Apoya las movilizaciones

Díaz 'da alas' a los sindicatos para que presionen a CEOE por la subida salarial

CCOO y UGT librarán la primera batalla del 'otoño caliente' contra la patronal, pero no descartan abrir un frente al Gobierno si no amplía el escudo social para proteger del alza de la inflación a los más vulnerables.

La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, charla con los líderes sindicales.
Díaz 'da alas' a los sindicatos para que presionen a CEOE por la subida salarial
EFE

El escenario de un 'otoño caliente' empieza a abrirse paso en los últimos coletazos de las vacaciones de verano. Los sindicatos están marcando el inicio del curso político con la amenaza de movilizaciones a lo largo y ancho del país si los empresarios se siguen negando a subir los salarios. El adversario es, por tanto, la CEOE. Y las centrales sindicales cuentan con el apoyo de la vicepresidenta segunda del Gobierno en esta batalla. Aunque Yolanda Díaz no se ha pronunciado públicamente al respecto de los avisos que están lanzando estos días desde CCOO y UGT, fuentes de su entorno admiten el respaldo a estas reivindicaciones y apelan a la "legitimidad" sindical para llevarlas a cabo "en un estado de derecho democrático". 

El interlocutor al que apelan CCOO y UGT en este proceso es, como decimos, la CEOE, aunque desde las centrales sindicales adelantan a La Información que no descartan abrir un frente al Gobierno si no amplía el escudo social para proteger del alza de la inflación a los colectivos más vulnerables. La oleada de protestas que vive estos días Reino Unido podría ser el preludio de lo que puede ocurrir en los próximos meses en el conjunto del continente europeo, lo que agravaría la crisis que atraviesa la cadena de suministro global y pondría en jaque a la ya debilitada economía española. Es un escenario a esquivar a toda costa por el Ejecutivo de Pedro Sánchez.

Pero la primera batalla se va a librar contra los empresarios. La prioridad de Comisiones Obreras y de la Unión General de Trabajadores es la subida de sueldos. Los agentes sociales tiraron la toalla en la negociación del AENC la pasada primavera y, desde entonces, la patronal se ha dedicado a bloquear los convenios, según denuncian los sindicatos, que aseguran que más de cuatro millones y medio de trabajadores tienen paralizada la negociación colectiva. "Queremos reactivarlo porque en un momento tan crítico como el actual, en el que no solo los precios energéticos, sino también los de los productos esenciales, están en escalada libre, la actualización de los salarios es clave para la redistribución de la renta", demandan desde CCOO.

El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, se mostraba cristalino al respecto este miércoles, incidiendo en que la CEOE tiene dos alternativas: volver a sentarse en la mesa de negociación, ser "sensible" con el momento económico actual y que "no haya conflictividad"; o "un otoño de movilizaciones generales en el país", como se están sucediendo en el continente europeo, en respuesta a "una inflación insoportable y una pérdida de poder adquisitivo insoportable también". Fuentes del sindicato insisten en que, en esta primera batalla del conflicto que marcará el otoño, no van contra el Gobierno, sino contra la patronal, porque "la responsabilidad de que suban los sueldos en el sector privado es de las organizaciones empresariales", sentencian.

Los líderes sindicales son conscientes de que cuentan con el respaldo de la vicepresidenta en esta contienda. De hecho, así se lo ha hecho saber la propia Díaz en privado y del mismo modo se ha posicionado públicamente en alguna ocasión reciente. A finales del pasado mes de junio, en su cuenta de Twitter, reconocía que la inflación es hoy "el principal problema de nuestro país" y que "los salarios no son los culpables, sino las víctimas". "Las nóminas no deben soportar la crisis", avisaba la ministra de Trabajo, para lanzar después un nítido mensaje a la patronal y a las grandes empresas energéticas: "Tienen que asumir su responsabilidad". "Hay margen para que los salarios suban", concluía su hilo en la red social.

Más recientemente, en una entrevista concedida a un medio latinoamericano, Díaz ha admitido que los técnicos de su departamento perciben ya la ralentización del mercado laboral y que la recta final del año puede ser complicada, sobre todo si Rusia corta el gas a Alemania. La vicepresidenta también ha reconocido que lo "crucial" es el "malestar social" que genera esta situación económica. "La inflación no es un simple dato: entra en todas las casas, enfada a todo el mundo y hace que hablemos permanentemente de dinero; se está percibiendo en la cesta de la compra, se percibirá cuando regresemos con nuestros hijos e hijas a la escuela y a las compras de material escolar y de los libros de texto", afirma en una respuesta en la que deja entrever su temor a un otoño de movilizaciones.

Negativa de la patronal

Díaz no tiene capacidad para influir en los sueldos del sector privado, más allá de intentar promover un acuerdo de negociación colectiva entre los agentes sociales. Pero donde sí manda es en el salario mínimo interprofesional (SMI) y ahí sí va a tener que soportar la presión sindical. La referencia del 60% del salario medio que estableció el comité de expertos hace un año se ha quedado obsoleta porque no incorpora el impacto en las nóminas de la escalada de la inflación, por lo que CCOO y UGT están exigiendo ya que el SMI se sitúe en 2023 muy por encima de los 1.049 euros. Díaz ha convocado a los expertos el próximo 2 de septiembre y ese día arrancará el proceso para determinar la subida. Un proceso, por cierto, en el que el Gobierno no está obligado a abrir un diálogo social, aunque sí debe hacer una consulta a los interlocutores. La CEOE se posicionará en contra.

Decimos que la CEOE se posicionará en contra porque desde la patronal adelantan que no apoyarán un nuevo encarecimiento de los costes laborales, aunque insisten en que "es una decisión exclusiva del Gobierno". Sobre la negociación del AENC con los sindicatos, fuentes de la cúpula de la organización empresarial avanzan que se sentarán con los sindicatos, pero no aceptarán las cláusulas de revisión que hicieron saltar por los aires la negociación en primavera y que exigirán hablar no solo de subidas salariales, sino también de productividad, de absentismo, de formación, o del desarrollo de asuntos que quedaron pendientes en la reforma laboral, como algunos relacionados con los contratos fijos discontinuos. Y todo ello, con Antonio Garamendi jugándose la reelección en noviembre. Los empresarios también van a tener su propio 'otoño caliente' en Diego de León.

Donde no va a tener tanto protagonismo Yolanda Díaz es en la negociación del pretendido pacto de rentas. Ahí la batuta la lleva la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, que será quien lidere las conversaciones con los agentes sociales. Desde Economía evitan entrar a valorar las anunciadas movilizaciones sindicales y se limitan a indicar que las reuniones se retomarán en septiembre, con la intención de "conocer las posturas" de los interlocutores. Tanto la patronal como los sindicatos han dejado claro que la negociación salarial va por separado del pacto de rentas, donde debe poner de su parte el Gobierno. A cambio de moderar los beneficios empresariales y de aceptar los impuestos a banca y eléctricas, la CEOE exige al Ejecutivo que incorpore a pensionistas y funcionarios al pacto. Mientras, los sindicatos demandan medidas eficaces para amortiguar el impacto de la inflación sobre las rentas más bajas. El acuerdo se antoja, cuando menos, complicado.

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