Diez cosas que haces en Ikea y deberías hacer ya con tu plan de pensiones

  • Sí, a veces solo miras, pero lo normal es que cruces la línea de cajas con más cosas de las que pensabas... haz lo mismo en tu plan de pensiones. 
La 'tiendita' de Ikea en el centro de Barcelona (EFE)
La 'tiendita' de Ikea en el centro de Barcelona (EFE)

¿Te imaginas entrar en una tienda y llevarte el peor producto? ¿No comparar precios, quedarte con lo primero que ves o te muestran y, encima, comprobar que funciona mal y no cambiarlo? Aquí tienes 10 hábitos que utilizas cuando vas a hacer tus compras y que deberías aplicar a tu plan de pensiones o a cualquier inversión cuanto antes.

1. Estudiarte el catálogo antes de ir

Si te estudias toda la oferta de productos antes de acudir a la tienda, ¿por qué no hacerlo con los planes de pensiones antes de ir a tu banco o gestora? Quizá lo que tengan en el “escaparate” cuando vayas no sea lo que más te convenga. Al final de este artículo encontrarás una herramienta para saber cuáles son los mejores planes de pensiones, tanto dentro de tu entidad como en otras.

2. Tomar las medidas de tu casa (caso) primero

Tomas medidas y dibujas a punta de lápiz para saber que esos muebles encajan a la perfección antes de llevártelos. En tus finanzas personales la planificación también es esencial. Tómate la medida: ¿Cuánto ahorro crees que necesitarás en el futuro? ¿Cuánto puedes ahorrar al margen de tus gastos fijos e imprevistos?

Partiendo de 3.000 euros, si eres capaz de ahorrar solo 200 euros al mes durante los próximos 30 años, con un plan de pensiones que rente un 6,6% al año, tendrías unos 290.000 euros. Si el horizonte se reduce a los próximos 20 años, serían algo más de 124.000 euros. Hay en torno a 250 planes de pensiones que consiguen esas rentabilidades en los últimos 5 años.

Tomarse bien las medidas quiere decir también tener claro cuál es tu perfil inversor. Si no toleras el riesgo, asume que la rentabilidad será baja. Si es una inversión a largo plazo, quizá puedas asumir un poco más de riesgo a cambio de rentabilidad.

3. Comprar

Sí, a veces solo miras, pero lo normal es que cruces la línea de cajas con más cosas de las que pensabas. Si prevés que tu pensión pública en el futuro no cubrirá el nivel de vida que quieres llevar en tu jubilación, plantéate contratar un plan de pensiones privado para complementar esa parte. Puedes hacerte una idea de cuánto puedes tener en el futuro según lo que puedas ahorrar mes a mes con este simulador.

4. Preguntar cuánto cuesta que te lo lleven a casa

¿Sabes lo caro que puede salirte llevar a casa un mal plan de pensiones? ¡Ojo a las comisiones! El Gobierno rebajará las comisiones máximas de los planes por tramos (los más conservadores, los de renta fija, podrán cobrar como máximo un 0,85%, frente al 1,5% anterior). Si tu plan no es capaz de darte año a año una rentabilidad superior tu esa comisión, el banco o gestora acabará ganando más que tú. Con esta herramienta puedes ver cuánto te costará a la larga el tuyo.

5. Mirar si lo que buscas está más barato en otro sitio

Quedarte en tu entidad de toda la vida puede tener un coste que no estás valorando. Por ejemplo, el plan de pensiones con mayor número de inversores de Banco Santander, Santander Mi Plan Prudente, pierde dinero a tres años. Sin necesidad de asumir más riesgo, solo con mirar en la misma estantería del banco, el inversor puede encontrar un plan de pensiones que rentaría casi un 2%. Si, además, estuviese dispuesto a rebuscar en la competencia, encontraría planes con hasta un 5% de rentabilidad sin necesidad de asumir más riesgo.

Si consultamos en Internet otras alternativas a nuestras compras, ¿por qué no hacerlo al invertir? Hay gestoras de planes de pensiones independientes (es decir, no encontrarás sus productos en una sucursal bancaria), que tienen productos con buenas rentabilidades.

6. Preguntar qué está incluido en las ofertas

Durante los últimos meses del año, las entidades ofrecen regalos y bonificaciones por traspasar tu plan de pensiones. Pregunta a qué vinculación te compromete (suelen ser permanencias de unos 5 años) y mira si merece la pena ese 2% ó 3% que te abonarán este año o prefieres buscar un plan con buenas rentabilidades de forma consistente. Por cierto, por estos regalos debes tributar a Hacienda.

7. No mirar solo los descuentos, también la calidad

El coste es importante, pero siempre en relación a la calidad, en este caso, a la rentabilidad. Quizá pagar un 1,5% por un plan de pensiones de bolsa que pueda darte un 10% al año parece buena idea, pero ¿pagarías lo mismo por uno que solo te va a rentar un 2%? Rentabilidades pasadas no garantizan las futuras, pero pueden ayudarte a descubrir a un buen gestor que, aunque tenga algún año malo, haga que tus ahorros crezcan a largo plazo.

8. Hacer devoluciones y cambios

Si no funciona bien, está defectuoso o simplemente te das cuenta de que no es lo que necesitabas no dudas en cambiar tus compras. En este caso también puedes “devolver” tu plan de pensiones y cambiarlo por uno mejor en el momento que quieras. Además, puedes hacerlo sin pagar peaje fiscal, porque el traspaso entre planes, al igual que entre fondos de inversión, está exento de tributación hasta que no rescates tu ahorro.

9. ¡Quedarte mucho tiempo!

Se dice que uno sabe cuándo entra en Ikea pero no cuándo sale. En este caso, los planes de pensiones tienen una inevitable permanencia, pero tendrá relativo fin cuando el Gobierno apruebe el rescate al décimo año.

Sin embargo, utilizar esa ventana de liquidez a los 10 años puede no ser buena idea si el ahorro está de verdad orientado a nuestra jubilación. Al margen de las aportaciones que puedas hacer, el dinero que mantengas en tu plan de pensiones te irá generando intereses. La magia del largo plazo hará que, sobre ellos, se vayan generando a su vez más intereses. Es lo que se conoce como interés compuesto y lo que hace que tu dinero trabaje silenciosamente (no es lo mismo que tu plan genere un 5% de rentabilidad sobre los primeros 1.000 euros, que sobre 10.000, por ejemplo).

10. No pierdas de vista la llave allen

Es la clave para todo el montaje y, sin ella, no podrás tener nada de lo que imaginabas en tu cabeza y habías visualizado antes de ir a Ikea. En el caso de tu jubilación, tu llave allen serán las aportaciones periódicas que vayas haciendo en función de tu capacidad de ahorro. Son las que te va a permitir ir montando el tipo de jubilación que tienes en mente. Evita hacerlas de golpe a finales de año y escalónalas para evitar aportar a tu plan de pensiones en momentos inadecuados de mercado.

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