Dell se reinicia para sobrevivir a la crisis del PC

  • La compañía informática Dell tomó hoy la drástica decisión de abandonar la bolsa para encontrarse a sí misma en un mercado tecnológico que ha puesto contra las cuerdas a los fabricantes de PC, dispositivos cada vez más arrinconados por las tabletas en los estantes de las tiendas de electrónica.

Fernando Mexía

Los Ángeles, 12 sep.- La compañía informática Dell tomó hoy la drástica decisión de abandonar la bolsa para encontrarse a sí misma en un mercado tecnológico que ha puesto contra las cuerdas a los fabricantes de PC, dispositivos cada vez más arrinconados por las tabletas en los estantes de las tiendas de electrónica.

Una vez concluya la operación, previsiblemente en octubre o noviembre, Dell será cosa de un solo hombre, su consejero delegado Michael Dell, que controlará un 75 % de los títulos de una empresa que gestionará a su antojo, igual que cuando la fundó en su habitación allá por el año 1984.

El ejecutivo se ha propuesto recuperar esa vitalidad de "startup", el "espíritu emprendedor" como dijo hoy a la prensa en EEUU, para afrontar con energía los retos que se le vienen por delante.

Lejos de la mirada indiscreta de los inversores y analistas de Wall Street, Dell podrá correr más riesgos, asumir pérdidas y reorganizarse sin ser cuestionada por ello, lo que desde dentro ven como una oportunidad para ser más "flexibles" y "moverse rápido" hacia la consecución de su nueva estrategia.

Una lectura optimista de la persona que ha puesto su fortuna encima de la mesa para recomprar Dell, pero que no esconde la dramática situación que atraviesa la compañía.

Nadie deja de cotizar por gusto y menos si se trata de una entidad global, la tercera más grande de su sector que en el último año facturó 56.940 millones de dólares. Mucho dinero, aunque sea un 8 % menos que en 2011.

Su beneficio neto se desplomó un 32 % durante ese mismo período. Dell, que en 2005 era el mayor comercializador de PC, ha jugado en los últimos años a mantener el tipo a costa de rebajar sus márgenes, tirando los precios para plantar cara a Hewlett-Packard (HP) y sus rivales asiáticos, en especial a la china Lenovo.

Ahora la compañía quiere florecer en la nube, bascular hacia los servicios informáticos y de seguridad, y soltar lastre como productora de hardware sin retirarse del todo. El 2 de octubre tiene previsto presentar nuevas tabletas.

Una transición similar vivió IBM que pasó de ser el gran fabricante de PC en los 80 y 90 a navegar hacia el sector de servicios corporativos y terminar por desprenderse de su división de ordenadores en 2004. Se la vendió a Lenovo, ahora convertido en líder mundial.

En 2004 el PC iba viento en popa, hoy hace aguas y en dos años habrá naufragado en un océano de tabletas y teléfonos inteligentes, según la previsión hecha en mayo por la consultora IDC.

A finales de 2013 las compras de tabletas superarán a las de computadores de escritorio, en 2015 rebasarán a todas las compras de PC, ya sean para tener en casa o para llevar.

Los fabricantes de ordenadores esperaban que el advenimiento en octubre de 2012 de Windows 8, último sistema operativo de Microsoft, fuera como un maná que reactivara la demanda. Todo lo contrario. En entre enero y marzo de este año se contrajo un 7,7 %, un récord de declive interanual.

Más aún, Microsoft achicó aún más el espacio cuando se lanzó a producir su propio hardware, como la tableta Surface que compite con los aparatos de sus socios.

En febrero, Michael Dell ya ponía sobre la mesa una oferta para adquirir la mayoría de activos de su empresa y decir adiós a Wall Street tras 25 años cotizando. Siete meses después ha logrado su objetivo ante la indiferencia del mercado donde la marcha de la tecnológica se había anticipado. Hoy sus acciones fluctuaban sin pena ni gloria.

Sin financiación bursátil, Dell tendrá que recurrir a socios privados para obtener liquidez y pagar el coste que supondrá reiniciarse como entidad de servicios donde ya está posicionada pero donde sus principales contendientes no son pequeños: HP, IBM y Cisco Systems.

Al igual que Dell, HP también dudó sobre la viabilidad de su negocio y en 2011 se planteó deshacerse de sus PC. La bolsa castigó aquello con una caída de un 22 % y el consejo de administración puso en la calle al consejero delegado Léo Apotheker.

Su sucesora, Meg Whitman, optó por seguir produciendo PC, fusionó esa área de negocio con el de impresoras y anunció el despido de 29.000 empleados.

El martes S&P Dow Jones Indices informaba de que HP quedaba fuera del famoso índice de referencia de Wall Street por su bajo rendimiento desde 2008. En cinco años ha perdido más de un 50 % de su valor, pero HP ha preferido resistir contra los elementos en el parqué neoyorquino.

Este panorama encaja con el inicio de la era Post-PC que describió Steve Jobs en 2010, una situación que predijo que sería "incómoda" para algunos. Para Michael Dell, es una cuestión personal.

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