Del fletán a la vieira, el próximo conflicto global será en el mar... y por la pesca

  • Actualmente se estima en 94 millones de toneladas métricas la 'cosecha' marina anual, que está llevando a la disminución dramática de especies.
El Gobierno prohíbe la pesca de atún rojo a las modalidades deportiva y recreativa tras alcanzar ya su cupo atribuido
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EUROPA PRESS

A finales del pasado mes de agosto, a menos de 12 millas náuticas de la costa de Normandía, al menos 35 embarcaciones francesas arremetieron contra cinco grandes barcos británicos con bengalas, piedras, botes de humo e incluso golpes de borda.

Los pesqueros galos, país en el que la legislación no permite la captura de vieira hasta octubre, trataban de impedir que los británicos pudieran faenar, acusándolos de esquilmar las reservas de marisco de la zona. Ya esté detrás el Brexit, o las tensiones propias de una profesión cada día más en la cuerda floja, lo que refleja el episodio es la lucha por la explotación de unos recursos naturales en los que algunos expertos fijan el motivo de la próxima confrontación a escala global.

España no ha sido ajena a la violencia que puede desatar el control de las zonas de mayor riqueza marina, como bien se comprobó en la llamada 'guerra del Fletán'. En marzo de 1995 patrulleros canadienses cercaron a un grupo de barcos españoles -principalmente gallegos- que faenaban en aguas de Terranova, a unas 250 millas náuticas de la costa, por tanto en zona internacional. Tras el acoso llevaron a cabo el apresamiento del pesquero vigués 'Estai', que al igual que el resto se encontraba en la zona para la captura de fletán negro. El incidente pasó del mar a las cancillerías de ambos países, y desató una agria polémica en la que terminaron por salir perjudicados los pescadores españoles.

Con el crecimiento de la población mundial que la ONU estima de hasta el 29% entre los años 2017 y 2050, la demanda de alimentos -especialmente proteínas- se disparará en zonas como Asia, África y América Latina, en las que se ha pasado de niveles de pobreza al nacimiento progresivo de clases medias.

El dilema es que uniendo las capturas salvajes con la producción en granjas no se podrá hacer frente a la demanda global. Actualmente se estima en 94 millones de toneladas métricas la 'cosecha' marina anual, que está llevando a la disminución dramática de especies como la platija o el atún.

Y la mecha del conflicto no se apagará fácilmente. El 10 de diciembre de 1982 se aprobaba la 'United Nations Convention of the Law of Sea' (UNCLO), que entraría en vigor el 16 de noviembre de 1994 y mediante la que se fijaba en 200 millas náuticas desde el propio territorio aquello que un país podía reclamar como 'Exclusive Economic Zone' (EEZ). La realidad es que, desde entonces y hasta ahora, existen cientos de reclamaciones de derechos de explotación en aguas de todo el planeta. Estas disputas enfrentan a Estados Unidos con Canadá, a la Federación de Rusia con Japón, a la Unión Europea con Marruecos y a China con todos.

Kate Higgins-Bloom, comandante del servicio de Guarda Costas de EEUU explica en Foreign Policy que China consume actualmente un tercio de las capturas globales de pescado. Y no todo son malas noticias, la producción en granjas se ha disparado desde las 5 millones de toneladas de 1981 hasta las 63 tm de 2011. Además, la UN Food and Agriculture Organization estima que para 2030 las granjas producirán más del 60% del pescado que llegue a hogares y restaurantes.

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