El policía Angel Herrera, asignado en la zona del Aguán, 600 km al norte de Tegucigalpa, dijo a la radio local HRN que "a las cuatro personas les dieron muerte en el municipio de Sabá" y lanzaron sus cuerpos en la ribera del río Aguán.
Indicó que tres personas son de una misma familia y que no se habían determinado los autores y causas del crimen.
Las muertes violentas continúan en Honduras pese a los esfuerzos del gobierno del presidente Juan Orlando Hernández, quien desde que asumió en enero del 2010 emprendió una ofensiva, con participación de los militares, para disminuir los homicidios.
El país centroamericano cerró 2014 con 68 homicidios por cada 100.000 habitantes, una de las más altas del mundo. El presidente atribuye 70% de los homicidios a los traficantes de drogas desde Sudamérica hacia Estados Unidos.
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