Los ganaderos suman otra derrota

"Si no acepto lo pierdo todo": así vende España su leche al peor precio de Europa

Cada vez hay menos explotaciones y aquellos ganaderos que resisten no cubren, en muchos casos, los costes de producción. El mercado español corre el riesgo de depender de las importaciones. 

Efe
El cuento de la lechera: cómo España vende al precio más bajo de Europa
EFE

Los ganaderos españoles suman una nueva 'derrota'. El litro de leche en el país que vende este producto al precio más bajo de Europa continúa con su tendencia a la baja: alcanzó los 33,62 céntimos en abril, frente a los 35,44 de media en el 'Viejo Continente', según el último informe sobre el sector elaborado por el Ministerio de Agricultura. Una coyuntura en la que los ganaderos venden por debajo del coste de producción, tal y como denuncian diversas asociaciones consultadas por este diario. La consecuencia: cada vez hay menos explotaciones en España y aquellas que resisten, ganan menos. Hasta el punto de que el consumidor español cada día depende más de las importaciones

Los cinco países que exportan los mayores volúmenes de leche a España superan ampliamente los precios con los que trabajan los ganaderos de nuestro país. De acuerdo a datos de la Comisión Europea, los Países Bajos venden el litro de leche a 37,50 céntimos de euro, por delante de los daneses, que lo venden a 37,25. El litro italiano alcanza los 36 céntimos de euro, mientras que Francia lo sigue de cerca, con 35,95 céntimos por litro. En Alemania, se vende a 35,60 céntimos.

La muerte anunciada del sector se hace evidente en las cifras. Poco más de 11.910 ganaderos declararon entregas de leche de vaca durante el pasado mes de abril, 47 menos que en marzo. El porcentaje anual es dramático: según los datos recogidos en el informe de Agricultura, hasta 706 explotaciones desaparecieron en doce meses -un cálculo que asociaciones del sector elevan hasta "casi un millar de granjas"-.

Con la ley en la mano, los ganaderos no pueden vender a pérdidas, ya que el Real Decreto Ley 8/2020 impuso una cláusula en los contratos del sector lácteo que especificaba que el precio pactado entre ganadero y comprador debe cubrir "los costes efectivos de producción". Es decir, prohibía establecer precios por debajo de ese umbral. Sin embargo, no pocas explotaciones sin capacidad de negociación se ven forzadas a cerrar contratos con la industria láctea que no cumplen estas condiciones. "Los precios de los supermercados no reflejan la realidad productiva ni la alta calidad del producto ni todos los requerimientos medioambientales y de bienestar animal que cumplen los ganaderos", explica a La Información Paula Sánchez, técnico sectorial de UPA (Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos).

La mayor organización de productores lácteos de España, AGAPROL (Asociación de Ganaderos Productores de Leche), calcula el coste de producción en más de 36 céntimos por litro -cifra que no recoge factores como la subida de precios en las materias primas con las que se alimenta a los animales-. "Hay ganaderos que o venden por debajo de sus costes de producción o pierden todo", explica Francisco Fernández, director de AGAPROL, en referencia al hecho de que, al tratarse de un producto perecedero, los productores pierden la leche que no venden. "La leche sólo puede permanecer dos días almacenada en los tanques de frío y eso deja en una situación sin salida a los ganaderos", añade Fernández. 

Dichos costes de producción alcanzan una media de 371,5 euros por tonelada, según el informe Estudios sobre la Cadena de Valor de la Leche Líquida del Ministerio de Agricultura. Los 29 euros que perdían (de media) los ganaderos en los años 2018, 2019 y 2020 han ido aumentando paulatinamente hasta alcanzar los 52 euros por tonelada debido, principalmente, al encarecimiento de las materias primas para producir piensos para el ganado.

El mismo informe revela que la horquilla de ingresos de los ganaderos se oscila entre los 332 y los 382 euros por tonelada, que se dividen entre los 322-332 euros por tonelada de leche y entre 10-50 euros por tonelada que proviene de ingresos relacionados a la leche, como la novillas y el desvieje. A esto se debe sumar el aumento de 38 euros que produjo la subida de precios en la alimentación de los animales desde que se realizó el estudio.

El "sinsentido" de la importación

El menguante número de productores, la demanda de derivados lácteos y el déficit de la producción nacional han provocado que España importe 2,5 millones de toneladas de productos lácteos anualmente. La ironía es notable para los ganaderos, que además de vender al precio más bajo de Europa tienen que pagar impuestos ambientales mientras la importación de lácteos conlleva precios más altos y mayores emisiones por el transporte. "Es un sinsentido que la gran distribución de nuestro país esté dispuesta a pagar más y a contaminar más por un producto que los ganaderos españoles producen las mismas garantías de calidad", opina Fernández, director de AGAPROL. 

El riesgo de cierre que atenaza a las explotaciones ganaderas españolas apunta a una mayor dependencia de la importaciones. Así, mientras más ganaderos abandonan el oficio, el precio del producto aumentaría hasta sobrepasar el que pagan los consumidores de otros países europeos, debido a la distancia de los centros de producción y a los costes de transporte. El impacto ambiental, por otra parte, será mucho mayor. 

"Hay ganaderos que o venden por debajo del coste de producción o pierden todo"

"Hay que apostar por la producción a nivel nacional", exigen los servicios técnicos de ASAJA (Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores). Desde este grupo destacan el papel de la ganadería para combatir la despoblación en la 'España vacía' y garantizar la supervivencia del mundo rural. "El excedente de otros países nos es introducido en España a precios que rompen el mercado, siendo España un país deficitario en producción de leche", añaden desde ASAJA.

Las deudas que han conllevado la modernización de las explotaciones también pesan sobre las cuentas de los ganaderos. La adaptación de las granjas a las exigencias de la industria y la normativa europea en cuanto a la calidad, impacto medioambiental y bienestar animal no se ha visto correspondida por el esperado aumento en los ingresos. "Los ganaderos se han modernizado pero a costa de endeudarse hasta el limite", asegura Paula Sánchez, técnico sectorial de UPA, "y esta situación provoca que el número de ganaderos esté en claro descenso. En cinco años hemos perdido hasta un 25% de las granjas, y los jóvenes dudan en incorporarse a un sector en el que ven que no se reconoce el valor de su producto".

La Ley de la Cadena Alimentaria promulgada por el Gobierno de Pedro Sánchez tras la 'revuelta' de agricultores y ganaderos contra la crisis de precios, y que buscaba un mayor equilibrio de precios entre productores, industria y supermercados, "ni se cumple ni ha estado supervisada por las administraciones públicas pertinentes", denuncian desde ASAJA. El primer día de noviembre entrará en vigencia la Ley, que ofrece cobertura en toda la Unión Europea para cualquier transacción que se haya producido en parte en España. Francisco Fernández sostiene que cualquier regla que acerque al país a las directivas europeas es positiva, pero que el problema será el mismo si dicha ley no se aplica. "En la distribución y la industria hay muchos 'lobbies' mientras que los ganaderos siguen siendo el eslabón más débil de la cadena", asegura. "La esperanza es que la ley no se quede en papel mojado y la administración se comprometa a hacerla cumplir por encima de las presiones".

Mostrar comentarios