La economía de Estados Unidos se desaceleró entre abril y junio, aunque más bien parece que pisó el freno de forma repentina. Más de lo previsto. El PIB se contrajo por segundo trimestre consecutivo de abril a junio (-0,9% interanual) cumpliendo con la regla teórica de los economistas para declarar el estado de recesión. Entre enero y marzo se situó en el -1,6%. Se trata de un dato peor de lo previsto ya que el consenso apostaba crecer al 0,4%.
Oficialmente, la Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER) declara recesiones y expansiones, aunque no emitirá un juicio sobre esta cuestión hasta que pasen unos cuantos meses más. La primera lectura del PIB del segundo trimestre será revisada hasta en dos ocasiones pero parece difícil que levante nueve décimas al indicador del PIB.
Este dato contradice en parte lo expuesto por el gobernador de la Fed, Jerome Powell, que aseguró este miércoles que descartaba una recesión después de subir tipo de interés en 0,75 puntos. Como publicó 'La Información', los expertos consideran que el banco central tendrá que pisar el freno en el alza de tipos de interés debido al riesgo de recesión económica, que se ha hecho presente tras la estadística del segundo trimestre.
"La disminución del PIB real reflejó caídas en la inversión privada en nuevos stocks, la inversión fija residencial, el gasto del gobierno federal, estatal y local. En cambio la inversión fija no residencial que fueron parcialmente compensadas por aumentos en las exportaciones y los gastos de consumo personal (PCE). Las importaciones, que son una resta en el cálculo del PIB, aumentaron", señala la Oficina de Investigación Económica y Estadística del Gobierno de EEUU (BEA, por sus siglas en inglés).
Entre las partidas clave que arrastraron a la baja el crecimiento se encuentra el bolsillo de los consumidores, acorralado entre los precios energéticos, los impuestos y el alza de tipos de interés de la Fed. "El descenso de la inversión privada en inventario estuvo liderada por una disminución en el comercio minorista (principalmente tiendas de mercadería general y concesionarios de vehículos motorizados)", apunta el informe la autoridad estadística.
Debido a la guerra, el Gobierno de Joe Biden gastó más en defensa durante el trimestre y la venta de parte de la reserva estratégica de petróleo provocaron distorsiones en el informe económico. "Debido a que el petróleo vendido por el gobierno ingresa en los inventarios privados, no hay un efecto neto directo sobre el PIB. (...) El aumento de las importaciones reflejó un aumento de los servicios (encabezados por los viajes)", señala la BEA
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