Devolver el sentido a ser agricultor

  • Ecomanjar se suma a la poducción de agricultura ecológica en España
Sara Acosta

 Que los payeses digan de su trigo ecológico que da más en épocas de sequía que el cereal convencional es para María Jesús Vinent y Javier Guerrero el mejor halago. Esta pareja de agricultores dio el salto a la reconversión ecológica de sus tierras en la pequeñísima Lastras de Cuéllar (Segovia) de 460 habitantes, hace ya 11 años, “porque no había ninguna posibilidad de mejora, los precios eran cada vez más bajos y nos estaba vaciando de contenido la profesión y el bolsillo”, explica ella.

El riesgo ha merecido la pena, aunque con mucho esfuerzo. Su empresa de agricultura ecológica Ecomanjar da unas 120 toneladas de patatas anuales, la mitad que antes, pero de mejor calidad, mejor textura y más sabor. Al preguntarle si se aprecia la diferencia respecto a una patata de agricultura industrial, María Jesús responde sorprendida que “lo raro sería que no se notara”. Ecomanjar no aplica ningún producto de síntesis en sus cultivos de patata y ajo, y tras 11 años de insistir, por fin pueden dar una salida comercial a toda su producción, que incluye garbanzos, lentejas y alubias.

¿Y el precio? “Es más elevado que un producto industrial, pero su valor añadido, además de ser ecológico, es que nosotros lo hacemos todo, desde la plantación hasta la venta”, añade Vinent. Su tesón y la creación de empleo rural (temporeros) ha valido a Ecomanjar uno de los premios de la Fundación Biodiversidad, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino. La empresa tiene mercado sobre todo en Andalucía, por el impulso de estas Comunidad Autónoma a los comedores escolares con productos ecológicos, y en Cataluña, una región con especial sensibilidad por su terruño.

Como ocurre con la mayoría de productores ecológicos en España, Ecomanjar exporta parte de su producción. Casi todo su cultivo de ajos parte regularmente a Alemania, “porque aquí cuesta mucho mantener el nivel de consumo”. España va dando pasos hacia la agricultura ecológica, pero aún persisten muchas reticencias, especialmente por el precio, aunque Vinent insiste en que basta organizarse. “Algunos de nuestros clientes son grupos de consumo de cinco familias, y pagan el equivalente que en un supermercado”.

Para limar los prejuicios que existen aún entre los consumidores respecto a estos productos, “que a veces se comercializan de cualquier manera”, Ecomanjar cuida hasta el último detalle, como los envases, en bolsas de papel para que legumbres y patatas respiren y se conserven mejor. Su siguiente paso no está tanto dirigido a la evolución de su negocio como “a la creación de conciencia de la realidad de lo que comemos”.

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