¿Cuál es la edad límite para conseguir una hipoteca al comprar una vivienda?

Acceder a una hipoteca no siempre es fácil debido a las condiciones que exigen los bancos. Estabilidad financiera, ingresos, gastos familiares... la capacidad económica del cliente es uno de los factores principales, pero la edad de quienes soliciten el préstamo también se analiza como factor de riesgo y puede determinar su rechazo, especialmente para quienes hayan alcanzado cierta edad. ¿Cuál es la edad límite para acceder a una hipoteca? ¿Puede exigir el banco mayores requisitos en estas situaciones?

Desde el punto de vista normativo, no existe una edad límite. Sin embargo, las entidades son más reticentes a conceder préstamos a quienes tienen mayor edad, ya que cuanto más mayores son, mayor riesgo de impago existe. De esta manera, cada entidad determina a partir de qué edad no conceden hipotecas de acuerdo a las políticas de riesgo que se aplican a los clientes, aunque generalmente las entidades establecen su 'tope' en torno a los 70-75 años. 

Quienes tengan menos de esas edades sí podrán acceder a una hipoteca aunque el plazo de amortización será significativamente menor, de manera que la deuda pueda estar pagada al alcanzar la edad límite de 70-75 años. En ese sentido, es importante destacar que a menor plazo, mayor será la cuota mensual que se deberá pagar, o bien se puede optar por reducir el importe solicitado para la financiación. 

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Pese a que la edad influye en la concesión de un préstamo hipotecario, no es así en las condiciones del préstamo. El coste de este, el tipo de interés que se aplica, será el mismo que al resto de clientes, aunque el diferencial aplicado puede variar. 

Eso sí, las exigencias para los clientes con mayor edad pueden ser diferentes que para los clientes con un perfil distinto. Entre otras condiciones, las entidades podrán exigir un seguro de vida. En concreto, la normativa permite vincular a la firma de una hipoteca la contratación de un seguro de garantía de cumplimiento de pago. Las entidades pueden exigir la contratación de este tipo de pólizas, aunque el cliente podrá decidir con qué aseguradora contratarla. 

Por otra parte, también pueden cubrir el mayor riesgo que tienen estos perfiles con el aval de una persona más joven que acredite cierto nivel de ingresos. Los ingresos mensuales se analizan en cualquier caso y las personas de mayor edad suelen contar con una pensión fija al mes, lo implica cierta estabilidad que da seguridad al banco. La situación puede ser aún más favorable si los clientes cuentan con ingresos adicionales, como por ejemplo un plan de pensiones o el alquiler de otra vivienda.