El consumo colaborativo es un nuevo modelo económico basado en compartir e intercambiar recursos y servicios para que las dos partes saquen el máximo beneficio con el mínimo coste.
En este tipo de negocios se suele prescindir de grandes empresas intermediarias, y son los usuarios, a través de diferentes plataformas y webs, los que crean, mantienen y hacen crecer estas iniciativas.
Esta nueva manera de consumir pretende ser una alternativa al derroche y al gasto innecesario de los mercados actuales. Si algo se rompe, ya no se arregla, se compra uno nuevo. Terminar con esta cadena de 'usar y tirar' es uno de los muchos objetivos de este movimiento, que anima a los consumidores a ser más solidarios con sus vecinos y llevar un estilo de vida más sostenible.
Internet se ha convertido en el medio principal por el que dar salida a todas estas ideas, ya que supone una manera muy sencilla, barata y eficaz para poner de acuerdo a gente que necesita cosas con gente que quiere prestar o dar cosas.
Se pueden encontrar ejempos de consumo colaborativo en multitud de campos diferentes: desde intercambio de objetos como Nolotiro.com, al trueque de libros haciendo 'bookcrossing', pasando por la financiación de proyectos mediante el 'crowdfunding' o compartir coches como Social Car.
Compartir recursos y tiempo es una manera más eficiente de consumir, en la que todos salen ganando.
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