Los despidos en la banca no son lo que eran

    • La indemnización media a los empleados de banca cae hasta un 70% tras la reforma laboral.
    • Los últimos ERE de las nacionalizadas intentan ajustarse a los 20 días del despido objetivo.

Protesta de trabajadores por el ERE en Bankia.
Protesta de trabajadores por el ERE en Bankia.
Bruno Pérez

En julio de 2011 saltó a los medios de comunicación el acuerdo alcanzado por la dirección de Citibank con los sindicatos UGT y CCOO para el despido del 20% de la plantilla de la entidad financiera en España, unos 200 trabajadores.

El plan de ajuste contemplaba, como la mayoría de los del sector, la prejubilación con la totalidad del salario de los trabajadores de más edad y bajas incentivadas para el resto, con una indemnización de 70 días por año trabajado, que podría ser aún más elevada en función de la antigüedad de los empleados afectados en la empresa.

Aún siendo llamativa, la compensación abonada por Citibank no resultaba particularmente excepcional para el sector financiero.

Las indemnizaciones ampliamente por encima del máximo legal de 45 días han sido la norma en los lujosos ajustes de plantilla realizados por la banca española, que siempre ha presumido de paz social y de cerrar todos estos procesos con el acuerdo sindical.

Sin embargo, la confluencia del mayor proceso de reestructuración de la historia del sector financiero y de la reforma laboral que más lejos ha ido en el abaratamiento del despido están acabando con el mito.

Según las estadísticas oficiales, la indemnización media percibida por los empleados despedidos en el sector financiero ha pasado de superar los 128.000 euros en el segundo trimestre de 2011 a estar por debajo de los 40.000 (39.814 euros) en el tercer trimestre de este año, un 70% menos.

La compensación media por despido que perciben los empleados de banca continúa siendo cinco veces superior a la media del conjunto del mercado (7.777 euros) pero la reforma laboral la ha normalizado intensamente. Y el proceso amenaza con agudizarse aún más.

Una aproximación gruesa indica que, dado que el salario medio en la banca es ligeramente superior a los 3.000 euros mensuales, la aplicación estricta de la reforma laboral y de los 20 días por año trabajado previstos para los despidos por causas económicas daría lugar a una indemnización media de unos 24.000 euros a los empleados del sector.

Y ese escenario es, precisamente, el que temen los sindicatos.

En los próximos meses, las entidades nacionalizadas y todas aquellas que reciban ayuda del fondo de rescate europeo para la banca española se verán obligadas a afrontar importantes recortes de empleo, que según UGT podría alcanzar a unos 10.000 trabajadores.

Estamos aún al inicio de ese proceso, pero UGT y CCOO ya han comenzado a detectar una cierta inclinación de los responsables de las entidades financieras a coger como referencia el despido de 20 días de la reforma laboral.

Bankia, una vez más, puede servir como ejemplo. Si en el ERE para 3.800 trabajadores planteado en diciembre de 2010 la entidad ofrecía 45 días por año trabajado más una prima de 10.000 a 30.000 euros en función de la antigüedad; ahora pretende despedir a 5.000 empleados con 22 días de indemnización con un máximo de 14 mensualidades y sin alternativas, ni suspensiones temporales ni reducciones de jornada.

Éste parece ser el nuevo paradigma impuesto desde Bruselas: aprovechar la reforma laboral para abaratar los procesos de ajuste de plantilla en la banca nacionalizada.

Nada de eso se precisa en el Memorando de Entendimiento firmado por el Gobierno español con la Comisión Europea que contiene las condiciones de recepción de la ayuda a la banca, pero fuentes sindicales admiten que los representantes del FROB sí han puesto esa circunstancia encima de la mesa presentándola como una orden de Bruselas.

De momento, la amenaza de salir únicamente con 20 días de indemnización por año con un máximo de 12 mensualidades pende ya sobre el futuro de 5.000 empleados de Bankia y 2.500 de Novagalicia Banco, pero podría convertirse en el estándar para los procesos de ajuste que se hagan en el futuro en las entidades rescatadas.

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