De Guindos asume el reto de estimular una economía al borde de la recesión

  • El nuevo ministro de Economía, Luis de Guindos, asume el cargo en un contexto que "no puede ser más sombrío", tal y como lo ha definido el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ya que la economía española se encuentra al borde de una nueva recesión y sin capacidad para generar puestos de trabajo.

Matilde Martínez

Madrid, 21 dic.- El nuevo ministro de Economía, Luis de Guindos, asume el cargo en un contexto que "no puede ser más sombrío", tal y como lo ha definido el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ya que la economía española se encuentra al borde de una nueva recesión y sin capacidad para generar puestos de trabajo.

Con este escenario adverso, el principal reto al que se enfrenta es el de lograr estimular el crecimiento, pero sin saltarse el compromiso ineludible de rebajar el déficit público del conjunto de las administraciones públicas al 4,4 % del PIB en 2012, una tarea que quedará en manos del nuevo ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro.

A diferencia de su predecesora en el cargo, Elena Salgado, De Guindos no asumirá funciones de vicepresidencia ni encabezará las reuniones de la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos, que presidirá el propio Rajoy.

Los últimos datos publicados sobre la marcha de la economía, correspondientes al verano, reflejan un estancamiento de la demanda nacional consecuencia del recorte del gasto de las administraciones públicas, el nulo consumo de las familias y la falta de inversión.

Sólo el sector exterior continúa con una aportación positiva al PIB, gracias al crecimiento de las exportaciones y al buen comportamiento del turismo.

Mantener la competencia de las empresas españolas y fomentar su internacionalización formarán parte de las tareas que asume De Guindos al frente de un departamento que incluye también en su nombre la Competitividad.

En manos del nuevo ministro estará el generar la credibilidad que permita recuperar la confianza de consumidores y empresas en el ámbito nacional, y de los inversores en el plano internacional.

Todo ello en un momento en el que los mercados han sembrado dudas sobre la solvencia de los países periféricos de la zona del euro y la fortaleza de su sistema financiero.

A De Guindos corresponderá la culminación del proceso de reestructuración del sector financiero, para el que Rajoy ha dado de plazo hasta el final del primer semestre.

En este ámbito, el Gobierno promoverá una segunda ola de reestructuraciones, que incluirán nuevos cambios en el mapa bancario con la intención de que haya menos entidades pero más sólidas.

Además, tendrá el encargo de impulsar un cambio del sistema de supervisión y regulación del Banco de España para hacerlo más ágil y técnico, y con la intención de evitar "las indecisiones y los bloqueos que lo han caracterizado", según Rajoy.

Previsiblemente también liderará la reforma del sector público anunciada por el presidente en su discurso de investidura, que incluirá la supresión de entidades públicas y la suspensión de la reposición de personal, salvo en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y los servicios públicos básicos.

Junto con estas reformas que acometerá personalmente, De Guindos tendrá también mucho que decir en otras como la del mercado de trabajo, que dependerá del Ministerio de Empleo, o la ley de apoyo a los emprendedores, un compendio de medidas fiscales que probablemente pondrá en marcha Hacienda.

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