El Gobierno deja caer a Vargas tras el fracaso de Abertis y el conflicto de El Prat

El Gobierno deja caer a Vargas tras los fracasos de Abertis y El Prat
El Gobierno deja caer a Vargas tras los fracasos de Abertis y El Prat
I.G. / C.R.

El hasta ahora presidente de Aena, José Manuel Vargas, anunció ayer su marcha de la compañía consciente de que ha perdido el apoyo del Gobierno tras el frustrada ampliación de su actividad en Brasil de primeros de año, la reciente fallida operación con Abertis y, sobre todo, por la crisis vivida durante este verano en El Prat con los trabajadores de Eulen. El hombre que quiso imponer las formas y el puño de hierro propios de la gestión privada a una compañía semipública se ha visto obligado a dar un paso atrás en busca ya de otros objetivos empresariales.

Han sido tres los hechos que han precipitado su salida de la compañía, en la que llevaba casi seis años, según apuntan fuentes cercanas al presidente del organismo durante todo este tiempo. En primer lugar, cuando entre febrero y marzo de este año salieron a la venta cuatro aeropuertos medianos de Brasil (Porto Alegre, Florianópolis, Salvador de Bahía y Fortaleza), José Manuel Vargas logró el apoyo del consejo del operador para entrar en la puja por ellos. De hecho, tenía en su mano la mejor oferta de cuantas se presentaban. Sin embargo, Moncloa tumbó esa posibilidad en el último momento en consejo de ministros.

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El segundo hito que se esconde tras la salida de Vargas fue la OPA frustrada sobre Abertis, con la que el operador pretendía competir con el grupo italiano Atlantia. El Estado volvió a ejercer de muro de contención y paró también esa operación, al entender que el capital público se diluiría en la empresa fusionada.

El consejo de Enaire, titular del 51% del capital de Aena y dependiente del Ministerio de Fomento, rechazó por unanimidad la macroperación tras analizarla al detalle, pese a que hubiera servido para frenar la OPA de la italiana Atlantia sobre la compañía catalana de autopistas. El conflicto de El Prat, todavía sin resolver

El tercero de los motivos tiene que ver con su fama de gestor durísimo, que pretendió aplicar en Aena (con un 51% del capital público) los mismos criterios que en cualquier otra empresa privada. Este hecho quedó patente en los problemas vividos este pasado mes de agosto con Eulen, la subcontrata para la seguridad de El Prat. El conflicto se paralizó tras los atentados de Cataluña, pero todavía no ha quedado resuelto y ha puesto en liza a todo el sector de la seguridad privada y las condiciones de sus trabajadores. Un nuevo frente generado a destiempo que el Ejecutivo se verá obligado a cerrar. 

Sin el respaldo del Gobierno, que prácticamente lo deja caer, y ante la imposibilidad de llevar a cabo su proyecto empresarial, a José Manuel Vargas tampoco le salen las cuentas. No en vano es el consejero delegado que menos cobra del Ibex 35. En 2016 percibió un salario de 166.000 euros entre el fijo y el variable.

Vargas ya llevaba tres años amagando ante su círculo más cercano con que dejaría Aena, al no poder ver cumplidos su objetivos de impulsar la expansión internacional del gestor, de comprar otros aeropuertos. Él estaba convencido de que Aena tenía capacidad de convertir al gestor en una multinacional del sector, capaz de plantar cara al alemán Fraport o con el francés ADP (Aeropuertos de París).

En ese mismo círculo insistía en que al único a quien tenía que rendir cuentas era al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y en que su único apoyo todo este tiempo en el Ejecutivo era la exministra de Fomento, Ana Pastor. Siempre insistió en que “los bancos de inversión se lo rifaban” y en que “ganaba poco en Aena”. Habrá que ver cuál es ahora su próximo destino, su siguiente movimiento.En busca del próximo destino

Quienes le conocen, constatan que Vargas es un gestor serio y duro. Ha dirigido Vocento y Aena como si ambas empresas fueran suyas. Es por ello que después de seis años al frente del gestor aeroportuario y viendo que el modelo no da más de sí, que no puede expandirse, internacionalizarse o realizar operaciones, dice que opta por marcharse. Aseguran en su entrono que ha cubierto todos los objetivos que tenía y la pregunta ahora es cuál será su próximo destino.

Su trayectoria profesional ha sido de menos a más para acabar con un cierto sabor agridulce. Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Complutense de Madrid y en Derecho por la UNED, el ejecutivo madrileño dio sus primeros pasos profesionales en la auditora Price Waterhouse y sería en Jotsa S.A., del grupo Philpp Holzmann, donde asumiría funciones de responsabilidad al alcanzar los cargos de director financiero y secretario general.

Su nombramiento como consejero delegado en Vocento alcanzaría una gran repercusión mediática. El cargo lo desempeñaría de 2008 a 2011, siendo previamente director general financiero así como director jurídico y secretario del consejo de ABC. Los medios de comunicación y su futuro es uno de los grandes temas de debate que siempre saca cuando tiene oportunidad. Incluso siendo ya responsable de Aena, en las reuniones con periodistas, acababa hablando más del sector media que de otra cosa. "Lleva los medios en la sangre", dicen. Tiene una memoria brutal. Es un gran lector y aficionado al fútbol, fiel seguidor del Real Madrid.

A pesar de trabajar en una empresa pública tantos años, se ha mantenido siempre al margen de la política y, de hecho, no ha pisado la calle Génova en estos años de Gobierno del PP. No le han preocupado las presiones partidistas de uno y otro lado, y esto le ha llevado a tener enfrentamientos con algunos miembros notables del estamento político español.

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