Montevideo, 17 jun.- El diputado oficialista uruguayo Víctor Semproni tildó hoy de "esquizofrénico" al canciller argentino, Héctor Timerman, en el marco de la polémica entre ambos países por el aumento de producción de la papelera UPM.
"Timerman es un esquizofrénico que debiera estar internado en lugar de estar inventando conflictos", manifestó Semproni, del bloque izquierdista Frente Amplio (FA, en el poder en Uruguay), en su perfil de la red social Twitter.
Semproni, un veterano político de 77 años que, al igual que el presidente uruguayo, José Mujica, fue guerrillero tupamaro y sufrió torturas durante la dictadura (1973-1985), señaló en declaraciones a medios locales que el jefe de la diplomacia argentina "se agarra de reclamos inexistentes para armar situaciones conflictivas".
Añadió que el perfil del canciller argentino "encaja" con el de una persona con transtornos de doble personalidad.
Timerman anunció este martes que Uruguay había "agotado todas las instancias de diálogo" con Argentina, y se reafirmó en la decisión de denunciar al país vecino ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), con sede en La Haya.
La advertencia se produjo después de que el Gobierno uruguayo autorizase el pasado viernes un nuevo aumento de producción para la planta finlandesa de celulosa UPM, situada sobre el río Uruguay, fronterizo con Argentina.
El canciller uruguayo, Luis Almagro, señaló este martes que, si su país acude a La Haya por UPM, le asistirán "el derecho y la razón", y defendió las "urgencias" en los intereses de Uruguay.
Almagro acudirá el próximo miércoles al Senado para dar explicaciones acerca de la crisis con Argentina, que se opone vehementemente a la papelera desde su construcción en 2005.
La instalación de la planta de UPM, ubicada en la localidad uruguaya de Fray Bentos frente a la argentina Gualeguaychú, fue motivo del peor conflicto en décadas entre ambos países por el bloqueo que ambientalistas argentinos mantuvieron durante varios años en el puente fronterizo.
Por ese enfrentamiento, Argentina recurrió en 2006 al tribunal de La Haya, que en 2010 determinó que la planta no contaminaba, pero que Uruguay no había informado debidamente a su vecino sobre los detalles de la construcción.
El fallo ordenó, además, crear una comisión conjunta para vigilar y controlar la contaminación en el entorno de UPM.
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