Douglas Becker, Presidente de Laureate Education: "Los estudiantes cada vez llegan peor preparados"

    • El primer ejecutivo de esta institución, propietaria en España de la Universidad Europea, apuesta por una formación más práctica que teórica
    • Douglas Becker considera que debería estar centrada en las necesidades del mercado laboral y tener una visión internacional
Javier Ablitas | Revista Capital

La organización que dirige Becker cuenta con 780.000 alumnos, repartidos en 70 campus y entidades en 29 países de Europa, América, África, Asia. La primera universidad de Laureate fue la Europea, que hoy cuenta con más de 16.000 alumnos en Madrid, Valencia y Canarias. Considerado un gurú del mundo educativo, le entrevistamos para conocer su visión.

¿Cuál es su idea de universidad?

Que sea muy práctica: muy centrada en el empleador y en lo que necesita de sus empleados. Y muy internacional. Con la Europea tratamos de demostrar que estas ideas pueden funcionar, y que la innovación en la universidad es muy poderosa, aunque tradicionalmente no ha tenido mucho peso en ella. Ha estado muy centrada en sus necesidades internas y en las de los profesores, no en lo que el exterior necesita.

¿Y cómo ve el resultado?

Es el centro del que estoy más orgulloso. Cuando vine hace 14 años, existía una gran idea, pero no avanzaba. Había que conseguir dinero, un buen equipo, disciplina... Ya se ven los resultados en los estudiantes y en la institución. Mire el campus. Creo que hemos invertido, al menos, unos 100 millones de dólares –75 millones de euros–. Esta universidad ha probado el modelo de Laureate. Gente de todo el mundo viene a estudiar a España porque la universidad es buena. Es algo que me produce un enorme respeto por los españoles: todo nuestro equipo líder es español. Estoy muy orgulloso de lo internacional que es la universidad: muchas clases se dan en inglés, muchos alumnos vienen de fuera... Es una universidad muy ambiciosa. Hemos abierto en Valencia y Canarias en un momento en el que la situación de la economía es muy negativa. Confiamos en que, incluso cuando la situación es muy mala, si hay una universidad disponible mejor que otras, habrá padres que verán que la inversión merece la pena –el grado cuesta entre 10.000 y 12.000 euros anuales–.

¿Por qué empezaron aquí?

Nuestra idea era tener una red global. Para eso necesitas una lengua. Los países de habla inglesa tienen la mejor educación superior: no necesitan más ayuda. Parecía lógico empezar con el español. Y teníamos que comenzar en España. Sentíamos que seríamos más respetados en Latinoamérica si llegábamos con un programa español. Esta fue la teoría. A veces las teorías no funcionan. En esta ocasión ha funcionado muy bien.

Los profesores españoles suelen decir que los estudiantes cada vez llegan peor preparados a la universidad. ¿Es cierto?

Sí. Es un problema en todo el mundo. En nuestro caso, si un estudiante no va a tener éxito en nuestra universidad, tratamos de no aceptarle. Si pensamos que podemos darle alguna ayuda extra para remediar lagunas, lo haremos. Un ejemplo: en México tenemos escuelas de Secundaria. Los alumnos pueden ir a ella antes de optar por nuestra universidad. Allí tenemos alrededor de 30.000 estudiantes. A los padres les gusta, porque estiman que estudiar en nuestro campus es seguro y que sus hijos saldrán mejor preparados para la siguiente etapa educativa. La mitad de nuestros estudiantes de Secundaria pasan luego a la universidad. Ninguna otra institución actúa de este modo. Nuestra idea de ser innovadores y receptivos nos ha llevado a pensar en esta solución. No lo hacemos en otros países. En muchos no es necesario.

¿Está España bien representada en los rankings educativos?

Debería estar mejor, de acuerdo a la sofisticación del país. Sin embargo, los rankings globales incluyen algunos parámetros muy ineficientes. Especialmente, alrededor de la financiación de la investigación. Y España está en medio de una crisis financiera. Quizá debería dejar a otros gobiernos gastar en investigación. Los rankings están elaborados en torno a ideas elitistas: investigación e inversión por parte del Gobierno; si los profesores dan pocas horas de clase porque han de dedicarse a publicar...

De ahí su enfoque práctico.

Hace diez años hubiera sido una buena idea que España creara una o dos universidades para ser mundialmente conocidas. Ahora creo que su objetivo debería ser tener las mejores universidades en términos de empleo. Ahí España puede mejorar. Su país nunca competirá con EEUU, Inglaterra, Alemania o China en cuánto invierte en la construcción de una universidad. Ni siquiera con Arabia Saudi, donde el Rey Abdullah ha invertido 10.000 millones de dólares –7.500 millones de euros– en la construcción de la universidad. No creo que España necesite disputar ese juego. Ha de intentar la excelencia de un modo diferente. En lugar de mirar al puesto en el ranking, ver si puede mejorar la situación del desempleo juvenil con buenas universidades.

Con un enfoque tan práctico, ¿tienen hueco las humanidades en sus universidades?

Son importantes, pero no son nuestro principal objetivo. Sí lo es para muchas universidades tradicionales. Pienso que tenían más sentido hace 30 años, cuando el mundo esperaba que fuera poca gente a la universidad, que estuviera bien educada, con formación renacentista; que la mayoría fueran hombres, que se convirtieran en líderes y formaran la élite. Pero ya no puede ser solo para la élite. Es importante que haya un equilibrio entre la enseñanza teórica y práctica. Las universidades públicas en España tienden a ser teóricas, y nosotros prácticos.

¿Educación privada o pública? ¿Qué prefiere?

La privada es más flexible y exigente con los objetivos que se plantea la institución. Si uno hace mal su trabajo, se le despide. La pública tiene un papel importante: hay estudiantes que nunca podrán permitirse la enseñanza privada. Siempre deberá haber universidades públicas, pero deberían mejorar la medición de sus resultados. Es muy habitual que el gobierno les dé dinero y se olvide: tendría que mejorar la exigencia, para que los políticos y la sociedad vean el retorno de su inversión. También pienso que debería cobrar más. Ayudaría a su presupuesto y a su mentalidad. En EEUU cuestan miles de dólares. Los alumnos las pagan con préstamos. Los profesores ven como una suerte que elijan sus universidades. Si no cobra, la pública puede pensar que hace un favor a los alumnos.

¿Echa en falta protagonismo de la privada en España?

Sería mejor que hubiera más equilibrio. Alrededor del 10% de estudiantes españoles está en universidades privadas. El porcentaje es más elevado en la mayoría de los países.

En nuestro país cambian las leyes educativas con mucha frecuencia. ¿Es positivo?

No es bueno que la ley cambie por razones políticas; si se hace porque los tiempos varían, es normal. Puede que se hayan cometido errores, pero es saludable que el Gobierno modifique las leyes periódicamente.

Quién está detrás

Laureate fue adquirida en 2007 por un grupo de inversores, entre los que se encuentran Sterling Capital –Douglas Becker–,y Torreal –Juan Abelló–. Este año se ha unido IFC, organismo del Banco Mundial, que ha efectuado en Laureate la mayor inversión de su historia: 150 millones de dólares. Bill Clinton es canciller honorario.

Mostrar comentarios