Montoro tiene un problema: La UE dividida ante el impuesto tecnológico

  • Una docena de países se muestran reacios a adoptar medidas en el ámbito fiscal a corto plazo y temen una reacción de EEUU.
Fotografía Cristóbal Montoro
Fotografía Cristóbal Montoro
EFE

Jarro de agua fría para Montoro, que prevé que los impuestos sobre las empresas tecnológicas sirvan para pagar el aumento de las pensiones acordados con el PNV. No va a ser tan fácil, al menos en el corto plazo.

Varios países de la Unión Europea (UE), en especial Irlanda, Malta, Luxemburgo, Suecia, Finlandia, Dinamarca, Lituania y el Reino Unido rechazan medidas unilaterales y piden una solución internacional. Se oponen a adoptar el impuesto temporal sobre las ventas de las grandes empresas digitales que propuso la Comisión Europea e impulsa Francia para conseguir que aporten cantidades más adecuadas al fisco, según ha desvelado hoy la presidencia búlgara de la Unión. La OCDE también pide calma, huir de decretazos y legislar con calma y de forma rigurosa, sin prisas. Por el contrario, Francia, España, Portugal, Polonia, Eslovaquia, Bulgaria e Italia, están a favor del impuesto temporal, en tanto que el resto de los Veintiocho mantienen posiciones ambiguas. En el caso de Alemania, el ministro de Finanzas, Olaf Scholz, no intervino en el debate puesto que el nuevo Gobierno de coalición aún debe definir su postura.

"Algunos países no quieren tener medidas a corto plazo, prefieren tenerlas a largo plazo, pero desde nuestro punto de vista necesitamos ambas", dijo el ministro de Finanzas búlgaro, Vladislav Goranov, cuyo país ocupa la presidencia de la UE, a su llegada a la reunión de titulares de Economía y Finanzas de los Veintiocho en Sofía. 

"Hay muchas opiniones diferentes en torno a la mesa. Mentiría si dijera lo contrario. Pero creo que hay una base amplia de apoyo para la propuesta de la Comisión Europea y en general la voluntad de discutir", dijo en la rueda de prensa tras la reunión el comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, responsable de la propuesta.

Pese a estas reticencias, el ministro de Economía, Román Escolano, ha dejado claro en una rueda de prensa posterior a la reunión del Ecofin, que España tramitará durante este año el impuesto para poder cobrarlo ya en 2019 y sucesivos, "porque no tiene sentido que el peso de los impuestos recaiga en la vieja economía".

En cuanto al calendario para adoptar el impuesto, que el Gobierno francés querría ver aprobado antes de final de este año, el ministro búlgaro no se ha mostrado tan confiado y ha señalado que se hará "tan pronto como se pueda". Es la primera vez que los Veintiocho debaten a nivel ministerial sobre la propuesta, que plantea imponer un impuesto del 3% sobre la facturación por ciertos servicios digitales de las empresas que facturen más de 750 millones de euros en todo el mundo y más de 50 millones en la UE.

Se trataría de una tasa temporal como medida urgente para paliar las bajas contribuciones de estas compañías por el impuesto de sociedades hasta que se adopte la solución que Bruselas plantea a largo plazo y que consiste en cambiar la definición de establecimiento permanente para tener en cuenta la presencia digital a la hora de calcular dónde pagan impuestos.

El ministro de Finanzas de Malta, Edward Scicluna, dijo que su país no está en contra de la medida, pero se encuentra "en el lado prudente" puesto que la medida afecta a la relación con otros países y es "complicada". Sin embargo, admitió que hay varios países que están "realmente muy a favor" y presionarán para encontrar algún tipo de acuerdo que "quizá pueda lograrse".

Su homólogo belga, Jan Van Overtveldt, defendió que es "importante" que estas empresas paguen una cantidad justa de impuestos, pero dijo que la cuestión es ver cómo se hace porque son muy relevantes en innovación.

"No estamos en una carrera para frenarlo, pero no queremos una solución individual que no funcione", dijo el ministro de Finanzas luxemburgués, Pierre Gramegna, que insistió en que debe encontrarse una solución en el marco de la OCDE y debatirse con Estados Unidos, porque de lo contrario podría llevar a una "escalada" con el país americano dada la "retórica de guerra comercial" actual entre el bloque comunitario y EE.UU. La Comisión, sin embargo, defiende que no es una medida en contra de nadie y que el impuesto temporal es necesario para evitar que los países adopten medidas unilaterales que hagan de la UE un mosaico de reglas mientras llega un acuerdo internacional que se ve lejos.

El ministro de Finanzas eslovaco, Peter Kazimir, dijo que su país está a favor del impuesto, aunque dudó de que vaya a conseguirse un acuerdo pronto. Para cualquier pacto europeo en materia de fiscalidad se requiere la unanimidad de los 28 Estados.

El comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, defendió a su llegada que la medida es "del interés de todos los europeos" y "no dañará la economía" del continente.

Por su parte, el secretario general de la OCDE , Ángel Gurría, instó a la UE a no tomar medidas a corto plazo que no sean "coherentes" con las que vayan a adoptar a largo plazo y que, "si sienten la necesidad" de hacerlo, estas medidas sean "temporales" y puedan suprimirse llegado el momento. "Entendemos que algunos líderes creen que hay que hacer algo porque incluso el público está diciendo que lo hagamos, pero esto es demasiado importante para ser urgente", dijo el secretario de la OCDE, quien abogó por actuar junto a China, Japón o EE.UU. La OCDE trabaja en una hoja de ruta internacional sobre tasación digital para 2020 que, según dijo Gurría, podría adelantarse a 2019 para "reducir" la urgencia de la UE. 

Mostrar comentarios