Ante la espiral inflacionista en la que nos encontramos, cualquier gesto para gastar menos es necesario. Con la cesta de la compra 'por las nubes, las hipotecas variables 'disparadas' y el precio del gas más caro que nunca, ahorrar en luz es posible utilizando el modo ECO de los electrodomésticos.
Lo primero que debemos saber es que el programa ECO está incluido en todos los electrodomésticos que más consumen, como la lavadora o el lavavajillas, e incluso en algunos frigoríficos. De hecho, desde que entró en vigor la etiqueta energética, deben tener este modo por ley. Se trata de una programa más eficiente que el estándar y también más sostenible, al optimizar los recursos.
¿Cómo se consigue ahorrar con el mode ECO?
Las dos principales característica de los programas ECO son las siguientes. La primera es que funcionan con el agua a una menor temperatura, es decir, más fría. Ronda una temperatura de 40 a 60 y suele ser fija. La segunda es que son programas más largos, por lo que duran más tiempo y llegan a superar las tres horas.
¿Entonces, porque consumen menos? En primer lugar, porque la mayoría de la energía que gastan los electrodomésticos es para calentar el agua. Como el programa ECO no la calienta en exceso, se ahorra en energía. Y en segundo lugar porque utilizan una menor potencia para alcanzar un óptimo resultado que un programa corto.
Sin embargo, estas dos razones hacen que el programa ECO no sea el más recomendable para limpiar la vajilla cuando está muy sucia, ya que a temperatura baja, hay manchas que no desaparecen. Lo mismo ocurre con la ropa, que además, al utilizar menos agua, si ponemos más detergente para eliminar manchas, puede que queden restos de jabón en las prendas.
¿Cuánto se puede ahorrar con el modo ECO?
Según un estudio de Eroski Consumer, "podemos economizar entre un 33 % y un 51 % en el consumo eléctrico" en la lavadora y el lavavajillas. Además se reduce un 36% el consumo de agua, "por lo que el ahorro es doble". En el caso de los frigoríficos y congeladores, el modo ECO sirve para ajustar la temperatura de forma automática "a los alimentos, para que se mantengan de forma adecuada sin que haya derroche energético".
Aún así, Eroski Consumer recuerda que "un aparato con etiqueta A es mucho más eficiente en un programa estándar que otro G en un programa ECO". Además, hay que tener en cuenta que "ECO no es sinónimo de ecológico, pero, obviamente, una reducción de electricidad y agua hace que este programa sea, en términos generales, más sostenible".
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