, responsable del sector de la movilidad en la Federación de Industria de CCOO. 

En su conversación con este diario el responsable sindical explica que en la última reunión del comité europeo y mundial de SEAT, que se celebró en julio, confiaban en que la situación mejoraría y se estabilizaría en términos de producción, aunque no lo hicieran tanto las adquisiciones de vehículos. "Todo parecía indicar que se podría trabajar con cierta normalidad. Sin embargo, la industria en general no está preparada para un escenario de cortes de suministro de gas (por parte de Rusia) que obligue a parar la producción", asevera.

Indicador de la marcha del consumo y la economía

La vuelta a la actividad tras el verano también se prevé más difícil porque el del automóvil es un sector que "empieza a notar un poco antes las crisis", recuerda Guerrero. De hecho, las ventas de vehículos se toman como un indicador de referencia sobre la marcha del consumo y, por tanto, de la economía. Con una inflación en el 8,9% en julio en la zona euro, máximos desde la creación del euro según Eurostat, y unos costes de financiación al alza por la subida de los tipos de interés que prepara el Banco Central Europeo (podría ser del 0,75% en septiembre) los expertos prevén que la demanda de automóviles pueda resentirse aún más. 

El mes pasado se matricularon 73.378 turismos y todoterrenos en España, un 12,5% menos que el año anterior, y la peor cifra para un mes de julio desde 2012, de acuerdo con los datos que facilitan las asociaciones de fabricantes (Anfac), concesionarios (Faconauto) y vendedores (Ganvam). Inflación, shock energético agravado por la guerra, tensiones geopolíticas, falta de componentes... y el proceso de reconversión en marcha hacia una movilidad más sostenible avanzan un otoño complicado para un sector que acapara el 9% del empleo de la industria manufacturera y genera un total de 547.200 puestos de trabajo en España

La pasada semana, el grupo Ford confirmó su renuncia a las ayudas del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica del Vehículo Eléctrico y Conectado (Perte VEC) que se iban a destinar a la transformación de su planta valenciana. "Recientemente revisamos nuestras previsiones para Europa, que introducen un retraso en nuestros planes de producción para España, lo que significa que no podemos aprovechar el programa de financiación Perte", explicaba la compañía. El grupo estadounidense iba a ser uno de los más beneficiados: estaba previsto que obtuviera un 15% del total asignado en primera instancia, alrededor de 106,34 millones de euros.

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