Encuesta de CEOs de PWC

La derogación de la reforma laboral ya es la mayor inquietud de los CEO españoles

  • La posibilidad de una revisión de la normativa laboral desvela más a los altos ejecutivos que el Brexit, los ciberataques o la incertidumbre política.
Gráfico opiniones CEO sobre amenazas para el PIB mundial
Gráfico opiniones CEO sobre amenazas para el PIB mundial

La reversión total o parcial de la reforma laboral aprobada por el Gobierno de Mariano Rajoy en el año 2012 se ha convertido ya en la primera preocupación para los altos ejecutivos de las empresas españolas, según los datos recabados por la XXIII Encuesta Mundial de CEOs que como todos los años la consultora PwC ha presentado coincidiendo con la celebración del Foro de Davos.

Las respuestas proporcionadas por los CEO españoles al cuestionario de la consultora identifican el exceso de regulación, "especialmente en materia laboral", según especifica la nota distribuida por PwC, como la principal amenaza para el desempeño de la economía doméstica por delante de aspectos como los ciberataques, la revolución tecnológica o las incertidumbres políticas internas o globales. No sólo los altos ejecutivos españoles apuntan al 'riesgo regulatorio' como la principal amenaza, a nivel global ese aspecto también es la principal preocupación, seguida por las escaramuzas cada vez más frecuentes asociadas a la guerra comercial y la incertidumbre sobre el comportamiento de la economía en los próximos trimestres.

De hecho, más de la mitad (53%) de los CEO contactados por la consultora en todo el mundo prevén una desaceleración de la economía mundial en los próximos doce meses, cuando el año pasado los que pensaban de eso modo no eran más que el 28% y hace dos años el 5%, lo que revela la percepción de deterioro de la situación entre los grandes ejecutivos. En España, donde la economía creció en 2019 alrededor del 2% y apunta a un crecimiento del 1,6% en 2020, esa percepción está bastante más atenuada, aunque apenas un 10% estima que la situación mejorará durante este año. "Sin embargo", destaca el informe de la consultora, "el 71% cree que esta desaceleración será moderada y no prevé una recesión económica global".

Es más, el tres de cada cuatro altos ejecutivos de empresas españolas consultados consideran que terminarán cumpliendo sus objetivos de crecimiento en 2020, el 46% augura que aumentarán sus plantillas -aunque de forma moderada- y sólo un 22% esperan realizar recortes de personal durante el próximo ejercicio.

Los CEO españoles, más concienciados con el cambio climático

El cuestionario distribuido por PwC entre CEOs de todo el mundo apunta a uno de los temas del momento: la mayor o menor preocupación de los máximos ejecutivos de las principales empresas del planeta por las consecuencias del cambio climático. El resultado que obtiene la consultora es que en la última década -de 2010 a 2020- el porcentaje de CEOs que consideran que combatir el cambio climático puede resultar una ventaja competitiva entre sus grupos de interés para sus empresas ha pasado del 16% al 30%, lo que todavía indica un nivel de concienciación aún minoritario. En el ámbito español, el número de CEOs que ven ese fenómeno como una oportunidad llega al 37%. Los más escépticos a ese respecto son los ejecutivos de India y de los Estados Unidos.

La endémica preocupación por el nivel de formación de los empleados que los empresarios -al menos, los españoles- deslizan cada vez que tiene su oportunidad no tiene su correlato en las estrategias de las empresas que dirigen. Según la Encuesta de CEOs de PwC, solo el 18% del total de los CEOs dice haber realizado progresos significativos a la hora de poner en marcha programas de 'upskilling' (mejora de capacitación) entre sus trabajadores, un porcentaje mínimo que apenas repunta hasta el 20% en el caso de España.

En relación al animado debate sobre la regulación de Internet, los CEOs creen mayoritariamente que ésta se orientará a regular el comercio electrónico y los contenidos en Internet y redes sociales; a acabar con el crecimiento dominio de las grandes tecnológicas; y para forzar a las empresas a compensar a los ciudadanos por la explotación de sus datos. Más división de opiniones hay en relación a cómo se afrontará: el 50% creen que cada país pondrá en pie su propia regulación y solo un 40% esperan un acuerdo global para abordar este asunto.

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