El fondo fiduciario Bêkou de la UE se puso en marcha en julio de 2014 y fue el primero de estas características gestionado por la Comisión Europea. Sus donantes son la UE, Francia, Alemania, Países Bajos, Italia y Suiza, que han comprometido 146 millones de euros para ayudar al país en su salida de la crisis y en su reconstrucción.
En concreto, el Tribunal de Cuentas europeo ha evaluado si la creación de este fondo estaba justificada, así como su gestión y la consecución de los objetivos. Los auditores han concluido que la decisión de crear el fondo y su concepción fueron "adecuadas" aunque "no se hubiera realizado una evaluación formal del vehículo de financiación ni un análisis exhaustivo de las necesidades".
No obstante, los auditores europeos creen que el fondo no ha alcanzado todavía todo su potencial, porque aunque ha atraído ayuda y la mayoría de los proyectos lograron los resultados esperados, ha tenido una influencia "limitada" en la coordinación entre las partes interesadas.
Así, el Tribunal de Cuentas recomienda, con el objetivo de mejorar la concepción y la gestión del fondo, que la Comisión Europea elabore más directrices para la elección del vehículo de ayuda y para el análisis de necesidades de forma que se defina el ámbito de intervención de los fondos fiduciarios.
Los auditores europeos también proponen al Ejecutivo comunitario que mejore la coordinación de los donantes, los procedimientos de selección y la medición de los resultados.
"Bêkou significa esperanza en sango, lengua de la República Centroafricana. Y nosotros esperamos sinceramente que este fondo contribuya a sentar las bases de un futuro mejor para el país", ha destacado Bettina Jakobsen, miembro del Tribunal de Cuentas y responsable del informe.
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que lainformacion.com restringirá la posibilidad de dejar comentarios