La independencia supondrá un recorte de más del 33% en la inversión exterior

  • Las pymes serían las más perjudicadas por una hipotética independencia catalana, con una caída previsible en sus ventas de entre el 15% y el 23%.
La independencia catalana puede suponer un recorte de más del 33% en la inversión extranjera en la comunidad
La independencia catalana puede suponer un recorte de más del 33% en la inversión extranjera en la comunidad

El maremágnum político que se ha generado en Cataluña con la intentona secesionista no pasará desapercibido para uno de los parámetros económicos más sensibles a este tipo de procesos, la Inversión Extranjera Directa (IED).

La economía catalana ha sido siempre una de las grandes receptoras de inversión exterior en el sector servicios y en la industria, pero un escenario en el que esta comunidad sea independiente cambiaría de forma radical las reglas del juego y provocaría un descenso grave en esta afluencia de capital.

Según calculan los informes encargados por las grandes empresas españolas, el montante de IED en Cataluña, estimado en más de 63.000 millones de euros, podría sufrir un recorte de entre un mínimo del 33% y un máximo del 40% (de 21.000 a 25.500 millones de euros), por la pérdida de atractivo de una economía catalana fuera del euro y del entorno de la economía española.

Según los análisis realizados, “el atractivo regional de Cataluña para la mayoría de esta inversión es su punto de encuentro y conectividad con el resto de España”, algo que se vería muy resentido con un supuesto ejecutivo catalán enfrentado al Gobierno español.

Esa caída de la inversión productiva directa en suelo catalán se produciría en una economía regional en la que operan hoy más de 5.000 empresas extranjeras, que emplean a unos 281.000 trabajadores.

La extrapolación al empleo de la previsible caída de este flujo de inversión exterior supondría “un impacto potencial negativo de 115.000 puestos de trabajo”, casi los mismos que la economía catalana es capaz de crear en un año en el entorno actual de crecimiento económico dentro de la economía española.Impacto comercial con el resto de España

Uno de los efectos económicos que más penalizan la previsible evolución de una Cataluña separada de España es la caída de los flujos comerciales, sobre todo en lo que se refiere a la actividad empresarial que se realiza con el resto de España.

Hay un dato muy significativo destacado por los expertos que han realizado los informes para las grandes empresas: las firmas catalanas venden al resto de España por un valor similar al que exportan al resto de Europa, en un abanico de entre 38.000 y 40.000 millones de euros, con lo que una hipotética separación de su economía de la unidad de mercado del Estado generaría un “efecto frontera” de gran impacto en su economía.

El principal cliente del comercio y la industria catalana es… Aragón, que acapara más de 12.000 millones de euros anuales en compras a las empresas de su comunidad vecina, más que lo que se vende a Alemania o Francia y casi el triple que Francia o Portugal.

Los expertos recuerdan que todos los análisis internacionales de procesos de secesión como el catalán sufridos en el entorno europeo en las últimas décadas demuestran que “la mera aparición de una frontera política entre dos territorios implica que las relaciones comerciales entre ambos se reducen entre un 25% y un 50% (…) así como una caída del PIB en los 8 años siguientes del -5,8%”.

Para el caso concreto de Cataluña, los cálculos sobre el impacto de la secesión en el comercio exterior catalán apuntan a una reducción del comercio bilateral con el resto de España de entre el 45% y el 70%, lo que supondría una reducción de su volumen de ingresos de entre 6.700 y 10.500 millones de euros. Esta cifra de máximos supondría más de un 5% del PIB catalán.

Los analistas advierten que las más perjudicadas por este efecto negativo en el comercio catalán de una posible secesión serían las pequeñas y medianas empresas de la comunidad, dado que un tercio de sus ventas totales tienen como destino el resto del territorio español.

Se estima una caída de entre el 15% y el 23% para este segmento de empresas, sobre todo “si tenemos en cuenta que hay sectores donde el valor de las ventas al resto de España representan más del 50% de su producción, empleo y valor añadido”.

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