Nueva polémica en el Gobierno 

Darias y Garzón 'mezclan' agua y vino... y se juegan casi 2.300 millones de euros

La posible prohibición del alcohol en los menús del día y la obligatoriedad del agua del grifo gratis solivianta también a la hostelería: “Si no puedo servir vino en el menú cierro el bar”.

Menú del día
Darias y Garzón 'mezclan' agua y vino... y se juegan casi 2.300 millones de euros. 
L.I.

Adrian, Ion, Vasile y Nicolae trabajan en la construcción, todos ellos de origen rumano, y comen el menú del día en un bar del centro de Madrid. Es jueves 28 de abril. El miércoles ha estallado la polémica con el ‘globo sonda’ lanzado por Sanidad sobre la posibilidad de prohibir el vino y la cerveza en los menús y la obligatoriedad de ofrecer agua del grifo gratis como una medida cardiosaludable en nuestra dieta. Macarrones boloñesa, ensalada mixta, alcachofas con jamón, escalope, boquerones fritos... El menú habitual de estos cuatro trabajadores cuando van a comer al bar al lado de la obra. Para beber, dos botellas de agua mineral de medio litro, una botella de vino, de 3/4, y otra de gaseosa, también de 3/4.

“Si tomamos dos vasos de vino con gaseosa para comer no nos emborrachamos, pero si prohíben servirlo en el menú y hay que pedirlo aparte, sube el gasto y si ya es un esfuerzo pagar 11,50 euros por un menú para unos trabajadores...” “Solo comemos de menú un par de días a la semana, el resto, bocata traído de casa y el vino y la casera lo compramos en un super o en el chino”, cuenta uno de los trabajadores rumanos. “No entiendo a qué se debe esta medida que quiere poner el gobierno”, sentencia Nicolae, “es una tontería”.

Y eso, “tontería”, “estupidez”, “ocurrencia”, “sinsentido”, “otra medida más contra la hostelería”... son las palabras que se repiten en los bares de toda España que sirven el popularmente conocido como menú del día. Una ‘institución’ que creó el Gobierno franquista en 1965, cuando nuestro país se abría al turismo y el Ministerio de Información y Turismo dirigido por Manuel Fraga obligó a los restaurantes de toda España a ofrecer un menú a precio cerrado, entre 50 y 250 pesetas según la categoría del restaurante, que ofreciera primer plato, segundo, postre, pan, vino cerveza o sangría, con el fin de atraer al turismo.

Hoy en día, alguna estadística cifra en un 60% la población española que tiene que comer fuera de casa al menos algún día a la semana por motivos de trabajo o estudios. Y eso es un buen nicho de negocio no sólo para la hostelería sino para dos industrias como la del vino de mesa, que factura unos 1.000 millones de euros al año a la hostelería, según fuentes del sector, y la del agua embotellada, que se juega en el embite más de 1.300 millones de euros, “y miles de puestos de trabajo entre las dos”, aseguran. Curiosamente, la enésima polémica agroalimentaria suscitada por los ministerios de Consumo y Sanidad, Alberto Garzón y Carolina Darias, tras las de los dulces y los niños, el consumo de carne roja, o la de la ‘poca calidad’ de la carne de las macrogranjas, ha puesto de acuerdo a dos sectores en teoría contrapuestos: el del vino y el del agua embotellada. “Nos jugamos la supervivencia”, dicen. Además, claro está, a una hostelería en el ojo del huracán desde que en marzo de 2020 diera comienzo la pandemia del coronavirus.

Bien es cierto que desde que estallara la ‘bomba’ el miércoles, ‘fake news’, globo sonda o filtración interesada para algunos, la polémica estaba servida, pese a que Sanidad se apresuró a decir que no se planteaba la prohibición sino la “recomendación” de no consumir alcohol, vino y cerveza entre estas bebidas, en aras de una dieta mediterránea y “cardiosaludable”. Posteriormente, y debido a la presión de varias Comunidades Autónomas, en el Consejo Interterritorial de Sanidad se eliminó mención alguna a esta circunstancia.

“Si no me dejan servir vino o cerveza en el menú la alternativa es cerrar el bar”, aventura Ismael, que regenta el bar ‘La Cueva de Barragán’ junto a la madrileña Cuesta de San Vicente y al lado mismo de los Jardines de Sabatini, en la trasera del Palacio Real. “Yo lo que más vendo en un menú es vino, casera, cerveza y agua mineral y si no puedo hacerlo a partir de ahora, ¿qué me queda?” Y otra mención más: “A mí nadie me tiene que obligar a poner agua del grifo gratis” -medida aprobada por el ejecutivo hace dies días-. “Yo ya lo hago, pero una cosa también hay que decir: yo pago el agua”.

"Yo lo que más vendo en un menú es vino y cerveza"

El bar ‘El Bocata’ de Parla (Madrid) es quizás el restaurante más famoso de España por sus menús del día. Un menú que cuesta 7 euros y está compuesto de veinte primeros, veinte segundos, numerosos postres a elegir y, por supuesto, pan, vino, cerveza o refresco. Su propietario, Carlos Moreno, es tajante: “Es una absoluta tontería. Que nos dejen trabajar y se dediquen a solucionar los verdaderos problemas de la gente”. “Tomar una copa de vino o una cerveza en la comida, en el menú, ha sido casi considerado hasta saludable. Y si no lo es, no supone ningún problema para la salud”, asegura el presidente de la patronal Hostelería de España, José

Luis Yzuel. “Que pongan el foco en los botellones donde los jóvenes llevan a cabo una ingesta masiva de alcohol y no en la hostelería. Nosotros no obligamos a nadie a beber, pero ¿cómo nos van a impedir servir una copa de vino o una cerveza?” España, con 23,9 litros por persona al año, no se encuentra entre los diez primeros países del mundo en cosumo per cápita de vino y está muy por detrás de Estados Unidos, Francia, Italia, Suiza, Portugal, Bélgica, Alemania, Suecia, Australia... pero la copa de vino en la comida sí que es una ‘institución’ y eso ha desarrollado una potente industria del llamado vino de mesa -aquel que no tiene denominación de origen-, que es el principalmente consumido en los menús del día. “Algunas empresas de nuestro sector, las que se dedican al vino de mesa, facturan a la hostelería el 70% de su producción vinícola. Estamos hablando de más de 1.000 millones de euros al año”, señalan a La Información desde la Federación Española del Vino.

 Y estamos hablando de grandes empresas con cientos, miles de trabajadores, como García Carrión (vino, sangría o tinto de verano Don Simón) o Félix Solis. “Tenemos muchos otros tipos de vinos, pero claro que somos fuertes en el llamado vino de mesa y si esta prohibición se hace efectiva sería un golpe grande para nosotros. Sería algo totalmente antieconómico e unos tiempos en los que lo que hay que fomentar es la economía y dejar a las empresas que hagamos nuestro trabajo”, dicen desde esta última compañía”.

El sector del agua embotellada en España está compuesto por 90 empresas, que en conjunto generan un volumen de empleo de unos 5.800 trabajadores, resultando una plantilla media de 64 empleados por empresa. El agua envasada sin gas tiene unas ventas de 1.230 millones de euros y el segmento de agua con gas se sitúa en unos 100 millones al año. El 95% de sus ventas se producen en España. Pues bien, paralelamente a la posible prohibición, ahora “recomendación”, de no servir vino y cerveza en los menús de bares y restaurantes, Sanidad habla de la obligación de los establecimientos de hostelería de ofrecer agua del grifo gratis a sus clientes. Algo de obligado cumplimiento desde la Ley de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular publicada en el BOE el 11 de abril.

Y aquí, lógicamente, quien se ha puesto enfrente del ejecutivo del PSOE y Podemos es la Asociación de Aguas Minerales de España (Aneabe) que deja clara su “preocupación” por la “banalización del concepto de agua mineral” que producen las medidas relativas a la obligatoriedad de ofrecer agua del grifo gratis a los clientes de hostelería. La patronal del sector de

las aguas minerales cree que las medidas generan “confusión en el consumidor sobre las cualidades diferenciadoras del agua mineral respecto al agua del grifo”. Desde Aneabe “recordamos que el agua mineral natural y el agua del grifo son productos distintos y complementarios e irremplazables. Por ello, el fomento del consumo de agua de grifo por parte de la administración pública no debe hacerse discriminando a una opción sobre otra, ya que son productos complementarios pero muy diferentes”. Además, ofrecer agua del grifo gratis “está ampliamente instalado entre la sociedad española” porque “a nadie se le niega un vaso de agua del grifo en un restaurante”. Pepe, regenta un bar-restaurante en Monesterio (Badajoz), pueblo que, como toda la comarca de Tentudia, sufrió restricciones de agua hace unas semanas por la sequía. “Yo no puedo servir vino o cerveza en el menú y aquí es habitual, o por lo menos sucede algunas veces, que no sale agua del grifo porque hay sequía y restricciones, ¿entonces, qué hago, regalo el agua mineral a mis clientes?”. Lo dicho, otra polémica agroalimentaria más de este Gobierno. Y van...

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