El crecimiento, de menos a más

Los indicadores avanzan otro acelerón de una economía ajena al adelanto electoral

Los analistas no descartan una reacción en la confianza de los inversores si se confirmase un gobierno con la participación de la ultraderecha, que sería el segundo tras el de Italia entre las grandes economías del euro.

Los indicadores avanzan otro acelerón de una economía ajena al adelanto electoral
Los indicadores avanzan otro acelerón de una economía ajena al adelanto electoral
Europa Press

Ajena a las refriegas políticas y al adelanto electoral, la economía española apunta a un segundo trimestre de acelerón, gracias a la resiliencia del mercado de trabajo y al empuje del sector exterior, incluido el turismo, que ofrece buenas perspectivas ante la llegada de un verano que puede devolverlo a cifras precovid. Los cotizantes a la Seguridad Social han superado en mayo los 20,8 millones por primera vez en la historia, y el paro ha caído en todos los sectores y en todas las autonomías hasta tocar su nivel más bajo desde 2008. El déficit y la deuda siguen menguando -aunque con suavidad- y la inflación se ha moderado hasta el 3,2% en el último mes, un nivel que no se veía desde hace casi dos años. No todo son datos positivos, puesto que los hogares siguen perdiendo poder adquisitivo y el consumo se mantiene débil en un entorno de tipos de interés al alza. 

Con todo, el panorama a las puertas de las generales del 23 de julio ha mejorado de forma evidente en relación a lo que se preveía a comienzos de este mismo año. "En conjunto es una situación macro que aguanta", señala a este diario Daniel Fuentes, director de Kreab Research, quien considera que lo peor de la crisis ha quedado atrás. Con los datos disponibles hasta el 2 de junio, el modelo MIPred de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal, que recoge la evolución del PIB en tiempo real, estima que la economía crecerá un 1% en el segundo trimestre en relación al primero, lo que supondría de hecho que vuelve a pisar el acelerador (a comienzos de año creció un 0,5%). Además, prevé que el avance de la actividad sea del 2,3% si se compara con el mismo periodo de hace un año. El organismo cuenta con más de la mitad de los indicadores del mes de abril y con cerca del 29% de los de mayo, por lo que su visión es aún limitada.

Sin embargo, la mejora de perspectivas a la que apunta la AIReF se corresponde también con lo que ha podido testar el Banco de España (BdE). La entidad publicará el próximo día 19 su Informe Trimestral, que incluye una actualización de las proyecciones macroeconómicas, y su director general de Economía y Estadística, Ángel Gavilán, ya apuntó hace unos días que las cifras del conjunto del ejercicio serían mejores. Por lo pronto, el BdE prevé elevar de nuevo su cálculo de crecimiento para este año hasta situarlo cerca del 2% “o por encima” -en línea con el 2,1% estimado por el Gobierno en su último cuadro macroeconómico- y colocar la tasa de inflación más cerca del 3% que del 3,7% que contemplaba en marzo.

El techo de los tipos de interés está cerca

Coincide también con que el segundo trimestre se saldará un avance cuando menos similar al del primero, Miguel Cardoso. El economista Jefe para España de BBVA Research explica a 'La Información' que esto representa una mejora importante respecto al escenario que manejaba la mayoría de analistas hace unos meses, puesto que preveían una contracción de la actividad a principios de este año. La inflación cae, no sólo por la reducción en el precio de los combustibles y alimentos, sino también porque los bienes industriales están empezando a mostrar una moderación importante. En su opinión, esto debería poner el límite hasta dónde pueden subir los tipos de interés, siempre y cuando los acuerdos salariales en el resto de la Eurozona sean similares a los que se vienen firmando en España y no pongan presiones adicionales en los costes de las empresas o supongan un deterioro adicional en el poder adquisitivo de los salarios.

De momento, y como enfatizan a este diario desde CaixaBank Research, el empleo, lejos de echar el freno, ha pisado el acelerador en los primeros compases de 2023 y el sector exterior ha demostrado un notable vigor, impulsado en gran medida por el turismo. También se ha confirmado la práctica normalización -aunque no completa-del precio del gas natural, que ha beneficiado a la actividad. Así, ven ya “cerca el techo de los tipos de interés de referencia”. Advierten, además, de que la elevada inflación y los tipos altos van dejando claras huellas a su paso. El consumo privado encadena dos trimestres consecutivos de retrocesos, y el aumento de los precios está repercutiendo en la tasa de ahorro de los hogares. La inversión también está acusando el encarecimiento del crédito y ha dado muestras de debilidad desde la primavera del 2022. “Así que la mejora del escenario no está libre de obstáculos”, añaden en la entidad.

Afortunadamente, el sector privado enfrenta este entorno de incertidumbre sin desequilibrios importantes, con niveles de endeudamiento alrededor o incluso por debajo de la media europea, habiendo mejorado considerablemente la estructura del crédito vivo, reduciendo el riesgo derivado de cambios en los tipos de interés y habiendo incrementado el ahorro. Esto es esencial para Miguel Cardoso. También que no haya sectores donde se observen procesos de exceso de inversión. "Los retos a medio plazo continúan siendo el de un elevado desequilibrio en las cuentas públicas, alto endeudamiento de las Administraciones Públicas, excesiva tasa de paro y bajo crecimiento de la productividad y los salarios reales", señala.

Los efectos del adelanto electoral

La inminencia de las elecciones generales hace poco probable que la economía se vea negativamente afectada por la mayor incertidumbre, apunta Cardoso. Los efectos a medio plazo dependerán de la rapidez para formar gobierno y de la ambición de las medidas que se puedan tomar para acelerar los procesos presupuestarios o para avanzar en reformas de calado para enfrentar los retos arriba mencionados. Daniel Fuentes también apunta a que las elecciones del 23 de julio no afectarán a la coyuntura económica, que tiene su propia dinámica, si bien sí aprecia dos posibles derivadas de esta situación. 

Considera que los comicios sí pueden afectar a los indicadores de confianza si los resultados abocasen a un ejecutivo con la participación de Vox -España pasaría a ser junto con Italia la segunda gran economía del euro con un gobierno del que formara parte la extrema derecha-. En ese caso, sostiene Fuentes, habría que ver cómo reaccionan Bruselas, los mercados y los inversores. Además, existe un cierto grado de incertidumbre en torno al proyecto de política económica de los dos grandes partidos, sobre todo el del PP, puesto que al del PSOE se le presupone una "continuidad". Del principal partido de la oposición no se conocen aún ni los perfiles económicos, ni la orientación de su programa en temas como la transición energética. 

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