Detenidos nueve activistas de Greenpeace que se subieron a la torre de la central de Cofrentes

  • Varios escaladores se encaramaron a una torre de refrigeración de la central nuclear para reclamar al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y al Gobierno que no se renueve el permiso de explotación de esta infraestructura. Además, un vigilante ha resultado herido de carácter leve y otros dos han sufrido contusiones, tras el forcejeo con algunos de los miembros de la organización.
AGENCIAS

La Guardia Civil ha detenido a nueve activistas de Greenpeace de la veintena que este martes accedieron a la central nuclear de Cofrentes (Valencia) para reclamar al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y al Gobierno que no se renueve el permiso de explotación de esta infraestructura, según fuentes de Delegación de Gobierno en la Comunidad Valenciana.

Varios escaladores se encaramaron a una torre de refrigeración de la central nuclear, de 125 metros de altura, con la intención de realizar una pintada con el mensaje 'Peligro nuclear'. Además, otro grupo de activistas ha desplegado una pancarta con el lema 'Cofrentes: cierre ya'.

"Tras esta acción de protesta pacífica ha quedado demostrada la falta de seguridad de Cofrentes, por lo que Greenpeace pide el cierre de la central", ha apostillado Carlos Bravo, el responsable de la campaña Nuclear de Greenpeace, que también ha asegurado que contaban con que hubiera detenciones tras la acción de protesta.

El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) tiene de plazo límite hasta el 23 de febrero para hacer una propuesta al Ministerio de Industria, que tendrá un mes para tomar una decisión, según han informado a Europa Press fuentes del CSN.

Heridos por forcejeo

Asimismo un vigilante ha resultado herido de carácter leve, con un corte de 7 centímetros a la altura de la cintura, y otros dos han sufrido contusiones, tras el forcejeo con algunos de los miembros de la organización Greenpeace que han irrumpido esta mañana en la central.

Así lo ha confirmado a los periodistas la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Ana Botella, quien ha añadido que los pacifistas han entrado con violencia en la central nuclear y han roto el vallado eléctrico de protección de este recinto.

En el momento de la irrupción de los miembros de la organización ecologista en la central es cuando se ha producido el forcejeo con los tres vigilantes que allí se encontraban, de los que uno ha resultado herido de carácter leve con "un corte de 7 centímetros a la altura de la cintura, producido por una radial que estaban utilizando", ha explicado Botella.

Los otros dos trabajadores de seguridad de la central han tenido que ser atendidos por los servicios sanitarios por diversas contusiones, uno de ellos tras sufrir "una crisis de ansiedad".

La también responsable del Consejo de Seguridad Nacional (CSN) en la Comunitat ha afirmado que los servicios de seguridad de la central han contabilizado 14 personas de la organización ecologista en la torre oeste de refrigeración de la central, aunque ha señalado que no han podido llegar a ningún punto clave del recinto.


"La situación está totalmente controlada", ha asegurado Botella, quien ha explicado que este suceso, iniciado a las 06:30 horas de hoy, "no produce ningún riesgo de contaminación radiológica".

De momento, ha añadido, "se ha activado el plan de emergencia" de nivel 0, que corresponde a un periodo de consultas, de información a los municipios colindantes a la central nuclear, así como de coordinación entre las distintas entidades competentes.

'Peligro nuclear'Bravo ha afirmado además que los escaladores se han encaramado a la torre de refrigeración de la central nuclear, de 125 metros de altura, con la intención de realizar una pintada con el mensaje 'Peligro nuclear'.

Además, otro grupo de activistas ha desplegado una pancarta con el lema 'Cofrentes: cierre ya'. "Tras esta acción de protesta pacífica ha quedado demostrada la falta de seguridad de Cofrentes, por lo que Greenpeace pide el cierre de la central", ha apostillado.

Asimismo, Bravo ha advertido de que "las centrales nucleares son instalaciones de alto riesgo, no solo por basarse en una tecnología peligrosa, sino también por ser, como reconocen abiertamente las agencias de inteligencia de todo el mundo, objetivo potencial de ataques terroristas".

Ante esta acción, la central ha decretado la "alerta de emergencia", según su Plan de Emergencia Interior. El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha activado su organización de respuesta a emergencias, que implica la constitución de su sala de emergencias y el mantenimiento de una continua comunicación de la misma con el Centro de Coordinación Operativa de la Subdelegación del Gobierno en Valencia.

La central, según las mismas fuentes, "continúa funcionando en condiciones estables y con todos los sistemas de seguridad disponibles".

Asimismo, el CSN asegura que "algunos activistas" de Greenpeace "permanecen en la zona de las torres de refrigeración de la planta, controlados por las fuerzas de seguridad aunque no han accedido a las zonas vitales de la instalación".

"Instalación peligrosa"

Por ello, mediante un comunicado, Greenpeace demanda al presidente José Luis Rodríguez Zapatero que "apueste por un modelo energético verdaderamente seguro" y le pide que "cumpla el compromiso de su partido de poner en marcha un plan de cierre de las centrales nucleares, así como de potenciar las energías renovables y el ahorro y la eficiencia energética".

Por último, Greenpeace incide en que la central nuclear de Cofrentes es una instalación "peligrosa" que "cuenta con un interminable listado de fallos y de problemas de seguridad sin resolver, lo que evidencia el agotamiento de su vida útil".

Entre las deficiencias identificadas, Greenpeace destaca las relacionadas con los sistemas de lucha contra incendios, el acceso a la Sala de Control, el aumento de las dosis recibidas por los trabajadores en el mantenimiento, el desafío a los márgenes de seguridad en los sistemas de refrigeración de emergencia o la tardanza en los análisis de sucesos.

"No tiene sentido asumir ese riesgo, que podría tener un altísimo coste para la salud, el medio ambiente y la economía, cuando la viabilidad técnica y económica de un sistema de generación eléctrica basado al 100% en tecnologías renovables es un hecho ya comprobado", ha concluido Bravo.

El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) tiene de plazo límite hasta el 23 de febrero para hacer una propuesta al Ministerio de Industria, que tendrá un mes para tomar una decisión, según han informado a Europa Press fuentes del CSN.

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