Draghi trata de ahuyentar los miedos alemanes ante su plan de compra de deuda

  • El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, trató hoy, con éxito desigual, de ahuyentar los fantasmas que despierta en Berlín su plan de compra de bonos: la inflación, las transferencias norte-sur y la asunción de deudas ajenas.

Juan Palop

Berlín, 24 oct.- El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, trató hoy, con éxito desigual, de ahuyentar los fantasmas que despierta en Berlín su plan de compra de bonos: la inflación, las transferencias norte-sur y la asunción de deudas ajenas.

Con este fin, Draghi se reunió durante más de dos horas a puerta cerrada con un centenar de parlamentarios alemanes de las comisiones de Presupuestos, Finanzas y Asuntos Europeos en el Reichstag, la sede de la Cámara baja.

En la comparecencia posterior ante los medios, Draghi afirmó que hizo especial hincapié ante los diputados en que el plan, que beneficiaría principalmente a España e Italia, no implica una financiación estatal encubierta -algo que prohíben los estatutos del BCE- y que no desincentiva el rigor presupuestario.

"Estas acciones han sido concebidas de tal forma que no reduzcan la disciplina fiscal. Y, especialmente, no son trasferencias monetarias", subrayó en su escueta intervención pública.

Además, enfatizó que el programa de compra de bonos en el mercado secundario a cambio de una estricta condicionalidad es "plenamente conforme" con el mandato único del BCE -el de preservar la estabilidad de precios- y que no pone en peligro la "independencia" de la autoridad monetaria.

Draghi afirmó que el intercambio con los parlamentarios -muchos de ellos críticos con su plan- había sido "muy productivo", "duro e interesante", y que había servido para reforzar la "confianza" entre instituciones que tienen que trabajar de forma coordinada para atajar la crisis.

No obstante, los temores concretos de los diputados no llegaron a la arena pública porque el Bundestag (la Cámara baja) optó por un formato sin medios de comunicación, como reconoció su presidente Norbert Lammert, por la "ventaja" que suponía que los participantes pudiesen hacer las "preguntas difíciles" sin cámaras.

Sin embargo, algunos críticos presentes han expresado abiertamente, antes y después de entrevistarse con Draghi, sus reticencias ante un plan que, aunque cuenta con el respaldo de la canciller Angela Merkel, ha levantado ampollas en la derecha y la izquierda alemanas.

Miembros de los partidos de la coalición de centro-derecha de Merkel le han acusado de azuzar la inflación y de bosquejar una estrategia para financiar a los Estados del sur de la eurozona que pueda acabar repercutiendo negativamente en los contribuyentes alemanes.

El liberal Frank Schäffler, por ejemplo, se mostró escéptico tras el encuentro y llamó al presidente del BCE "paloma disfrazada de halcón", porque aunque oficialmente defiende la ortodoxia monetaria, va a acabar promoviendo "políticas inflacionistas" y perjudicando a los ahorradores.

Norbert Barthle, experto en asuntos presupuestarios de la CDU de Merkel, tildó a su vez de "convincentes" las explicaciones de Draghi, tras haber advertido previamente del riesgo de que la autoridad monetaria se desviase con este plan de su mandato de mantener la estabilidad de precios.

Por su parte, algunos miembros en la oposición socialdemócrata y verde le han afeado a Draghi que el BCE lance un plan de estas características sin la precisa "legitimación democrática", ya que la institución no tiene carácter representativo.

Carsten Schneider, portavoz para asuntos presupuestarios del grupo parlamentario socialdemócrata, aseguró tras la reunión que Draghi no pudo responder a estas críticas.

A principios de septiembre, con las primas de riesgo de España e Italia en máximos históricos, el presidente del BCE anunció este programa de compra ilimitada de deuda a cambio de estrictas condiciones.

Su anuncio -precedido por la frase "Haremos todo lo necesario. Y, créanme: será suficiente"- levantó una fuerte controversia en Alemania, que Draghi se propuso atajar con una ofensiva diplomática.

Primero visitó a Merkel en la Cancillería, luego accedió a dictar una conferencia ante la patronal en Berlín y por último se prestó a comparecer ante el Bundestag, una propuesta que, tras dar con el encaje legal oportuno, se materializó hoy con un éxito desigual.

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